La poliomielitis parecía erradicada, pero los niños del mundo siguen en peligro si no se frena en Pakistán y Afganistán
El virus de la polio vuelve a circular por Occidente y preocupa a las autoridades sanitarias. La enfermedad, altamente infecciosa, paralizante y, en ocasiones, mortal, se puede evitar con una vacuna
Solo cuando resurge en Occidente volvemos a oír hablar de la polio. El virus, pese a estar en vías de erradicación mundial, tiene confirmado un contagio en el Estado de Nueva York y ha sido detectado en aguas residuales de Londres. Y preocupa a las autoridades sanitarias. Pero es que hasta que se interrumpa la transmisión del poliovirus en Pakistán y Afganistán, los dos únicos lugares donde la poliomielitis sigue siendo endémica, todos los países continúan en riesgo de importación de la enfermedad, según la Iniciativa para la Erradicación Mundial de la Poliomielitis (IEMP). Especialmente los países vulnerables con servicios de inmunización y salud pública débiles y vínculos comerciales o de viaje con Pakistán y Afganistán.
La iniciativa para hacer desaparecer la poliomielitis se puso en marcha en 1988, con el objetivo de frenar esta enfermedad altamente infecciosa, paralizante y, en ocasiones, mortal, que se puede evitar con una vacuna. Hoy, se puede decir que ha sido un éxito: los casos se han reducido en un 99% desde entonces. Según la Alianza para las Vacunas (Gavi), la IEMP ha ayudado a inmunizar a más de 3.000 millones de niños y, gracias a ella, más de 20 millones de personas que habrían quedado paralizadas caminan hoy.
¿El secreto? La vacunación masiva. Primero con una vacuna en gotas orales con el virus atenuado y luego, cuando el país ya está libre de la enfermedad, con una inyección con el virus inactivo. Mantener los niveles de inmunización altos es crucial para cerrar el paso al germen, frente al que los niños menores de cinco años son particularmente vulnerables.
Así las cosas, el virus de la poliomielitis está dormido en todo el planeta, menos en Pakistán y Afganistán. Optimista, pero cauta con los avances, se muestra Melissa Corkum, coordinadora mundial de brotes de esta enfermedad de Unicef. “En lo que va de 2022, hemos reportado solo 15 casos de polio, 14 en Pakistán y uno en Afganistán. Nigeria, el otro país donde había polio salvaje [la que se produce a través de transmisión comunitaria frente a la que procede de la propia vacunación] ya lleva desde 2016 sin notificar un solo caso”, señala, en conversación con este periódico. Las cifras han aumentado ligeramente con respecto a 2021, cuando hubo cuatro casos de poliomielitis salvaje en Afganistán y solo uno en Pakistán.
El virus está acorralado en dos lugares. Eso sí, no podemos darnos el lujo de apartar la vista de la pelotaMelissa Corkum, coordinadora mundial de brotes de poliomielitis de Unicef
“Es verdad que todos los países del mundo, menos Pakistán y Afganistán, han detenido el virus. Pero para detenerlo de verdad hay que pararlo en estos dos países, además de abordar los brotes. Mientras sigamos teniendo polio en alguna parte del planeta, todos los niños, de todas partes, están en riesgo. Estamos progresando, pero el objetivo es erradicar la enfermedad, llegar a cero. Para eso aún queda mucho trabajo”, asegura.
¿La solución? Una inmunización de rutina más amplia y mejorada que considera “la columna vertebral de la erradicación”. Corkum, que lleva 20 años luchando contra la poliomielitis, mantiene la esperanza. “Creo que, si nos comprometemos, lo lograremos. El virus está acorralado en dos lugares. Eso sí, no podemos darnos el lujo de apartar la vista de la pelota”. De ser eliminada, la polio sería la segunda enfermedad humana erradicada después de la viruela, aniquilada en 1979.
De ser eliminada, la polio sería la segunda enfermedad humana erradicada después de la viruela, aniquilada en 1979
En Pakistán y Afganistán, que representan un único bloque epidemiológico, hay varias barreras que superar para acabar con todas las formas de poliomielitis, explica un portavoz de Gavi. “Los profundos vínculos sociales, culturales y económicos, el movimiento transfronterizo de población a gran escala, la inseguridad, la información errónea que resulta en una baja aceptación de la vacuna, las emergencias humanitarias derivadas de terremotos e inundaciones, o el fundamentalismo islámico, son algunas de ellas”, aclara.
El integrismo religioso, sobre todo, ha dificultado la inmunización durante los últimos años, dejando a millones de niños fuera del alcance de la campaña y, por lo tanto, exponiéndolos al contagio y facilitando que el virus continúe en circulación. De hecho, a principios del mes de junio de 2021, cinco trabajadores sanitarios que llevaban a cabo una campaña de vacunación contra la poliomielitis en la provincia afgana de Nangarhar murieron durante una serie de ataques extremistas, por lo que se suspendió el trabajo que pretendía proteger del virus a más de 10 millones de niños menores de cinco años.
Interrumpir toda la transmisión de la poliomielitis en Afganistán y Pakistán para fines de 2023 es el objetivo del plan estratégico para el periodo 2022-2026 de la IEMP. La vía hacia la erradicación, según el plan, pasa por “aumentar la voluntad política en todos los niveles de gobierno y con todos los agentes locales; forjar una alianza profunda y duradera con las comunidades marginadas; contar con un programa que funcione bien y que disponga de personal de primera línea adecuado y motivado que aplique inoculaciones de manera sistemática; emplear un enfoque integrado de prestación de servicios; e invertir permanentemente en la calidad y la mejora de las actividades de vigilancia y en las labores de detección oportuna”.
Un gigantesco retroceso
En cuanto a inmunización en general, sin embargo, la cosa no pinta del todo bien. Según datos de Unicef, el nivel de vacunación en el mundo ha bajado entre 2019 y 2021 un 5%. O, lo que es lo mismo: 25 millones de niños han dejado de recibir sus dosis. La tasa de vacunación es la más baja de los últimos 30 años: un 81% para la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP3), que se consideran un buen indicador del resto de vacunas. Es decir, aunque no se mida la de la polio, es muy probable que también haya caído en una proporción muy similar. De esos 25 millones, 18 no recibieron ni una sola dosis de la DTP en todo el año. La mayoría de ellos viven en países de ingresos bajos y medianos: India, Nigeria, Indonesia, Etiopía y Filipinas registran las cifras más elevadas.
Según datos de Unicef, el nivel de vacunación en el mundo ha bajado entre 2019 y 2021 un 5%. O, lo que es lo mismo: 25 millones de niños han dejado de recibir sus dosis
La disminución se debió a numerosos factores, según el portavoz de la Alianza para las Vacunas. Algunos de ellos son el aumento del número de niños que viven en situaciones de conflicto y entornos frágiles, donde el acceso a la inmunización suele ser limitado; la propagación de información falsa y los problemas relacionados con la covid-19, como las interrupciones en los servicios y las cadenas de suministro, el desvío de recursos para las labores de respuesta y las medidas de contención que restringieron el acceso y la disponibilidad de los servicios de vacunación.
La situación vuelve a ser muy preocupante, reconoce Corkum, de Unicef. “Amenaza décadas de arduo trabajo en algunas de las zonas más remotas del mundo, donde la precariedad de los servicios de salud, las reticencias culturales o los problemas logísticos derivados de la pandemia, han complicado sobremanera la implementación de las campañas de vacunación rutinaria”.
¿Cómo se transmite la poliomielitis?
El contagio de la poliomielitis, que en aproximadamente un 1% de los casos causa problemas –cuando entra en el sistema nervioso central y puede causar parálisis y atrofia muscular– se produce de persona a persona, sobre todo a través de las heces. Por eso, guarda una estrecha relación con las malas condiciones higiénicas y de saneamiento del entorno.
Cristina Calvo, del Servicio de Pediatría, Enfermedades Infecciosas y Tropicales en el Hospital Universitario La Paz y presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP), explica: “El virus de la polio es muy contagioso y se transmite fácilmente. La vacunación y las mejoras sociosanitarias han hecho que la enfermedad desaparezca de muchos lugares que han sido certificados como ‘libres de polio’, pero, sin el mantenimiento de un nivel adecuado de coberturas de vacunación, la enfermedad puede ocasionar brotes importantes”.
Aunque el recorrido de la polio es limitado, al menos en los países con altas coberturas de vacunación, los casos detectados en Occidente muestran que el riesgo no ha desaparecido y que el objetivo de erradicar al virus de la faz de la Tierra, algo que parecía al alcance de la mano, se complica. Así, la enfermedad sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional.
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