La izquierda se lanza a reconquistar sus graneros de voto
La debacle electoral del 22 de mayo ha acelerado la renovación de programas de los partidos
Algo bulle a la izquierda del arco político. No es solo el Movimiento 15-M, que ha introducido en el debate político en los últimos meses una formidable contestación al bipartidismo y al sistema democrático. Además, los partidos de izquierda mayoritarios, PSOE e IU, tras salir escaldados de las pasadas elecciones del 22 de mayo –en las que el PP arrasó- y hacer guiños a algunas de las propuestas de la movilización ciudadana, están comenzando a enviar señales de renovación. A la vez, un grupo de intelectuales ha firmado un manifiesto que reclama una regeneración de la izquierda, mientras Proyecto Equo, abanderado por el exlíder de Greenpeace, Juantxo López de Uralde, trata de agrupar a los partidos de corte ecologista para ocupar el espacio verde, vacío en España, al estilo de otros países europeos. Y todo con la vista puesta en las próximas elecciones generales, que está previsto que se celebren en nueve meses, si no se convocan antes.
Rubalcaba vuelve a la izquierda
El PSOE ya tenía prevista la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero, pero el candidato oficioso Alfredo Pérez Rubalcaba –que el próximo sábado será ratificado oficialmente- se ha lanzado a enviar mensajes de cambio, para dar aires de renovación al PSOE, con algunos tímidos requiebros a los indignados del 15-M. “Los indignados expresan un malestar con la democracia. No escucharles es de necios”, ha afirmado.
Pero sobre todo ha vuelto al discurso de izquierdas –del que el PSOE se desmarcó con las reformas implantadas por el Gobierno de Zapatero para salir de la crisis-. Este mismo fin de semana, Rubalcaba ha lanzado duros ataques a los bancos por su responsabilidad al haber propiciado el endeudamiento de ciudadanos que no podían asumir las hipotecas que firmaban y hoy el PSOE ha anunciado que le apoya en este sentido. Además, el candidato prometió 8.000 millones de euros para que las comunidades autónomas inviertan en sanidad y esta mañana el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha anunciado tipos aumentados para gravar las retribuciones “muy altas” de los directivos de la banca.
Rubalcaba ha reunido ya un equipo de campaña, en el que abunda el pasado progresista y de lucha feminista, que será el encargado de elaborar la ponencia de la conferencia política que el PSOE celebrará entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre. Allí se discutirá el programa electoral y se podrá comprobar si es cierto que los aires renovadores llegan al socialismo español.
La Convocatoria Social de IU
Izquierda Unida ha presentado esta mañana su Convocatoria social para una alternativa programática, con la que pretenden formar asambleas ciudadanas que pongan sobre la mesa los objetivos con los que elaborar el programa que llevará IU a las generales y a las que el coordinador, Cayo Lara, ha llamado “al pueblo” a participar. Eso sí, especificando que no considera pueblo a los poderes financieros: “los banqueros y los poderosos”.
Se trata de un paso más en la refundación que en teoría puso IU en marcha hace un año, convocando a sus militantes y simpatizantes a un amplio debate, y que quedó en parte aparcada con las autonómicas y municipales. Ahora llaman, además de a la militancia, “a los afectados por la crisis, a los que participaron en la huelga general, a los que exigen más calidad democrática y a los que piden a las fuerzas políticas que escuchen sus mensajes”, en palabras de José Luis Centellas, secretario general del PC. El objetivo final: crear una alternativa, desde las bases sociales, para transformar el sistema, que quedará plasmado en el programa electoral de la coalición de izquierdas.
La falta de horizonte
Por si los dos principales formaciones políticas no lo tenían claro, han recibido muchos mensajes de que debían renovarse. Una ilusión compartida, es el nombre del manifiesto que ha firmado un grupo de intelectuales, juristas y artistas –muchos de los cuales apoyaron a Zapatero en su día- para llamar la atención de la “falta de horizonte” de la izquierda española y la necesidad de buscar un camino nuevo, para lo que propugna un acercamiento al Movimiento 15-M.
El voto que no se siente representado
Y luego está Proyecto Equo, que se perfila como alternativa para los votantes de la izquierda. La incipiente formación política se adelantó al Movimiento 15-M al formular una propuesta que cambiara los métodos de los partidos políticos e incluyera en su agenda iniciativas que no se recogen habitualmente –relacionadas con las cuestiones ambientales o la defensa de los derechos-. Pero se diferencia radicalmente en que siempre han planteado que querían un cambio desde dentro de las instituciones y atraer al voto que no se siente representado.
El pasado 4 de junio Equo celebró su primera asamblea y logró sumar a su proyecto a 35 organizaciones verdes de toda España. Propugnan una “cooperativa política”, en palabras de López de Uralde. Se refiere a que es un proyecto, muy horizontal en la toma de decisiones, “en el que cada militante coparticipa del proyecto y está más implicado”, apostilla.
López de Uralde considera lógica la fragmentación que se está produciendo en la izquierda y también los cambios. “El capital está apretando mucho para recortar derechos sociales y, en ese contexto de avance de la derecha política, se produce una enorme preocupación en los movimientos de la izquierda”, explica el impulsor de Equo.
"En general, la izquierda es más exigente porque necesita cambiar las cosas y para ello requiere de una justificación, una teoría de por qué es necesario hacerlo", explica la catedrática de Sociología, Inés Alberdi. "Si no ansias cambiar, sino proteger tu posición, no necesitas ninguna teoría". Por eso, explica la catedrática, la izquierda tiene más tendencia a renovarse después de un cambio electoral que le perjudique, pero también a fragmentarse, ya que en las explicaciones teóricas que hace sobre lo que está pasando hay más matices. "Y porque los conservadores siempre han sido más pragmáticos", puntualiza.
No es que la derecha no tenga crisis propias de las debacles electorales, agrega, sino que, tras siete años de Gobiernos socialistas, se le exige más a quien está en el poder. "Todo el mundo piensa en el PP como alternativa, pero a Mariano Rajoy no se le demanda ninguna explicación de qué hará", agrega Alberdi. Por otro lado, sostiene, al Movimiento 15-M le ha resultado más fácil hacer "un diagnóstico, demoledor, absolutamente crítico y brutal de lo que está pasando", pero lo difícil es plantear las alternativas. "A la izquierda le pasa habitualmente que se agarra a las soluciones clásicas, que ya se vieron en el siglo XX y lo que hace falta es atinar y tener poder suficiente para poner en práctica esas alternativas", concluye.
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