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“El sujeto puede deshacerse de la pulsera cortándola o apagando el GPS”

Interior pone en duda el control telemático para garantizar que Correa no se fugue

El cerebro de la trama Gürtel, Francisco Correa, durante un traslado al tribunal.
El cerebro de la trama Gürtel, Francisco Correa, durante un traslado al tribunal.ÁLVARO GARCÍA

El jefe de la trama Gürtel, Francisco Correa, podría fugarse aun llevando una pulsera telemática. Se puede manipular y cortar. Los informes oficiales que ha pedido el instructor de Gürtel, Antonio Pedreira, para conocer la fiabilidad de esas pulseras, ya están concluidos, salvo el pedido a la Guardia Civil, y no garantizan que Correa acuda al juicio si queda en libertad.

 La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Madrid, superior jerárquico de Pedreira, dictó un auto el 26 de septiembre en el que ordenó quitar al jefe de la red Gürtel la fianza de 15 millones de euros que le tenía puesta el instructor a cambio de la libertad provisional. Pero como opción, los tres jueces de la Sala sugirieron a Pedreira que pidiese informes sobre la fiabilidad de la pulsera y valorase colocar una a Francisco Correa y dejarle libre. Eso sí, con una condición, los informes debían evidenciar “con seguridad absoluta” que ese dispositivo electrónico evitara su fuga. Los informes ya están hechos y dicen que no hay total fiabilidad.

El jefe de Gürtel fue detenido cuando planeaba fugarse a Panamá o Colombia

La pulsera puede cortarse fácilmente o quedar inutilizada eliminando el fluido eléctrico o su sistema de seguimiento a través de GPS. Así se desprende del informe de la Brigada de Blanqueo de Capitales de la policía, que se nutre a su vez de otros dos emitidos por Instituciones Penitenciarias y la Subdirección General de Planificación y Coordinación Interinstitucional de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. “El sujeto puede deshacerse del sistema cortando la pulsera o apagando el dispositivo GPS”, concluye el informe de Instituciones Penitenciarias, que añade: “Los medios telemáticos de que dispone Instituciones Penitenciarias están destinados esencialmente para el control de internos penados [Correa sería un caso excepcional dado que es un preso preventivo], cuya clasificación les permite disfrutar legalmente de un régimen de semilibertad”.

Este organismo subraya que estos sistemas “están afectados, como todos los que son conocidos por nuestros técnicos, de avatares tales como la pérdida de cobertura, afectación de inhibidores de frecuencia o cortes en el suministro eléctrico o telefónico”. Según Instituciones Penitenciarias, estos sistemas son los que se utilizan para alejar a los maltratadores de sus víctimas y controlar a los presos que ya han cumplido casi toda la pena y acceden a un régimen de semilibertad. Pero se trata de reclusos de confianza que difícilmente huirán.

El otro informe, el de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, tampoco ve grandes garantías. Señala que estos dispositivos electrónicos están previstos “exclusivamente” para “verificar el cumplimiento de una medida cautelar de alejamiento o una pena de alejamiento [de las víctimas]”. Precisa, además, que este “sistema de seguimiento está compuesto técnicamente por dos terminales que interactúan entre sí y cuyo funcionamiento se basa en la tecnología de posicionamiento GPS, coadyuvado por un sistema GS; y otro de radiofrecuencia”.

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Instituciones Penitenciarias no ve total fiabilidad en el mecanismo

Destaca que el dispositivo que se coloca a los maltratadores es similar al que usa Instituciones Penitenciarias para los presos, con el matiz de que el objetivo de este sistema es “poder vincular el equipo que porta la víctima con el que porta el agresor, y así verificar el cumplimiento de la mediad de alejamiento”. Añade que este servicio se presta a través de un operativo de control gestionado en régimen de subcontratación por la compañía Securitas Direct.

“En cuanto a la fiabilidad de los mecanismos y las medidas de seguridad que los mismos incorporan, señalar que, al igual que los dispositivos gestionados por el Ministerio del Interior, aquellos están dotados de diversos sensores antimanipulación, y su fiabilidad depende del nivel de cobertura que ofrecen los sistemas de localización GPS y, en su defecto, el derivado de los sistemas de localización GSM (celda de atenta de telefonía móvil)”.

Falta el informe de la Guardia Civil. No obstante, un mando de este departamento señala que el dispositivo no permitiría interceptar a un recluso con pulsera que usase un helicóptero para huir. “En una hora estaría en Francia”, subraya.

Correa lleva dos años y ocho meses preso. El juez Garzón, primer instructor de Gürtel, precipitó su detención al saber por pinchazos telefónicos que pretendía huir a Panamá y Colombia. El jefe de la red tiene aun mucho dinero escondido en el extranjero.

La patata caliente cambia de tejado

El juez Antonio Pedreira ha negado la libertad provisional en al menos ocho ocasiones al cabecilla de Gürtel, Francisco Correa. Casi inmediatamente después de cada negativa, sobre su mesa aparecía un nuevo escrito del abogado José Antonio Choclán volviendo a pedirla. Y tras los sucesivos noes, los correspondientes recursos ante sus superiores de la Sala de lo Penal (integrada por el presidente Francisco Vieira y los jueces Emilio Fernández Castro y José Manuel Suárez Robledano). No sin tensos debates y a veces con el voto en contra de Fernández Castro, estos acababan ratificando las decisiones de Pedreira.

En mayo pasado, el instructor cambio de criterio y dijo sí a la libertad provisional de Correa pero a cambio de una de las mayores fianzas fijadas en España, 15 millones de euros, consciente de que no podría abonarla y que seguiría entre rejas. De lo que se colige que no se fía de él y teme el escándalo que generaría en la sociedad la eventual fuga de uno de los presos más famosos de las cárceles españolas: por los muchos millones supuestamente robados y las abultadas implicaciones políticas de su red mafiosa.

Pero el giro más fuerte lo dio a finales de septiembre su tribunal de instancia, ya que ordenó a Pedreira que quitase la fianza a Correa y evaluase la opción de dejarle libre con una pulsera telemática. Cerró así la puerta a la posibilidad de una rebaja de la fianza y la abrió, si los informes sobre la eficacia de la pulsera eran favorables, a dejarle en libertad.

El tribunal no se atrevió a asumir en sus propias carnes, y eso que son tres jueces, la opción de liberar al líder de Gürtel y envió la pelota al tejado del instructor. Con unos informes negativos sobre la eficacia de la pulsera, Pedreira tendrá que decidir si lo deja libre o le mantiene preso y sin fianza, en cuyo caso devolverá a sus colegas de Sala la envenenada pelota que le han pasado a él.

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