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Claves de la negociación del “crucial” acuerdo sobre pandemias: “Hay que terminarlo para salvar a la humanidad”

El plazo que los Estados miembros de la OMS se dieron para alcanzar un tratado ha expirado sin cerrar un texto definitivo. Ahora deben decidir si se dan más tiempo

Tedros Adhanom Ghebreyesus OMS
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, el pasado lunes en Ginebra, durante la apertura de la 77ª Asamblea Mundial de la Salud.Salvatore Di Nolfi (AP)
Patricia R. Blanco (Enviada especial)

“Tenemos que estar preparados para la próxima pandemia porque sabemos que va a suceder”. La frase, de uno de los negociadores del acuerdo sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias, la repiten muchos expertos en los pasillos del Palacio de las Naciones de Ginebra, donde esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra su 77ª asamblea. La convocatoria de este año no era una más. Todos los ojos estaban puestos en la negociación de este acuerdo, que, de haberse alcanzado, hubiera convertido esta asamblea “en una de las más significativas de la historia”. “Porque será un tratado que salvará vidas”, afirmó la pasada semana Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, durante un encuentro con periodistas. Sin embargo, el plazo que los 194 Estados miembros de la OMS se dieron en diciembre de 2021 para consensuar un instrumento internacional que evite los errores cometidos durante la covid-19 terminó el pasado viernes sin alcanzar un texto consolidado que la asamblea pudiera votar esta semana.

No todo está perdido. Los resultados, “que estuvieron muy cerca de concluir con éxito”, según una fuente cercana a la negociación, se sometieron este martes a debate en la asamblea general de la OMS, que deberá ahora decidir los pasos a seguir. La mayoría de los negociadores defienden la necesidad de que el órgano que los Estados crearon para negociar el acuerdo de pandemias continúe con su labor y cierre un texto definitivo antes de que termine este año, aunque algunos ministros de Salud abogan por un plazo mayor, incluso de hasta dos años. “El margen de 2024 es por si regresa Donald Trump [como presidente de Estados Unidos, en 2025]” desliza una fuente cercana a las negociaciones, que cree que si el exmandatario vuelve al poder podría torpedear el acuerdo.

“Hay que terminar este proceso para salvar a la humanidad… Suena muy rimbombante, pero es lo que hemos venido a hacer”, afirmó el pasado viernes, Roland Driece, director de Asuntos Internacionales del Ministerio de Sanidad de los Países Bajos y codirector del Órgano de Negociación Intergubernamental, el grupo de trabajo de la OMS que ha debatido el futuro acuerdo. “No hemos llegado donde queríamos llegar, pero nuestro mandato va a terminar. Nadie pudo decir que no arrimamos el hombro”, añadió con cierta melancolía tras anunciar que pese al intenso trabajo y los esfuerzos de dos años y medio todavía no existía consenso.

“Yo creo que todavía es posible”, afirma uno de los negociadores que este martes asistió muy temprano al Palacio de las Naciones de Ginebra para “agotar hasta el último minuto”. La mayoría coincide en que el mundo “ha olvidado muy rápido” lo que ocurrió durante la pandemia de covid, tal y como apunta Precious Matsoso, ex directora general del Departamento Nacional de Sanidad de Sudáfrica y también copresidenta del órgano de la OMS que ha negociado el acuerdo. Ella recuerda perfectamente cómo en las primeras sesiones de negociación era preciso llevar mascarilla, o realizarlas por videollamada. “Quizás deberíamos hacer una sesión con mascarillas para volver a recordarlo”, añade.

Estas son las claves de un acuerdo que todos los expertos consultados consideran “crucial” para evitar futuras pandemias y afrontar las que vengan. “Porque van a venir”, vuelve a advertir una de las negociadoras:

¿Cuál es el objetivo del acuerdo?

El objetivo es garantizar a nivel mundial la “prevención, preparación y respuesta” frente a pandemias. “Se centra en reforzar la coordinación de la respuesta internacional con un acceso equitativo a los equipos de protección personal, las vacunas, los tratamientos terapéuticos y los diagnósticos”, según explicó el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

¿Qué se negocia exactamente?

El marco y los instrumentos para responder globalmente a una futura pandemia y la forma de permitir el acceso equitativo a todos los recursos. El acuerdo pretende establecer tareas y procedimientos claros para actuar frente a una emergencia. “Por ejemplo, los negociadores esperan que se alcance un consenso en torno a la definición del concepto de emergencia pandémica para que sea más fácil y sencillo para el director general [de la OMS] advertir al mundo en momentos de pandemia potencial”, según explica un alto cargo del organismo.

Pero también se incluyen elementos tangibles como la transferencia de tecnología y conocimientos en caso de emergencia o la creación de “una dotación mundial multidisciplinar de personal de emergencias sanitarias” para que pueda ser desplegado y preste apoyo en los Estados que lo soliciten.

¿Por qué se está negociando el acuerdo?

“La razón de ser del tratado sobre pandemias fue el impacto de la pandemia de covid-19”, explicó este lunes el director de la OMS, que aseguró que “el mundo sigue sin estar preparado” ante la llegada de una futura pandemia. Según las cifras oficiales, más de siete millones de personas han fallecido como consecuencia del coronavirus. Sin embargo, “sabemos que son infraestimaciones, y probablemente perdieron la vida hasta 20 millones de personas”, añadió el doctor Tedros. Según el informe anual de estadísticas de la OMS, hecho público la pasada semana, la covid-19 “eliminó una década de progreso en el nivel global de esperanza de vida”.

El metro de Madrid, el 4 de mayo de 2020, el primer día de uso obligatorio de mascarillas en el transporte público en España durante la pandemia de covid.
El metro de Madrid, el 4 de mayo de 2020, el primer día de uso obligatorio de mascarillas en el transporte público en España durante la pandemia de covid.

Pero además de la gran pérdida de vidas humanas, el impacto de la covid afectó a muchos más ámbitos: las perturbaciones sufridas por los hogares y las sociedades por la destrucción del empleo y las repercusiones en el desarrollo de los países provocadas por la pandemia también subyacen en el origen de este pacto.

¿Quién lo negocia?

En la reunión extraordinaria de diciembre de 2021 de la Asamblea de la Salud —el más alto órgano decisorio de la OMS, integrado por la totalidad de sus 194 países miembros soberanos—, los líderes mundiales acordaron establecer un Órgano de Negociación Intergubernamental que representara a todas las regiones y en el que se pactara un convenio o instrumento internacional para luchar colectivamente contra futuras pandemias.

¿Cuál es el plazo para negociarlo?

Los países miembros de la OMS se dieron de plazo hasta asamblea general que se celebra este año, entre el 27 de mayo y el 1 de junio para alcanzar el acuerdo. La asamblea general deberá decidir ahora si amplía o no el tiempo.

¿En qué estado se encuentran las negociaciones?

El Órgano de Negociación Intergubernamental dio por terminadas las deliberaciones el pasado viernes sin llegar a un acuerdo final. “La gran mayoría de los artículos han sido acordados, aunque hay algunas áreas restantes que necesitan ser discutidas”, explica Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS. Según Ryan, hay “áreas clave” en la que los Estados miembros siguen distanciados. “Se reducen a áreas en torno al acceso y el reparto de beneficios [de las tecnologías, vacunas o tratamientos], el volumen de reservas de vacunas, algunas cuestiones relacionadas con la prevención y la salud, y otras relacionadas con la financiación”, explica el alto cargo de la OMS, que asegura que siempre vio “voluntad” de llegar a un pacto. “Pero el diablo está en los detalles”, se desespera.

Un borrador del acuerdo al que ha tenido acceso EL PAÍS marca en verde fosforito lo acordado y en amarillo, los puntos en los que hay convergencia pero no consenso. Las frases sin subrayar son aquellas en las que “no se ha alcanzado la convergencia” y hay, además, texto entre corchetes, para los aspectos con “puntos de vista divergentes”.

El verde predomina en el documento, pero no se ha llegado a un pacto en torno a frases como la preocupación compartida “por las desigualdades a nivel nacional e internacional que obstaculizaron el acceso oportuno y equitativo a los productos sanitarios” relacionados con la enfermedad provocada por el coronavirus. E incluso hay distintos puntos de vista sobre la necesidad de “adoptar medidas para eliminar la discriminación contra las mujeres en el campo de los cuidados sanitarios” o sobre la definición de “un patógeno con potencial pandémico” o de “personas en situación de vulnerabilidad”.

¿Qué significa “acceso equitativo”?

Vacunación contra la covid-19 en una residencia de mayores de Madrid en enero de 2021.
Vacunación contra la covid-19 en una residencia de mayores de Madrid en enero de 2021.Olmo Calvo

La equidad es, precisamente, uno de los principios rectores del acuerdo con el fin de garantizar el acceso universal a todas las herramientas necesarias en la prevención de pandemias y en la atención a los enfermos, como vacunas, equipos de protección, tecnología, medicamentos o sistemas de diagnóstico.

“El avance tecnológico no conduce por sí mismo a un acceso equitativo”, critica Michel Kazatchkine, exdirector de la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre el sida, que recomienda “cambios transformadores en el ecosistema internacional de preparación y respuesta ante pandemias con respecto a la investigación y el desarrollo, los ensayos clínicos, la fabricación y el suministro de vacunas, diagnósticos y productos terapéuticos”. Desde su punto de vista, es preciso enfocar “las medidas médicas contra las pandemias como recursos gestionados colectivamente en beneficio de la salud pública”. Es lo que llama “bienes comunes globales”, y cree que lo pactado hasta el momento en el acuerdo no lo garantiza.

Comparten el mismo punto de vista otras fuentes consultadas, aunque insisten en que “el acuerdo es un primer paso”. “Es el suelo, no el techo”, afirma Eloise Todd, directora ejecutiva de Pandemic Action Network (Red de Acción contra la Pandemia).

¿El acuerdo establece una financiación específica?

No. Según Todd, se necesitará “una combinación de mecanismos de financiación” para garantizar el acceso equitativo a vacunas, tratamientos o equipos de protección. “Ha habido muchas promesas de distintos países, como la Unión Europea, que prometió millones, pero es muy difícil saber dónde está ese dinero, porque algunos de los anuncios se remontan a varios años atrás, y no está claro si los gobiernos cumplirán sus promesas”, critica.

¿Los Estados cederán soberanía si firman el acuerdo?

Los dos borradores de resoluciones que la asamblea general debatió este martes reconocen que el Órgano Intergubernamental de Negociación “acordó que el instrumento debería ser jurídicamente vinculante y contener tanto elementos jurídicamente vinculantes como no vinculantes”. No obstante, según Michael Reich, experto en salud pública de Harvard, una de las herramientas para garantizar el cumplimiento son “las sanciones por incumplimiento”, que, por el momento, no recoge el documento.

¿Existe algún tratado similar?

Solo uno, el Acuerdo Marco para el Control del Tabaco, firmado en 2003. “Es cierto que el problema del tabaco continúa, pero ha ayudado a reducir mucho el consumo”, reconoce un negociador del acuerdo sobre pandemias. Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su discurso del lunes, hizo un guiño a este pacto para resaltar la importancia de los tratados internacionales: “El uso de tabaco está descendiendo en 150 países y hay ahora 19 millones menos de fumadores que hace dos años”.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco (Enviada especial)
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.
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