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Cabo Verde o cómo crear turismo sostenible con marca África

Tras la debacle del sector por la covid-19, todo el continente intenta recomponer este sector básico para su desarrollo. Un ejemplo es el de este archipiélago volcánico que ha preparado un plan apostando por la sostenibilidad, la diversificación y lo local. Lo cuenta Carlos Duarte, su ministro de Turismo

Barcas en la playa de Mindelo, isla de San Vicente, Cabo Verde.
Barcas en la playa de Mindelo, isla de San Vicente, Cabo Verde.Getty
Lola Huete Machado

Madrid se convertirá del 30 de noviembre al 3 de diciembre en centro mundial viajero, al acoger a la 24ª Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT). En ella se analizará el futuro del sector, estratégico para muchos países, tras la pandemia, con el impulso de potenciarlo y hacerlo más inclusivo y sostenible. Además de las reuniones oficiales, en cartera de esta cita están la revisión de la Agenda 2030 de la OMT para África y el primer Código Internacional para la Protección de los Turistas, diseñado para restaurar la confianza en los viajes. Confianza necesaria para favorecer el regreso a la normalidad y la recuperación (enturbiada hoy mismo por las noticias sobre la nueva variable de coronavirus en el Sur africano). No es la primera vez en los últimos meses que tal plan marca la agenda del gremio. Para las regiones en desarrollo significa mucho.

Los miembros africanos de la OMT se reunieron ya en septiembre en Cabo Verde para reforzar los lazos de cooperación y avanzar en los planes de crecimiento sostenible tras el desastroso año vivido en el sector por la covid-19. La aportación del turismo al PIB mundial fue en 2019 de 9,17 billones de dólares. Da de comer a 270 millones de bocas en muchos lugares (dato de 2020). Pero en África, especialmente en los Estados más vulnerables, además su sola mención está relacionada con una palabra: esperanza.

Esperanza de crear puestos de trabajo, crecer, prosperar, modernizarse. Las perspectivas en el continente eran positivas. Pero 2020 acabó con ellas. Las cifras se desplomaron (ver gráfico)

En el mundo en su conjunto, el movimiento de viajeros llegó a descender hasta en un 97% (durante el mes de abril 2020, ahora se mantiene en torno al 65%). En África, cayó el 69%. Y en Cabo Verde, el hermoso archipiélago anfitrión, casi por completo. En 2019, antes de la pandemia, recibió 820.000 visitantes, atraídos por sus paisajes, sus playas, su cultura criolla portuguesa-africana y/o su música tradicional (morna). En lo que va de año, apenas han recuperado unos pocos miles.

La que fue 64ª reunión de la Comisión Regional de la OMT para África (CAF) contó con la representación de 23 países y se celebró en la isla de Sal, de las diez que conforman este lugar. La inauguró el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, y junto a él estaba el Ministro de Turismo y Transporte, Carlos Jorge Duarte Santos, para reafirmar el apoyo al sector e insistir en su condición de motor de la recuperación y del desarrollo. El continente anda inmerso en un proyecto común: crear y afianzar la marca África (Brand África) y este encuentro sirvió para ahondar en ello después de que fuera lanzada la iniciativa en Namibia en junio pasado.

Semanas después de la CAF y antes de su visita a la Asamblea de la OMT en Madrid, Duarte aparece al otro lado de la pantalla del ordenador dispuesto a contarnos en un portuñol clarísimo por qué Cabo Verde (y todo África, por extensión) necesita visitantes para crecer y garantizar el progreso de sus ciudadanos, y dispuesto a “vender” bien un país, su país, que él considera “destino privilegiado” y único. Así con todas las letras. Y lo es, porque es uno de los más chiquitos del mundo (4.030 kilómetros cuadrados) y posee unas características bien peculiares: con poco más de medio millón de habitantes, está ubicado en un archipiélago volcánico frente a la costa noroeste de África y puede presumir de geografía, historia y cultura características, fusión entre lo mediterráneo y lo africano que se aprecia en su arquitectura, en su gastronomía o en su música, ese cruce de caminos entre el fado portugués, la modinha brasileña, el tango rioplatense y el lamento angoleño que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y que tiene un nombre propio, el de la cantante Cesaria Evora.

Casas y pequeños negocios en un paseo costero en Faja D'Agua
Casas y pequeños negocios en un paseo costero en Faja D'AguaGetty

“Todo se desmoronó con la covid, estuvimos cerrados desde marzo hasta octubre de 2020″. Ahora, dice, deben empezar a planear e invertir. “El turismo significa mucho para nosotros, exactamente el 25% del PIB, y genera uno de cada cinco empleos. Por eso desde junio de 2021 estamos empeñados en mostrar que somos un lugar preparado para recibir a otros. Ya hay un 35% de población vacunada por completo y un 70% con la primera dosis. Llegaremos al 75% completo a finales de año, lo que será una gran victoria para un país tan pequeño”. Los corredores aéreos se abrieron este septiembre para algunos Estados como Alemania y en octubre se ampliaron. Su objetivo es, asegura, “garantizar la salud pública de sus ciudadanos, de los visitantes y crear las condiciones para que los viajeros se sientan seguros y puedan disfrutar”.

Objetivos comunes a aquellos que se abordaron en la reunión de septiembre (y se abordarán en Madrid, a buen seguro), y que son “los que se interponen en el camino de la reanudación segura del sector en todo el continente”: se debe acelerar la implantación de vacunas, abordar los problemas de seguridad que siguen repercutiendo en la percepción mundial de África, mejorar la conectividad aérea entre destinos y armonizar los protocolos de viaje como medio eficaz para impulsar el turismo regional. El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, lo dijo claro en la reunión: “El continente está unido en su determinación de utilizar el poder del turismo para impulsar el desarrollo y las oportunidades para todos. Y con la coordinación y las inversiones específicas, podrá finalmente desarrollar su potencial único”.

El mercado municipal de Mindelo, Isla de Sao Vicente, Cabo Verde.
El mercado municipal de Mindelo, Isla de Sao Vicente, Cabo Verde. Getty

Ahora Cabo Verde tiene un plan. Y muchos retos en un sector que crecía desde los años noventa basado en la fórmula playa+sol: “Entonces el país era otro, era muy pobre, esta industria la dominaban grandes grupos... Muchos, de origen español. Ahora vemos, que aquello sirvió para generar riqueza, pero tenemos excesiva concentración en algunas de las islas donde se acumula el 95% de las pernoctaciones, poca diversificación, pues se reduce en su mayoría a eso, sol y playa, y al modelo todo incluido y debemos descentralizarlo, llevarlo a todas las islas y hacerlo crecer en modo sostenible”.

¿Cómo hacerlo? “Si no se puede competir por precios, hay que hacerlo con oferta propia y variada”, opina. “Estamos creando productos basados en nuestra estabilidad, en nuestra riqueza histórica y cultural, nuestra música... Podemos presumir de riqueza paisajística, de turismo rural, de contacto directo con la población local...”, asegura. ”La propia celebración de la CAF en nuestro territorio es prueba de que podemos acoger congresos y grandes eventos”.

Duarte lo considera, además, un destino a descubrir por los españoles (que solo representan un 2% de los visitantes cuando en 2015 eran muchos más), un lugar a cuatro horas y media en avión desde la Península que te permite descubrir un archipiélago de 10 islas (las de Barlovento y las de Sotavento), con nombres tan sugerentes como Boa Vista, Maio, Santiago, Fogo, Sal, Brava, San Vicente...) que son, algunas, como un trozo de desierto en medio del océano.

Típico mercado africano de verduras, en Assomada, Isla de Santiago, Cabo Verde.
Típico mercado africano de verduras, en Assomada, Isla de Santiago, Cabo Verde.Getty

Su programa, afirma, tienes tres patas y está pensado para el próximo lustro. Además de la diversificación, pasa, en segundo lugar, por la inversión en la promoción turística, con la idea de distanciarse de esa imagen de ser destino “secundario” o “pariente pobre” (frente a otros más sonoros o incluso frente a Senegal, tan cercano) y de reivindicarse como otro nuevo, fresco, único. Y tercero, invertir en gobernanza y en sostenibilidad económica y social. Mejorar la situación de ese 26% de población que aún vive hoy bajo el nivel de la pobreza en el archipiélago [en el puesto 134 de 96 países em el ranking de PIB per cápita, 2.600 euros]; resolver la precariedad, asegurar las buenas condiciones de los empleados de los hoteles e instalaciones turísticas... Menciona, también, el trabajo conjunto con el Ministerio de la Condición Femenina para crear condiciones igualitarias de salarios en un sector donde más del 50% son mujeres.

“La sostenibilidad debe ser social, económica y ambiental. No queremos crear asimetrías en las islas, queremos reforzar el cuidado de las áreas protegidas, donde habitan especies de flora y fauna únicas, queremos un desarrollo armonioso que evite esos contrastes de hoteles rodeados de barrios de chabolas que existen en otros lugares. No queremos bajo ningún concepto destruir lo que tenemos, porque nos quedaríamos sin nada que ofrecer”.

“El turismo”, sigue, “tiene un importante efecto multiplicador: por cada euro invertido se reciben muchos”. Y repasa sectores en los que impacta, además de los tradicionales servicios: en la agricultura, en las industrias creativas, en la agroindustria, en el transporte... “Aspiramos, además, a ser sostenibles también en alimentos, lograr autoabastecernos. Necesitamos ampliar el foco”. Son muy conscientes, asegura, de la fragilidad de sus ecosistemas, de sus tradiciones y su cultura: “Queremos vender esa diferenciación, es nuestro mayor valor y no, no hay peligro de masificación”.

Durante toda la conversación, cuando se refiere a viajeros siempre habla de europeos. ¿No hay turistas africanos en Cabo Verde?, le preguntamos. “Comenzamos a tenerlos ahora. Pero en las conexiones aéreas está la clave. La conectividad es el punto flaco de África, No conseguimos resolverlo”, responde. Ellos mismos aspiran desde hace largo a convertirse en plataforma aérea de distribución de pasajeros (como también quiere serlo Senegal, con el nuevo aeropuerto en Dakar, su principal competidor), el cruce necesario desde América Latina y Brasil para la misma Europa. Y que permitiera detenerse unos días y disfrutar las islas como merecen. “Eso sería una interesante experiencia de futuro”, sonríe el ministro.

Santo Antao island at Cabo Verde. Female traveler staying on the cove volcano edge above the foggy green valley overgrown with agave plants.
Santo Antao island at Cabo Verde. Female traveler staying on the cove volcano edge above the foggy green valley overgrown with agave plants.Getty

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Sobre la firma

Lola Huete Machado
Jefa de Sección de Planeta Futuro/EL PAÍS, la sección sobre desarrollo humano, pobreza y desigualdad creada en 2014. Reportera del diario desde 1993, desarrolló su carrera en Tentaciones y El País Semanal, con foco siempre en temas sociales. En 2011 funda su blog África no es un país. Fue profesora de reportajes del Máster de Periodismo UAM/El País

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