La ropa de segunda mano inyectó unos 7.000 millones de euros en el PIB europeo en 2023, según informe
El sector generó un total de 150.000 puestos de trabajo en la Unión Europea y también da trabajo a miles de personas en países africanos, pero los expertos piden un mayor apoyo legislativo y financiero para que el impacto de la economía circular sea aún más positivo y duradero
El sector de la ropa de segunda mano no solo genera un impacto medioambiental positivo, sino que tiene un “inmenso potencial para impulsar el crecimiento económico sostenible”, concluye un informe elaborado por el instituto de análisis Oxford Economics, para las organizaciones Humana People to People y Sympany+, que fue publicado el miércoles.
En 2023, el sector aportó una contribución global estimada de 7.000 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) de la UE27+ (Unión Europa más el Reino Unido), de los que 3.000 millones fueron fruto de un impacto directo (remuneración de los empleados y beneficios), según la investigación El impacto socioeconómico de la industria de la ropa de segunda mano en África y la UE27+.
Además, creó 150.000 puestos de trabajo, de los que el 73% eran empleos verdes, ofreció remuneraciones en promedio 12% superiores al salario mínimo nacional respectivo, generó importantes oportunidades de empleo en regiones menos desarrolladas económicamente como Bulgaria, Rumanía y Polonia y fomentó las oportunidades de trabajo femenino, ya que las mujeres representan alrededor del 79% del total de empleados y cobran igual que los hombres.
“Más allá de los beneficios medioambientales, el sector crea empleo y fomenta una economía más sostenible e integradora. Un sector próspero de la ropa de segunda mano puede acelerar la transición hacia una industria textil más circular, al tiempo que aporta importantes beneficios socioeconómicos a escala mundial”, subraya el informe.
La investigación ha explorado también los efectos de las exportaciones de ropa usada en tres países africanos: Ghana, Kenia y Mozambique. En Ghana, donde el 47% de la ropa de segunda mano importada proviene de los países de la UE27+, el sector contribuyó con 76 millones de dólares (69,3 millones de euros) al PIB del país (35 millones fueron directos) y creó 65.000 empleos formales e informales. En Kenia, se calcula que la contribución al PIB fue de 17 millones de dólares (9,2 millones directos), con 6.300 trabajadores formales y al menos 68.000 informales. En Mozambique, el impacto del sector en el PIB representó 10,7 millones de dólares (2,7 millones directos) y se crearon 5.700 empleos formales y 15.000 informales.
Si no se toman medidas para fortalecer el sector de la ropa de segunda mano de la UE, los objetivos de la política verde europea, los objetivos climáticos de los países de África y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular los referentes a la pobreza, la inclusión de las mujeres y el consumo responsable, podrían verse socavados
“La ropa de segunda mano suele pasarse por alto en el debate sobre el desarrollo sostenible, pero este informe muestra claramente su poder económico y subraya la necesidad de políticas que apoyen y refuercen esta industria circular, garantizando que siga actuando de puente entre la sostenibilidad medioambiental y el crecimiento económico inclusivo”, pidió Johanna Neuhoff, de Oxford Economics, en la presentación de este informe a la prensa en un seminario online.
Porque el informe subraya que el impacto positivo de estas importaciones en los países africanos podría ser aún mayor y es necesario favorecer una cadena eficaz entre el Norte Global y el Sur Global, que “genere valor económico y ocupación verde en cada etapa”.
Apoyo legislativo e inversiones
Concretamente, los investigadores recalcan que, sin el marco normativo adecuado, este sector ecológico y sostenible corre el riesgo de perder su ventaja competitiva frente a gigantes de la moda rápida como China, que siguen dominando los mercados textiles mundiales con prendas nuevas, más baratas y de escasa calidad, con el enorme coste medioambiental que esto representa. “Ahora más que nunca es esencial que los responsables políticos reconozcan el valor de esta industria y proporcionen el apoyo legislativo y la inversión necesarios para liberar todo su potencial como factor central para construir una economía circular más resiliente que beneficie tanto a las personas como al planeta”, estimó Karina Bolin, una responsable de Humana People to People, entidad dedicada desde hace 40 años a proteger el medioambiente a través de la reutilización de textil y mejorar las condiciones de vida de comunidades en vías de desarrollo.
En las próximas semanas, comenzarán los debates en la UE para ultimar las enmiendas a la Directiva Marco de Residuos, que afecta al comercio de ropa de segunda mano. Esta normativa, que está en vigor desde 2008, obliga a los Estados miembros a garantizar la recogida separada de los textiles para su reutilización, su preparación para la reutilización y su reciclado a más tardar el 1 de enero de 2025.
“Si no se toman medidas para fortalecer el sector de la ropa de segunda mano de la UE, los objetivos de la política verde europea, los objetivos climáticos de los países de África y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular los referentes a la pobreza, la inclusión de las mujeres y el consumo responsable, podrían verse socavados”, alerta el informe, que pide concretamente que se dé un mayor apoyo al sector, dado que los objetivos obligatorios de recogida de textiles en la UE impondrán mayores restricciones a los operadores, que tendrán que clasificar más volúmenes de ropa sin aumentar sus beneficios.
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