Más de 7.000 profesores protestan en Galicia contra los recortes en educación
Los sindicatos acusan al Gobierno gallego de querer privatizar la enseñanza
"O ensino é un dereito, non un negocio” ("La enseñanza es un derecho, no un negocio"). Con esta idea, armados con pancartas y banderas, y acompañados de una espesa niebla que los escoltó de la Alameda a la sede de la Xunta de Galicia en San Caetano, alredor de 7.000 profesores se manifestaron ayer en Santiago en lo que supone un comienzo de curso conflictivo y plagado de protestas.
“El ambiente está muy crispado y no sé cuánto nos va a durar el cabreo”, comentaba Cecilia, una profesora de primaria del CEIP de Santo Paio de Abaixo, de Redondela. Marta, una de las compañeras con la que marchaba, la secunda: “Este Gobierno está llevando a cabo una estrategia contra la enseñanza pública con el único objetivo de privatizar la educación”.
Este Gobierno está llevando a cabo una estrategia contra la enseñanza pública con el único objetivo de privatizar la educación
Los ánimos estuvieron caldeados desde el comienzo de la manifestación. Sobre las 11 de la mañana, pequeños grupos de los seis sindicatos que convocaron la movilización se formaban frente a la entrada de la zona vieja. CC OO, CIG, UGT, STEG, CSI-F y ANPE fueron coloreando poco a poco la Alameda, mientras las pancartas que comenzaban a asomar entre las cabezas, titulaban sus reivindicaciones. “Ensino público, non ós recortes” y “Solución ou mobilización” eran una muestra de la oposición de los profesores a la orden que el Gobierno gallego anunció unos días antes de finalizar el curso pasado. De las 37 horas y media que los profesores trabajan a la semana, 25 pertenecerán al horario lectivo, cuatro más que las que acordó el bipartito en 2007.
María es profesora de primaria en un instituto de Carballo. Prefiere no especificar en cual. En los pupitres de su clase se concentran 28 niños de nueve años, “un exceso de alumnado que es inadmisible”, censura. Teme que se “devalúe aún más la calidad de la enseñanza pública” con la entrada en vigor de la nueva orden, un decreto que la Xunta realiza “para salvar el pellejo”.
Opiniones como la de María abundan entre los miles de profesores, que creen que el Gobierno gallego está llevando a cabo una “campaña de descrédito” contra el profesorado. “Es lo que les interesa”, comenta Eugenia, maestra del CEIP de San Roque de Darbo de Cangas, “que los padres piensen que la calidad de la enseñanza pública es peor, para mandar a sus hijos a la privada”.
Los manifestantes rompieron filas en San Caetano, donde las puertas cerradas de la Xunta les separaban del conselleiro del que pedían la cabeza. “Xesús Vázquez desprecia sistemáticamente al profesorado, no vamos a parar de movilizarnos”. Las palabras de Adela Leiro, profesora encargada de leer el manifiesto, se ahogaron enseguida bajo gritos de “conselleiro dimisión”. Leiro aprovechó para recordar las jornadas de huelga previstas para el 21 y 27 de este mes. “Folga xeral”, resonó entonces, con un fondo de bombos y gaitas, ante las verjas de San Caetano.
Educación alega ahora que los alumnos tendrán más clases
Para contrarrestar las críticas de sindicatos y profesores, la Xunta esgrimió ayer una curiosa teoría acerca de la reorganización de horarios lectivos. José Manuel Pinal, secretario de Centros de la Consellería de Educación, aseguró que los "grandes beneficiados" de la orden presentada el pasado mes de julio, son los alumnos, que recibirán "60.000 horas lectivas más a la semana".
La realidad es algo distinta. Con la reforma que anunció el Ejecutivo gallego, las horas de clase que reciben los alumnos no variará en ningún caso. Los maestros pasarán a impartir cuatro horas más a la semana porque habrá menos docentes, puesto que se reduce la contratación de interinos.
Las críticas de los sindicatos han ido siempre en la misma línea: si se aumenta el horario lectivo del profesorado y se mantiene el de los alumnos, el número de maestros necesarios para cubrir la oferta de un centro, merma.
No lo ve así el departamento de Jesús Vázquez, que en la nota de prensa emitida ayer destaca que con la reorganización de horarios, los profesores podrán "proporcionar más atención y apoyo a los alumnos con mayores dificultades". Pinal, que esta misma semana insinuó que en Galicia sobran medio millar de profesores interinos, volvió a hacer hincapié en el argumento que la Xunta reiterando desde hace meses: la medida se hace "en beneficio de la calidad de la enseñanza".
Precisamente en rebatir esta idea se centró Guillerme Vázquez en la marcha de protesta. El líder de los nacionalistas habló de las "políticas regresivas" de la Xunta, que "sigue apoyando con dinero a la enseñanza privada". Vázquez denunció que "diga lo que diga el conselleiro, de lo que se trata es de disminuir los profesores del sistema público".
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