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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
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Lo que me traje de un encuentro de periodismo de migraciones

El Congreso de Mérida demuestra que la cobertura informativa de los éxodos se está poblando de profesionales y recursos cada vez más sofisticados

De izquierda a derecha, Sonia Moreno, Natalia G. Vargas, José Naranjo y Ebbaba Hameida, participantes en la mesa sobre la cobertura de la crisis en Canarias.
De izquierda a derecha, Sonia Moreno, Natalia G. Vargas, José Naranjo y Ebbaba Hameida, participantes en la mesa sobre la cobertura de la crisis en Canarias.Diego Blanco
Gonzalo Fanjul

Todos los años espero con una ilusión loca la llegada del Congreso de Periodismo de Migraciones de Mérida. Como diría Joaquín Reyes, el del periodismo es un mundo de vicio y mamarrachería en el que me siento totalmente integrado. Y este año ha sido mejor que ningún otro. Decenas de profesionales de, literalmente, cuatro continentes se han dado cita en Extremadura y las redes para hablar de los desafíos de la cobertura de la movilidad humana en este tiempo tan convulso.

Les comparto algunas de las muchas reflexiones que me sugirió la experiencia de este año.

1. La cobertura de las migraciones está, ay, de moda. Cada vez más gente, de más lugares y en contextos profesionales más diversos se enfanga para informar sobre este asunto. Profesionales que cubren rutas —Triángulo Norte, Sahel, Oriente Próximo, región andina— y que cuentan la épica, en ocasiones trágica, de las vidas en los países de tránsito y destino. La mirada sobre esos migrantes y su contexto ofrece una imagen caleidoscópica de las sociedades que somos, porque hay pocos temas tan imbricados en los miedos y aspiraciones de nuestro tiempo.

2. Lamentablemente, esta especialización lleva aparejado el riesgo del trabajo en frontera y en terreno (pregunten si no a la mesa de corresponsales que contaron su experiencia). No fueron una ni dos las periodistas que relataron los abusos que padecen a la hora de ejercer su profesión. En puntos como Marruecos, Libia, la frontera oriental de Europa o varios países centroamericanos el obstruccionismo de las autoridades y la violencia de las mafias tratan de impedir que el mundo sepa lo que allí ocurre. Con una diferencia con respecto al pasado: las democracias de los países desarrollados se están convirtiendo en cómplices de estos abusos. El apagón informativo en la frontera entre Polonia y Bielorrusia es el penúltimo ejemplo de una deriva que criminaliza las coberturas independientes y a quienes las realizan.

El apagón informativo en la frontera entre Polonia y Bielorrusia es el penúltimo ejemplo de una deriva que criminaliza las coberturas independientes y a quienes las realizan

3. Hablamos del riesgo de la información del espectáculo. A pesar de su especialización creciente, la profesión sigue contribuyendo a la imagen de la migración como tragedia o crisis humanitaria. Un pequeño repaso a los términos más utilizados en la cobertura de tres de los medios que participaron en mi mesa (“crisis migratoria” multiplicaba todas las demás juntas) dio pie a una divertida polémica.

Los números podían ser matizables, pero el argumento principal no lo era: pese a que la inmensa mayoría de los migrantes son de carácter económico y llegan a nuestros países de forma regular, su realidad está ausente de los medios. Solo hacía falta escuchar el poderoso discurso de las compañeras de SEDOAC (Servicio Doméstico Activo), reclamando espacios en la información. No hablar de ello es ignorar su importancia capital en asuntos como el mercado laboral y las capacidades esenciales, el futuro de las pensiones, el deterioro de los derechos de los trabajadores (autóctonos y extranjeros) o el impacto de las migraciones en el desarrollo.

4. A propósito de este asunto, se abrió una fascinante conversación sobre el papel de los migrantes y desplazados forzosos como profesionales del periodismo. Allí estaban los compañeros de Baynana, la maravillosa iniciativa hispano-árabe de cuatro refugiados sirios que informan en primerísima persona de la sociedad en la que viven. También NDLON, Radio Bilingüe y Conecta Arizona, hablando de los espacios comunitarios de información organizados en los Estados Unidos (radios y prensa, pero también grupos de WhatsApp). Y muchos otros, mujeres y hombres que han hecho de su experiencia de vida el mejor máster para contar este asunto complejo.

5. Salgo del congreso aún más convencido del potencial y la importancia de las coaliciones de improbables en la conformación del periodismo moderno. Cuando especialistas en información, investigación, narración, diseño o proyectos son capaces de trabajar juntos, las historias adquieren una profundidad y un alcance extraordinarios. Allí escuchamos el testimonio de Lighthouse Reports, una inspiradora experiencia colaborativa que cada vez es menos excepcional, afortunadamente. La transición digital que ha destruido el modelo de negocio de los medios convencionales ha dado lugar también a un mundo nuevo de posibilidades infinitas. Aprovechémoslas.

Una nota final sobre la organización de este congreso. Ya les he explicado en alguna ocasión por qué es un privilegio formar parte de por Causa y del milagro de seguir trabajando año tras año para elevar la calidad de nuestro maltrecho debate público. Pero este evento tiene algo más. Su financiador principal es la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que ha logrado convertir nuestra reunión anual en un símbolo de la presencia de Extremadura en el mundo.

El alcalde de Mérida nunca se pierde la inauguración y el presidente de la Junta lo clausura año tras año (esta vez, con un discurso inspirador sobre las sociedades que somos y el papel de su región como tierra de acogida y de emigración). Si estamos logrando consolidar esta comunidad de profesionales cuyo alcance va muchísimo más allá de los dos días al año que nos vemos, es gracias a ellos. En este tiempo, en este mundo, su mensaje no puede tener más importancia. Gracias.

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