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Eric Wamugu: “Mucha de la desinformación en África opera como una red de crimen organizado financiada por actores del Norte Global”

El director del laboratorio de datos de Code for Africa incide en la importancia de que el continente promueva su soberanía digital e invierta en ecosistemas de datos para acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Eric Wamugu
Silvia Laboreo Longás

Para Eric Wamugu (Nairobi, Kenia), director sénior de programas del laboratorio de datos de Code for Africa, la mayor red de laboratorios de tecnología cívica y democracia del continente africano, invertir en datos es capital para “acelerar el progreso” de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara a 2030. “Por cada dólar invertido en ecosistemas de datos en países de ingresos bajos y medios, se obtiene un retorno económico promedio de 32 dólares”, explica durante una entrevista con EL PAÍS en Vitoria, donde participa en el evento Diseñando la participación pública que deseamos en un mundo digitalizado: IA y tecnologías cívicas, organizado por Political Watch y My Society durante la Cumbre de la Alianza para el Gobierno Abierto. “Queremos un desarrollo sostenible basado en datos y evidencia”, enfatiza.

Los retos, explica en referencia al continente africano, son variados. Por un lado, dice, es necesario unificar y comprender la información y los datos que existen en multitud de idiomas y dialectos locales. Por otro, agrega, “no hay suficientes centros de datos dentro de África para almacenar nuestra información y promover nuestra soberanía digital”. “Esta incluye controlar y regular los flujos de datos transfronterizos y dar a los propietarios la capacidad real de decidir sobre sus propios datos. Por ejemplo, que puedan decidir que una parte sea eliminada, modificada o que no se use para entrenar un algoritmo de IA”.

Pregunta. Menos del 4% de los datos para entrenar modelos de IA provienen de África. ¿Por qué es importante incluir datos africanos?

Respuesta. Para reducir los daños causados por sesgos. Si entrenas un modelo con datos climáticos del hemisferio norte o países occidentales, que tienen condiciones climáticas muy diferentes a las de África, esos modelos no serán efectivos para el contexto africano. Si intentas predecir desastres climáticos habrá muchos sesgos y errores, lo que generará inexactitudes. Otro problema es el idioma. Muchas lenguas africanas son lo que llamamos lenguas de pocos recursos, es decir, que no han sido digitalizadas lo suficiente. Esto provoca que muchas voces africanas queden excluidas del discurso digital global o de debates online. Esa exclusión, que es sistémica, es uno de los daños que ocurren cuando dejas fuera a personas importantes a quienes afectan las decisiones, pero cuyas voces no son escuchadas ni incluidas en esas decisiones.

P. ¿Cómo se puede corregir?

R. De los 54 países africanos, alrededor de 40 ya cuentan con una estrategia nacional de datos o de IA, y aunque algunos aún no la han implementado, muchas están en fase de borrador. En 2024, la Unión Africana lanzó su estrategia continental de IA. Ahora necesitamos adaptar estos valores compartidos africanos a cada país miembro.

Muchos países e instituciones africanas están ya preparados para proporcionar sus propios datos para el entrenamiento de IA y otras implementaciones. Además de Open Africa, que libera conjuntos de datos, existen iniciativas como Common Voice o Mashakhane, que buscan recopilar voces africanas y entrenar modelos para comprender lenguas con pocos recursos digitales.

Muchas lenguas africanas son lo que llamamos lenguas de pocos recursos, es decir, que no han sido digitalizadas lo suficiente. Esto provoca que muchas voces africanas queden excluidas del discurso digital global o de debates online
Eric Wamugu, director sénior de programas y del equipo del laboratorio de datos de Code for Africa

P. EE UU, China y Europa albergan los centros de datos más potentes, mientras que África o Sudamérica tienen muy pocos. ¿Qué consecuencias trae?

R. La falta de centros de datos en África afecta a la soberanía digital, ya que muchos datos o incluso información sensible sobre la población africana cruza fronteras sin ninguna protección específica, como el Reglamento General de Protección de Datos. Además, debido a que estos centros de datos están tan lejos de las localidades africanas, aumenta la latencia, es decir, se incrementa el tiempo de acceso a esos datos, y también los costes. Y aunque haya talento africano o desarrolladores con las habilidades necesarias, el coste asociado al acceso a los datos se vuelve un factor limitante.

P. Code for Africa lucha contra la desinformación. ¿Cuáles son las particularidades de la difusión de fake news en el continente?

R. La desinformación no se difunde principalmente en redes sociales, aunque también son un factor importante. Se propaga sobre todo a través de grupos comunitarios de confianza, como WhatsApp, y también por radio, muchas veces en lenguas locales. Los líderes religiosos también pueden contribuir a difundirla. Además, lo que hemos visto es que mucha de la desinformación en África opera como una red de crimen organizado financiada por actores del Norte Global. Gran parte de la industria de la desinformación en África es, en realidad, una industria con incentivos financieros o ideologías políticas.

P. ¿Cuáles son los temas principales?

R. El cambio climático o el género y sexualidad. Otro tema importante tiene que ver con ideologías electorales y manipulación de elecciones, que se vuelve muy prevalente cuando un país se acerca a un periodo electoral. También hay grupos que difunden desinformación sobre los supuestos efectos negativos de las vacunas, o teorías falsas como que los africanos están siendo utilizados como “ratas de laboratorio”.

La brecha digital ya no se trata solo de acceso a la información, datos o a herramientas como la IA generativa. Ahora también se trata de asequibilidad, desarrollo de habilidades y de un acceso significativo
Eric Wamugu, director sénior de programas y del equipo del laboratorio de datos de Code for Africa

P. ¿Cómo pueden protegerse los ciudadanos?

R. Somos el continente más joven, donde la edad promedio de un africano es de unos 19 años. Son personas que están acostumbradas a las nuevas tecnologías y a usar las redes sociales. Entrenamos a estos jóvenes en estrategias para detectar desinformación, verificar fuentes y reconocer las diferentes formas de manipulación. Un modelo de “formar a los formadores”, para que luego puedan regresar a sus comunidades y explicarles: “Así es como se ve la desinformación y así puedes identificarla”.

P. La ONU advirtió de que la brecha digital podría ampliarse por la IA. ¿Está África en riesgo de quedarse más rezagada?

R. La brecha digital ya no se trata solo del acceso a la información, datos o a herramientas como la IA generativa. Ahora también trata de asequibilidad, desarrollo de habilidades y de un acceso significativo. Porque puedes tener acceso [a esta tecnología], pero ¿es realmente útil? ¿Es relevante para tus necesidades locales? Un buen ejemplo son las grandes compañías tecnológicas que tienen modelos de IA generativa, como ChatGPT y Gemini. Gran parte de la población en África no podría pagar las tarifas elevadas para acceder a la versión que ofrece mayor precisión y capacidades avanzadas.

P. En un entorno con diferentes potencias y tecnológicas involucradas en el continente, ¿Hay riesgo de que este se convierta en una “colonia digital”?

R. Diría que, en gran medida, sí. Hemos observado explotación de trabajadores de datos en países como Kenia, empleados en etiquetar conjuntos de datos para empresas que entrenan modelos de IA como ChatGPT. Les expusieron a contenido dañino, sin suficiente orientación o mecanismos para proteger su salud mental. Los trabajadores de datos en toda África se sindicalizan porque reciben salarios muy bajos, tal vez dos centavos por hora, mientras que un trabajador del norte global podría ganar 20 o 30 dólares por hora.

También está la naturaleza extractiva de estas grandes tecnológicas, que básicamente toman datos de los africanos sin darles verdadera propiedad sobre estos. Los africanos son usados como sujetos de estudio y no como participantes iguales en el ecosistema de datos. Sus datos se usan para tomar decisiones algorítmicas que les afectan, pero no tienen voz sobre cómo se entrenan esos algoritmos.

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Sobre la firma

Silvia Laboreo Longás
Redactora de Planeta Futuro tras pasar por el equipo de Redes Sociales. Antes, formó parte del departamento de vídeo de Domestika, fue redactora en la revista PlayGround y también trabajó en comunicación. De Zaragoza, estudió periodismo en la Universidad de Zaragoza.
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