Bildu rechaza el sabotaje contra el monolito de Jáuregui

Bildu ha dado un paso más en su apuesta por las vías democráticas al rechazar esta tarde, a través de un comunicado, el sabotaje contra el monolito en recuerdo del político socialista Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en julio de 2000. El departamento vasco de Interior ha dado a conocer hoy que el monumento, ubicado en el monte guipuzcoano de Burnikurutzeta, sufrió la pasada semana el cuarto acto vandálico desde que se inauguró hace ocho años. Un ataque que ha motivado la repulsa del propio Gobierno autónomo y de distintos partidos.

A través de un escueto manifiesto, la Diputación de Guipúzcoa, gobernada por Bildu, ha rechazado un sabotaje que tacha de “acción violenta”. “Nos comprometimos en favor de la paz como coalición, para que este tipo de actuaciones no vuelvan a suceder, y nos hemos reafirmado en ese compromiso desde que hemos tomado la responsabilidad de gobierno”, recalca en su nota la institución foral, para la que “todas las víctimas merecen reconocimiento y reparación”.

El monumento en honor a Jáuregui, una estela discoidal junto a la que aparece grabada la frase "Los que te quisimos te recordaremos", se ubica en la confluencia de los municipios de Legorreta, Beizama y Tolosa, en el lugar exacto en el que fueron aventadas las cenizas del exgobernador civil de Guipúzcoa. El último sabotaje, al igual que los anteriores, ha provocado daños “de consideración” en su estructura, lo que obligará a reconstruirlo. En esta ocasión, además, los autores han sustraído también parte de la inscripción conmemorativa.

Nada más conocer los hechos, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, ha repudiado un acto vandálico que ha calificado de “fascista” y ante el que ha reclamado una condena pública a todos los partidos, en especial a los dirigentes de Bildu. Más contundente ha sido la viuda del propio Jáuregui y actual directora de la oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, Maixabel Lasa, para quien el acto vandálico demuestra que “el fanatismo y la intolerancia no han desaparecido” de Euskadi.