_
_
_
_

Los malos augurios en los sondeos crispan la campaña de Duran

Alud de críticas al candidato de CiU por sus pullas a diversos colectivos sociales

El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida.
El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida.MARCEL.LÍ SÀENZ

Sucedió el viernes pasado, en un encuentro con empresarios. En un auditorio cómodo para Josep Antoni Duran Lleida, el portavoz de Convergència i Unió (CiU) en el Congreso tuvo que pedir disculpas por su tono de voz: parecía que estaba riñendo al empresariado catalán. La anécdota ilustra el momento que vive Duran: el democristiano está nervioso y en las últimas tres semanas sus salidas de tono han enervado a toda una comunidad como Andalucía, a los homosexuales y a los inmigrantes. Incluso dentro de CiU se han levantado voces críticas por sus últimas diatribas. Habitualmente apasionado en los mítines, en sus últimos discursos su volumen se eleva en demasía. “Se le ve más crispado”, apuntan algunos de sus colaboradores.

¿Qué le pasa a Duran? Al democristiano se le está haciendo larga esta precampaña. CiU arrasó en las autonómicas y venció por primera vez en las municipales. En verano, afrontaba las generales con ventaja en los sondeos frente al PSC, lo que presagiaba una victoria histórica de los nacionalistas. A menos de un mes para los comicios, los malos augurios ponen a prueba los nervios de Duran: los sondeos vaticinan que no solo tiene lejos la victoria, sino que deberá pelear duro para mantener el segundo puesto, ya que el Partido Popular le avanza en las encuestas. Sería su tercer fracaso en tres comicios, ya que en 2004 y en 2008 Duran logró 10 diputados, los peores resultados de la federación desde 1979.

Duran está incómodo: el discurso cada vez más soberanista de Convergència molesta al democristiano, que se ha manifestado en varias ocasiones contrario a la independencia. El líder de Unió teme una campaña bipolar, centrada en el intercambio entre el PSC y el PP. Para cerrar el círculo, los recortes del Gobierno de Artur Mas afectan las perspectivas electorales de la federación y el propio presidente de la Generalitat ha aceptado que el tijeretazo pasará factura en las urnas. Al democristiano no le espera una campaña fácil y su propuesta estrella, el pacto fiscal, ya sirvió de cebo electoral en las autonómicas.

Con este panorama, Duran ha intentado hacer valer su peso en el Congreso. No se cansa de recordar que permitió con su abstención, en mayo de 2010, el plan de ajustes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer se lo echó en cara a Nicolas Sarkozy, después que el presidente francés alabara la responsabilidad del líder del PP, Mariano Rajoy. Duran quitó importancia a la opinión de Sarkozy ironizando sobre su reciente paternidad. En las últimas semanas, el democristiano también ha insistido en que, si él hubiera querido, sería ministro del Gobierno. Ayer su nombre salió incluso como posible presidente del Congreso si el PP gana las elecciones.

Al democristiano se le relaciona con estos cargos por ser el político más valorado de España, aunque sus salidas de tono de estas últimas semanas hacen peligrar su condición. Duran ha recuperado diatribas por las que ya se tuvo que disculpar en el pasado. Incluso ha arremetido con instituciones como la Conferencia Episcopal, a la que afeó el sábado unas palabras de su portavoz.

Las críticas le llueven de todas partes. A principios de mes aseguró que los inmigrantes hacían retroceder el ritmo en las escuelas. Tuvo que salir al paso de las críticas de SOS Racisme y de la exconsejera de CiU Carme-Laura Gil. A los pocos días, ofendió a Andalucía cargando contra los campesinos que cobran el Plan de Empleo Rural (PER) por “pasar el día en el bar”. La semana pasada rizó el rizo defendiendo el derecho a los homosexuales a recibir tratamiento psicológico. Esas palabras molestaron sobremanera a Convergais, la corriente gay de CDC. Tras una dura carta de censura del colectivo, Duran respondió ayer con un correo electrónico en el que aclaró que no considera la homosexualidad una “enfermedad”. El democristiano se disculpó con Convergais y emplazó a sus miembros a una reunión para después de las elecciones.

 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_