Madina Mahboobi, directora de una ONG afgana: “El terremoto ha destruido todas las casas y pueblos de la zona más afectada”
La organización, dirigida por mujeres, ha logrado llegar a la región, donde ya atiende a 1.000 familias e intenta salvar vidas, pese a la reducción de las ayudas y las restricciones de los talibanes

El terremoto que sacudió la provincia afgana de Kunar el pasado 31 de agosto, muy cerca de la frontera con Pakistán, dejó más de 1.400 muertos y unos 3.500 heridos en una de las regiones más aisladas de Afganistán. Las labores de rescate continúan, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar, al tiempo que se siguen produciendo réplicas de gran magnitud. Entre aldeas reducidas a escombros y caminos bloqueados por desprendimientos, las primeras en llegar han sido organizaciones locales. Vision Development, fundada y dirigida por la joven afgana Madina Mahboobi (Kabul, 30 años) es una de ellas. Con un equipo de 450 personas —muchas de ellas mujeres de las propias comunidades rurales—, la ONG intenta salvar vidas en un contexto marcado por la falta de recursos, la reducción de la ayuda internacional y las restricciones impuestas por los talibanes. “Más allá de todos los desafíos y barreras que encontramos, seguimos operando sobre el terreno”, afirma en una entrevista telefónica la cooperante, que también es miembro del equipo de Naciones Unidas en Afganistán.
Pregunta. ¿Sus equipos han podido acceder a las zonas afectadas por el terremoto?
Respuesta. Sí, pero no ha sido fácil. Nuestros equipos van en coche hasta donde pueden y luego caminan. A veces más de 35 minutos. El terremoto ha destruido todas las casas y pueblos de la zona más afectada.
P. ¿Cuál es la prioridad al llegar?
R. Salvar vidas. En primer lugar, mis colegas buscaron a la gente atrapada bajo casas caídas. Hay muchos heridos que necesitan tratamiento médico. Pero ahora, varios días después del terremoto, buscan ya los cadáveres. Mucha gente ha perdido a sus familiares.
Hay muchos heridos que necesitan tratamiento médico
P. ¿Qué necesitan con más urgencia los supervivientes?
R. Atención médica básica, dinero en efectivo, alimentos, alojamiento y ropa. La reconstrucción de las casas llegará más tarde, pero ahora son urgentes los alojamientos de emergencia, incluidos artículos como utensilios para cocinar o mantas, almohadas y colchones para dormir. Todo el mundo necesita de todo porque no tienen nada.

P. ¿También ayuda psicológica?
R. Sí, aunque tendremos que hacerla más tarde. Muchos están traumatizados porque perdieron a sus familias y la vida que conocían… Lo han perdido todo.
P. ¿Cuáles son las mayores dificultades para hacer frente a esta catástrofe?
R. Las ONG nos enfrentamos a la falta de recursos. No tenemos problemas con la coordinación, que es realmente muy buena. Tanto los actores humanitarios como el Gobierno son muy activos, están apoyando y no están poniendo ninguna barrera. Hay también personal femenino que puede acceder al terreno. Pero el gran problema son los recursos. Mi equipo está allí tratando a mucha gente lesionada. Necesitamos establecer equipos móviles de clínicas de salud y puestos de salud de emergencia durante al menos un mes, porque hay muchas personas que necesitan tratamientos. Sin embargo, no podemos hacerlo porque estamos esperando los recursos.
Muchos están traumatizados porque perdieron a sus familias y la vida que conocían
P. ¿A cuántas personas están atendiendo?
R. A unas 1.000 familias. Entre ellos hay niños, adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas.
P. El viernes viajará a la zona afectada. ¿Qué supone para las mujeres de aquellas zonas rurales que usted viaje allí?
R. Es importante. Les da energía y esperanza ver a una mujer directora de una organización. Yo las escucho y luego llevo su voz a plataformas globales, para que el mundo sepa lo que sufren las afganas entre crisis y desastres naturales. Unos meses antes, tuvimos una inundación en otra provincia. También, el terremoto de Herat [en octubre de 2023]. No lo hago solo como directora de una ONG, lo hago desde el corazón.
P. ¿Y el trabajo de otras mujeres de su organización?
R. Muchas son de esas mismas comunidades rurales y trabajan para su propia comunidad. A pesar de todas las restricciones, seguimos adelante. Somos una ONG dirigida por mujeres y todavía funcionamos pese al Gobierno de los talibanes. Es importante que se sepa que, más allá de todos los desafíos y barreras que encontramos, seguimos operando sobre el terreno. Y eso, creo, merece ser contado.
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