Médicos Sin Fronteras se desvincula de cualquier solución armada del secuestro
La ONG suspende temporalmente la atención médica en el campo de refugiados
Medicos Sin Fronteras (MSF), la ONG a la que pertenecen Blanca Thiebaut y Montserrat Serra, las dos cooperantes españolas secuestradas el pasado jueves en el campo de refugiados de Daadab (Kenia), próximo a la frontera con Somalia, rechazó ayer “cualquier intento de resolución armada o violenta” del caso. José Antonio Bastos, presidente de MSF España, reconoció que están muy preocupados por la suerte de sus dos compañeras y por la posibilidad de que una liberación rápida y segura “se ponga en peligro por el uso de la fuerza”.
Aunque evitó condenar la ofensiva emprendida el pasado fin de semana por el Ejército de Kenia —que ha penetrado más de 100 kilómetros en territorio somalí para desmantelar las bases de la milicia islamista Al Shabab, con el pretexto de liberar a las dos españolas y otras dos secuestradas europeas— el responsable de la organización médico-humanitaria se desvinculó expresamente de la misma. Incluso cuestionó que la autoría del secuestro corresponda a Al Shabab, como sostiene la policía keniana. “MSF no tiene información veraz sobre la identidad o los objetivos de los autores del secuestro. Nos desmarcamos de toda acción militar o armada, así como de las declaraciones o presunciones de responsabilidad relacionadas con este caso”, subrayó.
El general Yusuf Ahmed Dhumal, jefe de las fuerzas del Gobierno de Somalia en el sur del país, aseguró ayer que las dos cooperantes habían sido trasladadas el pasado lunes a la ciuydad portuaria de Kismayo, feudo de la milicia islamista, “Nuestros servicios de inteligencia en Kismayo confirmaron que las mujeres [españolas] estuvieron retenidas allí una noche. Estamos planeando todo tipo de acción que pueda conducir a su liberación”, declaró el geenral a Efe.
A raiz del secuestro, MSF ha suspendido temporalmente parte de la atención primaria y de los programas nutricionales que prestaba a 15.000 refugiados en los campos de Dadaab. “Es una reacción protocolaria”, explicó la directora de Operaciones de la organización, Raquel Ayora. MSF mantiene las actividades médicas de urgencias en el hospital de Dagahaley, con 243 camas. En el campo de Ifo 2, donde fueron secuestradas las cooperantes, solo queda un trabajador de los ocho que tenía la ONG. En total, MSF ha trasladado a Nairobi a una cincuentena de las 60 personas que habitualmente trabajan en la zona. “Esperamos reanudar todas las actividades lo antes posible”, señaló Ayora.
Mientras, las tropas kenianas, apoyadas en milicias locales, prosiguieron ayer su ofensiva. “Nuestro objetivo es crear una zona segura al norte de la frontera y si para lograrlo hemos de llegar hasta Kismayo, lo haremos”, dijo el mayor Emmanuel Chirchir, portavoz del Ejército. El Gobieno somalí, que solo controla la capital, bendijo la entrada en su territorio de tropas del país vecino, tras la visita de los ministros de Exteriores y Defensa de Kenia hicieron a Mogadiscio, donde un atentado con coche bomba mató al menos a cinco personas.
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