La obra pública se desploma un 82% en Gipuzkoa tras la llegada de Bildu
Las constructoras muestran su preocupación por el parón en las inversiones
“Estamos cayendo en picado”. Es la exclamación angustiosa que hace el directivo de una empresa constructora al constatar el vertiginoso desplome que está sufriendo la inversión en infraestructuras en Gipuzkoa. En los primeros nueve meses del año, la licitación pública ha caído un 65,9% sobre el mismo periodo de 2010, que también fue un año malísimo para el sector. Y la situación no tiene visos de mejorar. La decisión de la Diputación guipuzcoana de poner fin a las “obras faraónicas” que había planificado el anterior Gobierno foral para el próximo cuatrienio ha causado un fuerte descontento en los empresarios. Los sindicatos advierten de que el empleo podría verse perjudicado notablemente.
Si de enero a septiembre de 2010 las administraciones públicas contrataron en Gipuzkoa obras por un total de 1.088 millones de euros, este año esa cifra ha caído en picado hasta los 371,9 millones, según la última estadística elaborada por la patronal de las grandes constructoras Seopan. El descenso de la actividad de este sector se hace aún más visible al comparar los datos de los contratos firmados desde el mes de junio de 2011 en adelante por la Administración foral guipuzcoana y los Ayuntamientos de esta provincia, cuando la gran mayoría de las mismas han pasado a estar gobernadas por la coalición independentista Bildu. En los cuatro meses de gestión desde que se renovaron estas instituciones se han licitado obras por 36,2 millones, frente a los 204,9 millones del pasado ejercicio, un 82,4% menos.
La Asociación de la Construcción de Gipuzkoa, Ascongi, advierte de que las empresas están atravesando “un momento muy difícil”, asegura su secretario, Josean Arratibel. Y las perspectivas a corto plazo no van a mejorar. El Departamento foral de Infraestructuras Viarias ha acordado paralizar la construcción de la variante de Zarautz, en la que se iban a invertir 35 millones, y una rotonda en la N-I a la altura de Lasarte-Oria (6,2 millones). Y se replanteará ejecutar otras 23 carreteras cuya inversión conjunta supondría inyectar unos 700 millones en cuatro años a las compañías adjudicatarias. La diputada de Hacienda de Gipuzkoa, Helena Franco, lo dejó muy claro la semana pasada al presentar los presupuestos forales para 2012: “El modelo basado en la construcción acelerada de grandes infraestructuras está agotado”. El parón no afectará solo a las carreteras. Corre peligro la ejecución de la incineradora de basuras de Zubieta y el puerto exterior de Pasaia.
“El sector de la construcción va a afrontar una fuerte reconversión en los próximos meses en la medida en que la inversión en obra pública va a sufrir duros recortes y la obra civil sigue en un proceso de ajuste”. Es la visión pesimista que ofrecen los empresarios afectados, quienes además pronostican “fuertes descensos” en la facturación de sus compañías. Inevitablemente, agregan, las malas perspectivas conllevarán “ajustes en las plantillas”.
A la espera de que la Diputación concrete más sus planes, Modesto Martínez, de UGT, opina que el recorte en las inversiones “frenará el impulso de Gipuzkoa”. En cambio, LAB es partidario de destinar los recursos a “desarrollar el sector público” en lugar de gastarlos en “infraestructuras mastodónticas”.
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