Continuidad y cambio, 11 años después
Analogías y diferencias de la presentación de las candidaturas de Rubalcaba y Zapatero
"Cambio" y "continuidad". "Futuro" y "legado inmediato". Palabras parecidas pronunciadas con 11 años de diferencia en escenarios políticos y económicos radicalmente distintos. Las respuestas del vicepresidente primero y candidato en las primarias del PSOE para elegir al aspirante a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, tienen analogías sustanciales con la intervención de un casi desconocido José Luis Rodríguez Zapatero el 25 de junio de 2000, un mes antes del congreso que le consagró como líder socialista en las elecciones generales.
El actual jefe del Ejecutivo habló entonces en su ciudad, León, arropado por los delegados en el congreso provincial del partido. Fue una presentación en sociedad en la que dejó claro su rechazo a la hipótesis de una "refundación" del PSOE y destacó la importancia de la herencia de los anteriores gestores socialistas. "Raíces". Así las llamó Zapatero, haciendo especial referencia a Felipe González. Porque "partir de cero es imposible", dijo, citando a Ortega y Gasset.
La concreción de Rubalcaba ante las preguntas de los periodistas tampoco se aleja mucho del grado de abstracción ofrecida entonces por Zapatero. SI el ministro del Interior ha asegurado que "hay cosas que tenemos que mantener y hay cosas que cambiar" -como la forma de trabajar y de producir, la formación, la educación, la innovación, ha agregado-, el presidente del Gobierno habló de "un cambio intenso que incorpore el mejor espíritu transformador y que convierta los deseos en compromisos".
Además de la idea de cambio y lealtad con los antecesores (en el caso de Rubalcaba, además, existen vínculos de "amistad" con el presidente del Gobierno y una relación que les "pertenece a ambos"), los dos candidatos abordaron, con gesto pausado y tono tranquilo, la cuestión del liderazgo. Esta mañana el vicepresidente ha expresado sus convicciones: "Creo que puedo ganar las elecciones. Tengo un programa de Gobierno para España y creo saber lo que España necesita". Zapatero hizo referencia a la "autoridad que necesita el partido" y a su "disposición integradora", algo parecido a los "proyectos cooperativos" que ha mencionado esta mañana su número dos.
Las principales diferencias entre las dos comparecencias las ha marcado la realidad. Esto es, el paro, la crisis económica, las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos. En definitiva, las referencias a la agenda de un proyecto político que consiga adaptarse a una sociedad que ha cambiado. Si bien el jefe del Ejecutivo aludió hace 11 años a la necesidad de crear empleo estable, también quiso recalcar la importancia de una sociedad multicultural que acepara a los inmigrantes, la urgencia de la conciliación, de la dependencia de los ancianos o la promoción de la cultura.
El trabajo de sus dos Gobiernos ("lo que hay que mantener", según Rubalcaba), sin embargo, no desvía ahora la atención del próximo candidato. "El fondo de la cuestión es que la gente ha perdido el trabajo. El problema es que la gente lo ve negro y lo está pasando mal. Y tenemos que ofrecer convicción de que podemos hacerlo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.