Zapatero alienta el miedo a la derecha para vencer la abstención

Vencer el desánimo. Esa es la obsesión de los dirigentes socialistas para que no se cumplan los pésimos vaticinios de las encuestas electorales. En plena crisis económica y con un índice de paro que en Asturias alcanza el 18,2%, el PSOE ha decidido volver a los clásicos. Es decir, al enfrentamiento entre izquierda y derecha y, además, con algunos recordatorios de lo que cada uno hace cuando gobierna. Aunque la legalización a las listas de Bildu mantiene cierto espacio en sus mensajes, al menos de momento, la crisis económica y sus consecuencias seguirán en el centro de la campaña socialista.

Lucharon ayer contra el desánimo todos los candidatos y desde luego el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que, como es habitual, dio muestras de lo a gusto que se siente en Asturias. Los socialistas asturianos no le defraudaron y llenaron el Palacio de los Deportes de Gijón, que tiene un aforo de algo más de 5.000 sillas.

Parar a la "derecha más a la derecha" de Europa es la proclama que ayer inauguró Zapatero y que no abandonará durante toda la campaña. No hay tiempo que perder, según reconocen en la dirección socialista, intranquilos por las advertencias de lo que puede pasar si el PP obtiene la victoria que se vaticina.

"Tenemos la derecha más a la derecha de Europa, que si gana quiere desmantelar las políticas sociales, por lo que pedimos a los ciudadanos una defensa activa del Estado de bienestar, para que la derecha no lo desmantele y lo deje al pasto de la inversión privada". Esta proclama del presidente del Gobierno reúne la parte central de la estrategia de campaña de los socialistas, aunque en cada comunidad autónoma tendrá sus modulaciones.

El Gobierno socialista de Asturias figura en el listado de comunidades en las que el PSOE corre el peligro de perder el poder, en este caso debido a la irrupción de Francisco Álvarez Cascos, exvicepresidente y exministro de Aznar, que ha provocado la escisión de la derecha asturiana. Hasta ahora ha gobernado Vicente Álvarez Areces con apoyo de Izquierda Unida, pero la duda es que ambos puedan volver a sumar una mayoría capaz de hacer frente al PP y al Foro Asturias de Álvarez Cascos.

"Si pueden, [Cascos y el PP] se unirán", ha señalado Javier Fernández, el dirigente asturiano que sucederá a Vicente Álvarez Areces en la candidatura a la presidencia del Principado. Fernández, íntimo amigo de José Luis Rodríguez Zapatero desde hace muchos años, traslució en su intervención la consternación con la que los socialistas afrontan estos comicios. Creen que la crisis económica les puede arrebatar Gobiernos autonómicos y municipales, a pesar de que se consideran acreedores a la victoria por su buena gestión.

Desencanto y desmovilización, son palabras que utilizó el candidato socialista para describir la situación del electorado progresista. A continuación, pidió ayuda a los asistentes para que no le den el poder a la derecha con su abstención. Incidió en qué hizo la derecha cuando gobernó, en plena bonanza económica, entre 1996 y 2004, y qué es lo que ha hecho y hace el Gobierno de Zapatero a pesar de la crisis. Como quiera que del empleo no quieren hablar, dada la aplastante cifra de parados, el énfasis lo ponen en que con ellos las políticas de bienestar se mantienen.

También hubo alusiones a las críticas de dirigentes del PP a la política antiterrorista del Gobierno. Zapatero las mencionó como otra de las razones para "frenar" a una derecha "que utiliza el terrorismo y no respeta al Tribunal Constitucional". Recordó que el PP se ha opuesto a los principales derechos civiles impulsados por él: matrimonios homosexuales, interrupción del embarazo y Ley de Igualdad.