‘Podcast’ | Los reporteros de las 6.589 baldosas

El poeta Marcos Ana fue uno de los presos políticos que más tiempo pasó encerrado en una cárcel franquista. Tanto, que tuvo tiempo a contar una por una las baldosas que tiene el patio de la prisión provincial de Burgos: 6.589. En torno a esa especie de plaza mayor, en la que los muros son el horizonte y que está presidida por un gran reloj que no para de contar lo que les falta a los presos para recuperar su libertad, se organiza y ocurre todo lo importante de la vida en prisión. Allí la que manda es la ley del patio, que no está escrita en ningún código, y descifrar su jerga no es una tarea sencilla.

Las cárceles son ecosistemas cerrados. La imagen que hay de ellas es la que nos trasmite el cine. Pero hay un grupo de presos que ha decidido intentar poner fin a esa distorsión y acercar la información cotidiana de lo que pasa allí dentro al conjunto de la sociedad. La Voz Del Patio es el nombre del periódico que elaboran los internos de la cárcel de Burgos y con el que buscan no solo hacerse oír y denunciar situaciones injustas de su día a día, sino proyectar su voz desde dentro hacia afuera: “Esto no tiene nada que ver con una película americana”, cuenta Francisco, que forma parte de esta redacción.

Aquello es como un pequeño pueblo y todos los problemas que preocupan fuera, acaban teniendo también su reflejo allí dentro: la inflación en el economato, la falta de médicos, el abuso de los antidepresivos o el consumo de comida basura. De todos ellos da cuenta el periódico, que tiene una tirada de 7.000 ejemplares, una periodicidad cuatrimestral y se reparte en casi 70 cárceles españolas. Además, el diario funciona como una especie de red social entre internos de todas las cárceles del país porque a la redacción llegan cartas de otros presos que les cuentan alguna situación injusta que se está produciendo en sus penales, les relatan cómo se sienten o simplemente les dan su opinión sobre algún tema concreto. Pero los contenidos de este periódico van mucho más allá: reportajes, pasatiempos, consultorio jurídico, recetas o entrevistas. Han sido portada figuras conocidas como Fernando Grande-Marlaska, Manuela Carmena o Baltasar Garzón. Pero, los perfiles que publican en las contras, de internos con alguna historia personal o que destacan por sus habilidades, son el broche a un trabajo periodístico excelente.

En un sitio como una cárcel, donde todo está restringido y absolutamente dominado por normas, la libertad de expresión es la única libertad que se puede seguir saboreando. Y hablar con los redactores de este periódico tan particular nos ayuda a recordar principios y ética que no siempre vemos en el mundo de aquí afuera: “Periodismo para mí es informar de lo que sucede, pero siempre que sea veraz. Sin que haya alguien detrás que te diga lo que puedes publicar o lo que no. Periodismo es que te informen de todo. De lo que es blanco, negro y amarillo. No solamente de lo blanco”, concluye Francisco.

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