Industria tramita 14 parques eólicos en Galicia en zonas de especial valor natural
Las empresas gallegas aceleran para adelantarse a la ampliación de la Red Natura
La tramitación de los nuevos parques eólicos avanza a una velocidad muy superior a la de la ampliación de la Red Natura. Gracias al acelerón de los proyectos industriales, que contrasta con la demora de las nuevas zonas protegidas, 14 instalaciones de molinillos invadirán áreas que, previsiblemente, quedarán después bajo el amparo de la protección ambiental, ya que coinciden con áreas afectadas por el borrador de ampliación que elaboró el anterior Gobierno bipartito, redactado por el mismo equipo que tramita el de la Xunta del PP.
La Consellería do Medio Rural permitirá la instalación de piscifactorías en cualquiera de las tres categorías de protección que establecerá en la nueva Red Natura. No ocurrirá lo mismo con los parques eólicos, aunque el lento ritmo al que avanza el proyecto de protección ambiental, que ya le ha costado a la Xunta una advertencia de la Unión Europea, amenaza con convertir las restricciones en papel mojado. Los 14 parques de molinillos del concurso eólico que amenazan las zonas de ampliación avanzan a buen ritmo, por lo que los grupos ecologistas dan por descontado que se anticiparán a la ampliación.
Los proyectos afectan a zonas LIC, humedales y hábitats prioritarios
La organización ecologista Adega cree que, más que indicios, cabe hablar de “pruebas” de que los proyectos afectan a zonas de la futura Red Natura. “Nadie se ha tomado la molestia de cruzar los datos disponibles con la ubicación de los parques eólicos, pero es tan sencillo como eso”, sostiene Fins Eirexas, secretario ejecutivo de Adega.
Los proyectos afectan a Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), zonas de Reserva de la Biosfera, humedales catalogados o áreas con presencia de hábitats prioritarios. Pero el indicio fundamental es que son zonas incluidas en el borrador de ampliación del bipartito. “Si el equipo que elabora el nuevo proyecto de ampliación es el mismo que el que hizo el anterior, lo lógico es pensar que en un porcentaje muy elevado las zonas de la nueva Red Natura coincidirán con las que se propusieron en 2008”, razona Eirexas.
Las instalaciones del parque eólico Cernego, promovido por Airosa Vento en la localidad de Vilamartín de Valdeorras, se sitúan sobre un área designada como LIC Serra de Vilamartín, con una extensión de 3.873 hectáreas, que funcionará como un corredor entre los lugares de importancia comunitaria de Serra da Enciña y de Os Ancares.
Otros cuatro parques, los de Montes de Abella, Carracedo, Pastoriza y Picato-Cotorroso, se sitúan dentro de la delimitación de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Un quinto, el de Cadeira, afectará a otra reserva, la de Oscos-Eo-Terras de Burón. Ambas zonas cuentan con protección internacional declarada por la Unesco, dentro del programa Man and Biosphere. “Las alteraciones derivadas del aprovechamiento eólico industrial resultan incompatibles con el objetivo de promover un desarrollo económico y humano sostenible, basado en la conservación de los recursos naturales y de los hábitats”, resume Eirexas.
La Xunta valida un aprovechamiento hidroeléctrico en Ancares
La relación de parques en zonas de valor natural continúa con el de Campo Pequeno, que afecta al humedal Brañas de Ferreiros, incluido en el inventario de los humedales de Galicia aprobado por un decreto de 2008. Otros seis, los de Cotofrío, Pico Seco, Cadeira, Valdepereira, Pastoriza y Carracedo, levantarán sus molinos sobre áreas con presencia de hábitats prioritarios, fundamentalmente brezales húmedos atlánticos, protegidos por la Directiva de Hábitats de la UE. Cernego, Montes de Abella, Monte Festeiros, Oleirón, Telleira y Ventosa se proyectan en hábitats de interés europeo. Alto de Telleira y Cotofrío, Picato-Cotorroso afectan a yacimientos megalíticos, y el de Ventosa, a elementos patrimoniales inventariados. El de Cotofrío, además, se sitúa a menos de 200 metros de la Vía de la Plata del Camino de Santiago.
No solo los parques eólicos están en el punto de mira de los ecologistas. Adega también ha denunciado el proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico de Santo Tomé, en el río Cancelada (ayuntamiento de Cervantes), que afecta al LIC Ancares-Courel. Se trata de una minicentral cuyas obras asociadas afectarán a un río de montaña bien conservado, con una comunidad acuática en muy buen estado y con aguas de gran calidad. La implantación del aprovechamiento afectará además a un bosque de ribera bien estructurado. Los ecologistas, que consideran “crítico” el impacto sobre los valores de la zona, han pedido la suspensión de los aprovechamientos hidroeléctricos contemplados en el Plan Hidrológico de la cuenca del Cantábrico Occidental.
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