Zapatero consultó con Rubalcaba los relevos del Gobierno
El presidente anunciará hoy los cambios tras la marcha del candidato Dirigentes del PSOE apuntan el 27 de noviembre como fecha de un adelanto electoral
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, empezó a ocuparse ayer del relevo de su vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, pese a que este anunció su decisión de dejar los tres cargos en el Ejecutivo —Vicepresidencia Primera, Portavocía e Interior— el viernes tras el Consejo de Ministros, para, según señaló, dedicarse por completo a su nueva tarea de candidato socialista a La Moncloa en las próximas elecciones generales. Zapatero esperó a que pasara la jornada del sábado, la de proclamación de Rubalcaba como candidato para enfrentarse a Mariano Rajoy, y ayer le citó en La Moncloa para consultarle los relevos, que hoy mismo anunciará en rueda de prensa.
Zapatero adelantó el jueves que esta crisis de Gobierno la solucionaría con un “cambio prudente y moderado”. Todo apunta a que así será, a la vista de que a este Gabinete le quedan solo unos meses para agotar el mandato. Rubalcaba comparte esta tesis y, según fuentes de su entorno, apuesta por la continuidad y que sea Antonio Camacho, secretario de Estado de Interior desde el primer Gobierno Zapatero en 2004, quien le suceda en el cargo. “A solo unos meses de las elecciones es bueno que el sucesor de Alfredo sea una persona que conozca bien los problemas de un ministerio delicado como es Interior y no perder tiempo en las explicaciones que requeriría un ministro venido de otros ámbitos. Y esa persona es Camacho”, señalan fuentes próximas a Interior.
Siguiendo la lógica del anuncio de Zapatero del jueves, de un “cambio prudente y moderado”, todo apunta a que será el actual ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, quien añada a esta cartera la Portavocía del Gobierno que Rubalcaba ostentó junto con la Vicepresidencia Primera desde la crisis de octubre de 2010. Desde abril de 2006 Rubalcaba ya estaba en el Gobierno como ministro del Interior.
En estos nueve meses, Jáuregui ha ejercido la labor de portavoz del Ejecutivo en sustitución de Rubalcaba cuando la situación lo ha requerido, incluida alguna rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de los viernes. Jáuregui, además de su probada capacidad de comunicador, ha mostrado también una importante sintonía con Rubalcaba en esta etapa conjunta de Gobierno.
Rubalcaba apuesta por la continuidad: Antonio Camacho en Interior
Si Zapatero confirmara hoy este nombramiento se repetiría la curiosidad histórica de que Jáuregui habría culminado su carrera política en el último Gobierno de Zapatero con los mismos cargos que tuvo Rubalcaba en el último Gabinete de Felipe González: ministro de la Presidencia y portavoz.
La mayor incógnita radicaba ayer en si Zapatero suprime o cubre la vicepresidencia primera que Rubalcaba ha mantenido desde finales del año pasado. Es probable que Zapatero quiera dar más realce al ya proclamado candidato socialista a La Moncloa y no cubra su vacante, limitándose a mover a la ministra de Economía, Elena Salgado, de la vicepresidencia segunda a la primera, y al ministro de Política Territorial y presidente del PSOE, Manuel Chaves, de la tercera a la segunda.
Zapatero condiciona la fecha electoral a la estabilidad financiera
Pero tampoco se descartaba ayer que promoviera como vicepresidente primero al ministro de Fomento y vicesecretario del PSOE, José Blanco, en reconocimiento a su papel como tercer hombre, después de Rubalcaba, en la cabina de mando de su equipo gubernamental.
Además de los relevos, la otra consecuencia del abandono de Rubalcaba del Gobierno para dedicarse a preparar las elecciones generales es la opinión cada vez más extendida en las filas socialistas de que Zapatero adelantará los comicios a noviembre. Varios dirigentes consultados coinciden en que la fecha, de confirmarse que el presidente adelanta, sería la del día 27 de ese mes.
La opinión del adelanto a noviembre tomó fuerza este fin de semana. Por un lado, al haber decidido Rubalcaba abandonar el Gobierno en el mismo momento en que fuera proclamado candidato. Desde el sábado ya es el cabeza de cartel del PSOE. De julio a marzo, fecha límite para la celebración de los comicios, Rubalcaba tendría ocho meses de campaña. Demasiado tiempo. El candidato no hizo el sábado, en su discurso de casi una hora, ninguna alusión al agotamiento de la legislatura en marzo. En cambio, al tiempo que asumía el liderazgo socialista con un programa de reformas de fuerte contenido socialdemócrata, sí se refirió en varios momentos a que “ya estamos en campaña”.
Otro argumento que manejan los dirigentes que apuntan la hipótesis del adelanto al 27 de noviembre es el de las dificultades que implica la elaboración de los próximos Presupuestos Generales del Estado, que serán muy restrictivos para los ministerios inversores desde el momento en que el techo de gasto aprobado supone un recorte del 3,8% respecto al año anterior.
En septiembre, el Gobierno iniciará la negociación de los Presupuestos para 2012. Su principal socio es el PNV. Aunque la posición de este partido es receptiva a llegar a un acuerdo, precisamente por no estar interesado en el adelanto electoral, el Gobierno tampoco puede permitirse concesiones importantes en la negociación que perjudiquen al candidato Rubalcaba.
Pero, por encima de todo, la principal clave de la fijación de la fecha electoral por Zapatero radica en la situación de los mercados financieros. Fuentes de La Moncloa aseguran que Zapatero no convocará los comicios hasta que España esté alejada del riesgo de las turbulencias financieras. “La clave principal para que Zapatero se plantee fijar la fecha está en que España asegure su estabilidad financiera. Ni siquiera en la culminación de las reformas pendientes, ya que las más importantes —pensiones, negociación colectiva...— terminan su tramitación en octubre”, afirman en La Moncloa.
Zapatero ha venido insistiendo en todas sus declaraciones en que su deseo era agotar la legislatura en marzo. Pero si España lograra la estabilidad financiera, el presidente podría plantearse el adelanto al 27 de noviembre. Para ello tendría que evaluar, junto con el candidato Rubalcaba, aspectos favorables al posible adelanto, y también algunas contraindicaciones.
Entre estas últimas figuran, en estos momentos, las malas encuestas para el PSOE, aunque pueden cambiar tras el lanzamiento oficial del nuevo candidato, que va a sumergirse rápidamente en campaña. Otro argumento a favor del agotamiento hasta marzo, que barajan algunos dirigentes, es esperar a que las comunidades autónomas, la inmensa mayoría gobernadas por el PP, aprueben sus presupuestos, que al recoger importantes recortes perjudicarán la imagen de Rajoy.
La convocatoria de las elecciones andaluzas, que desde 1996 ha coincidido con la de las generales, es otra cuestión a consulta. El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha dejado claro que no va a adelantar porque cree que le perjudicará. Es más, los socialistas andaluces creen que les podría beneficiar el adelanto de las generales a noviembre porque el electorado descontento podría llegar más tranquilo a las andaluzas si ya se ha desahogado el 22-M y en unas generales adelantadas.
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