Rubalcaba toma el relevo de Zapatero al mando del PSOE
El vicepresidente dejará todos los cargos en el Gobierno la próxima semana para centrarse en exclusiva como nuevo candidato y ultimar el proyecto de programa
Como hizo en 2003 Mariano Rajoy, su principal rival en las próximas elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba abandonará “de forma inmediata” todos sus cargos en el Gobierno, una vez que hoy sea proclamado candidato socialista a La Moncloa por el Comité Federal del PSOE. Se convertirá así en el gran referente político de su partido, aunque no ostente oficialmente la secretaría general, y se ocupará desde ya “en exclusiva” en prepararse para su gran duelo en las elecciones generales frente a Mariano Rajoy. Su primera función, hasta la celebración de la conferencia política de fines de septiembre, se volcará en la elaboración de un nuevo proyecto-programa, cuyas líneas fijará en el discurso que hoy pronunciará.
A diferencia de lo que sucedió con Rajoy hace ocho años, todo el PSOE, incluido su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, como aseguró el jueves, se va a poner al servicio de Rubalcaba para facilitar el principal objetivo de los socialistas: batir a Rajoy. “Va a tener en mí a su mejor telonero”, ha dicho Zapatero a sus allegados.
Rubalcaba anunció su salida del Gobierno, a primera hora de la tarde de ayer, al iniciarse la rueda de prensa posterior a su último Consejo de Ministros como portavoz en esta etapa, tras transmitírselo al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Abandonará todos sus cargos. El de ministro del Interior, del que fue nombrado por Zapatero en abril de 2006, pocos días después de que ETA declarara la tregua, y el de vicepresidente primero y portavoz, que añadió a su currículo en la crisis de Gobierno de octubre de 2010. Ahora abandonará todos esos cargos para “dedicarle todo el esfuerzo necesario” al partido.
Rubalcaba quiso aclarar ayer que la decisión de abandonarlo todo no era fruto de la improvisación. Desveló que tenía pactada esta decisión con Zapatero desde hace más de un mes. Concretamente, desde que el pasado 28 de mayo fue elegido por el Comité Federal del PSOE candidato para competir en las elecciones primarias de su partido.
De tal modo que Rubalcaba, “maniático de las formas”, como le gusta definirse, repitió ayer en La Moncloa, la sede de la Presidencia del Gobierno, los mismos argumentos que el 30 de mayo, dos días después de tomar su decisión, pronunció en una rueda de prensa en Ferraz, sede del PSOE, donde anunció la aceptación de su candidatura.
Tras reiterar que “los tiempos y las formas son fundamentales en democracia”, recordó que aquel día ya dijo que en caso de que su compromiso como candidato dificultara sus tareas como vicepresidente primero y ministro, lo dejaría. “Ese momento ha llegado ya”, dijo ayer.
El que hoy será candidato oficial del PSOE a La Moncloa ha mantenido su decisión con total discreción hasta el final. Respondió con irritación a declaraciones recientes del expresidente Felipe González —cuando dijo la pasada semana que tenía que abandonar el Gobierno “ya”, y él le recomendó que no le diera consejos— y del ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, este mismo lunes, que abogaban por su salida del Gobierno.
El hermetismo llegó a tal punto que ayer la práctica totalidad de los ministros abandonó La Moncloa poco antes de las dos de tarde, tras la sesión del Consejo, sin enterarse de que minutos después de terminar la reunión lo anunciaría en la rueda de prensa posterior.
Rubalcaba quiso aclarar, también, que su salida del Gobierno nada tiene que ver con una incompatibilidad legal con su nueva condición de candidato y argumentó que si los presidentes del Ejecutivo lo compatibilizan, con mayor motivo los que solo son vicepresidentes. Argumentó que la única razón de su salida del Gobierno es que no se cree en condiciones de compatibilizar el esfuerzo que exige, que “es todo”, con su candidatura.
Rubalcaba tiene previsto ahora, ya como candidato, recorrer España entera y mantener reuniones con múltiples sectores sociales en un intento de recuperarlos, tras el desgaste sufrido por los socialistas debido a la gestión de la crisis. Unas reuniones que le servirán, también, para elaborar el proyecto-programa, cuyas primeras líneas anunciará en el discurso que hoy pronunciará en Madrid.
El candidato sitúa muy en segundo plano la “contaminación” que sufriría su nuevo papel como candidato por la gestión del Gobierno como razón de su salida. Rubalcaba ha solido reconocerse solidario de toda la acción de Gobierno. Nunca ha ocultado su complicidad con Zapatero y su papel decisivo en su Gobierno, pero ahora tratará de reforzar su propia imagen política. Ahora evitará comparecer en las sesiones de control y responder de la inmediatez de la acción gubernamental.
Ayer bromeó sobre las interpretaciones de su salida: “Si me quedo porque me quedo y si me voy porque me voy, así es la política. Si me quedo, estoy cerca y si me voy, quiero distanciarme. Y si hablo de los bancos, soy un izquierdista irredento. Al final he hecho lo que me ha dictado mi conciencia”.
El relevo de Rubalcaba en el Gobierno se materializará, previsiblemente, este próximo lunes o martes, una vez que hoy sea proclamado oficialmente y Zapatero, a quien corresponde la competencia de elegir su equipo, haga las consultas precisas.
Esta salida del principal colaborador de Zapatero en el Gobierno da pábulo a que las elecciones puedan adelantarse a noviembre. Pero nada es seguro pues Zapatero sigue manifestando su pretensión de convocar los comicios en marzo, aseguran fuentes de su entorno.
En la voluntad de Zapatero de agotar la legislatura hay razones políticas de fondo, que van desde culminar el plan reformista del Gobierno a enviar el mensaje de que su Ejecutivo no está vencido. Puede haber otras razones tácticas, como alejar el fracaso del 22-M lo más posible de las generales o, incluso, que el electorado perciba las políticas de recorte del PP en las comunidades autónomas que ahora gobierna, que son la mayoría.
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