Un grupo de WhatsApp para erradicar los discursos de odio
Más de 1.800 personas se mantienen en contacto para zanjar de manera coordinada posibles rumores y bulos racistas en Álava a través de grupos de esta red social ahora que la pandemia evita los encuentros físicos
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A Mariate se le arquean las cejas cuando lo recuerda entre indignada y sorprendida. Hasta baja la voz para relatarlo. Hace tres años, tras los atentados de Barcelona y Cambrils por una célula terrorista, una vecina le avisó de que había reconocido a uno de los terroristas por las fotos publicadas en los medios de comunicación. “Se trata de uno de los jóvenes marroquíes del pueblo. Hace mucho que no le veo. Es él seguro”, recuerda que le dijo. Y vuelve a indignarse. “Mentira. Conozco a esa familia y estaban esos días de vacaciones en Marruecos con todos sus hijos para visitar a su familia”, asevera.
A la vecina le quedó claro que se había equivocado. Y así, se evitó que el rumor se extendiera por las calles empedradas de Salvatierra, Álava, localidad a pocos kilómetros de Vitoria-Gasteiz y con una población de 5.062 habitantes de los cuales un 12,3% son migrantes. “Así surgen la mayoría de bulos y así se extienden, sin mala intención, por gente cercana a ti y en lugares tan tranquilos como este, pero sin saber cuáles pueden ser sus consecuencias”, continúa con el ceño ya relajado.
Más de 1.800 personas formadas anti bulos
María Teresa Quintero Ríos, Mariate, realiza ahora el mismo esfuerzo de ese día en desmentir bulos, pero de forma digital y de manera coordina con otras personas a través de grupos de WhatsApp. Las medidas sanitarias impiden los encuentros como con aquella vecina. “Ahora las puestas al día se trasladan al WhatsApp”, explica. Por eso, la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi ha encontrado en esta herramienta digital una gran aliada para mantener en activo también a los 1.800 agentes anti rumores, que como Mariate, ha formado durante los últimos cuatro años en el territorio con el apoyo de la Diputación Foral de Álava.
La formación de este tipo de agentes anti rumores arrancó en 2010 en el Ayuntamiento de Barcelona y en Álava no tardaron en interesarse muchos de sus ayuntamientos que acudieron a CEAR para ponerlos en marcha. Hoy son ya más de ocho los municipios alaveses que han participado con más de 1.800 personas formadas a través de talleres presenciales. “Nos contactan las instituciones y seleccionamos a las personas interesadas entre asociaciones deportivas, sociales, culturales y de todo tipo en cada uno de estos pueblos”, explica Paloma Gutiérrez López, técnica de Incidencia y Participación Social en CEAR Euskadi.
Del 1% de migrantes al 10%, en dos décadas
Paloma encontró en Mariate la cómplice que necesitaba en Salvatierra para poner en marcha los talleres junto al Ayuntamiento y Diputación Foral de Álava. Mariate sabe lo que se siente al migrar al llegar de Panamá en los años 80 y también conoce bien las necesidades de los que ahora emigran como fundadora de la asociación “Alai, lazos de amistad con el emigrante” de la localidad. Álava ha pasado de contar con una población de origen extranjero del 1,6% en 1998 a superar el 10% de media en 2018. Por eso, cobran un valor especial todas las iniciativas puestas en marcha durante este tiempo en apoyo de la integración.
En 2014, CEAR Euskadi comprobó además el valor de trabajar en red con todas estas organizaciones sociales cuando una de sus responsables impulsó la plataforma “Gora Gasteiz” para denunciar las declaraciones xenófobas del entonces alcalde del PP en la capital alavesa, Javier Maroto. El político acusó, también sin datos, a toda la comunidad marroquí de registrarse como residentes en la ciudad “con el único fin de reivindicar prestaciones sociales”. En las elecciones siguientes, la plataforma ciudadana “Gora Gasteiz” se presentó a las elecciones y consiguió arrebatar al político la alcaldía. Después fue el Consejo de Europa quien tachó de “xenófobo” al ya exalcalde por esas declaraciones y quedó claro todo que era un bulo.
‘Bizilagunak’ es como se llama el grupo. Tiene el nombre de la iniciativa con la que, una vez al año, todos sus agentes anti rumores abren las puertas de sus casas a otras familias de fuera o del municipio para generar lazos de amistad e invitarles a formarse como nuevos agentes
Ahora, a falta de encuentros físicos, CEAR apuesta por el WhatsApp para mantener el contacto de todas las personas formadas en la lucha contra estos rumores. En concreto, Bizilagunak es como se llama el grupo que mejor funciona en cada municipio. Tiene el nombre de la iniciativa con la que, una vez al año, todos sus agentes anti rumores abren las puertas de sus casas a otras familias de fuera o del municipio para generar lazos de amistad en torno a una mesa e invitarles a formarse como nuevos agentes.
“Este año no pudimos ponerlo en marcha al celebrarse en torno al día contra el racismo, 21 de marzo. Así que lo trasladamos al WhatsApp. Ha sido tal el éxito que hemos dado forma de libro a dos documentos: uno con una selección de recetas que la gente se animó a compartir y otro con los enlaces a canciones, libros y películas disponibles en formato online y sobre temáticas sociales”, señalan sus organizadoras con más de 3.500 participantes en las diferentes ediciones que han celebrado de esta iniciativa, Bizilagunak.
Generar lazos de amistad, la mejor estrategia contra rumores
Itziar Bartolomé Aranburuzabala comparte grupo con Mariate y es la responsable de la Ludoteca Municipal de Asparrena, localidad a tres kilómetros de Salvatierra. “A mí el grupo de WhatsApp me sabe a poco. Echo mucho de menos a las familias que frecuentan la ludoteca”, señala por teléfono.
Su espacio está ahora cerrado y ha encontrado en el grupo la manera de mantener contacto con muchas de las personas que lo frecuentan. “En realidad nos escribimos, sobre todo, para compartir recetas. Me he aficionado a elaborar mi propio pan y las mujeres marroquíes son unas artistas. Además les hace mucha ilusión compartir lo que saben y sentir que valoramos mucho todo lo que saben”, sonríe.
Mariate no solo compartió una receta sobre cómo cocinar yuca frita al estilo de su Panamá natal, sino que también empezó a subir fotos de su poemario. Ahora pasea por Salvatierra a sus 65 años con una pequeña mochila de cuero a la espalda. Dentro lleva su libro recién editado con 30 de esos poemas, los que compuso durante el confinamiento y aquellos que ya tenía escritos de antes. “Nunca sabes cuándo te pueden pedir uno”, explica y sonríe.
A lo largo del mes de diciembre también representará una obra de teatro junto a otros cinco agentes anti rumores. Contarán en plena calle qué es lo que se siente cuando no te quieren alquilar una vivienda por ser de fuera. “Es una obra de ocho minutos y la formamos gente de todas las edades desde los 20 hasta los 65 años. Queremos fortalecer la convivencia en este pueblo en el que nos conocemos todos y en el que la cultura es la mejor manera de generar puntos de encuentro entre los vecinos de siempre y los que van llegando de fuera”, matiza.
Sea por las calles o por WhatsApp, a través de recetas, canciones u obras de teatro, cerca de dos mil personas en Álava no esperan ya al Consejo de Europa para tachar como xenófobos los rumores, incluso ni esperan a que se produzcan. Y así lo advierte Mariate en uno de sus poemas: “¡Ya no callaré!/ Soy invencible; /me quité la máscara de la vulnerabilidad, / ¡Ni estoy vencida; ni estoy indefensa! / ¡Ni cargaré con cargas que no me pertenecen! / No callaré”. Y mucho menos lo hará, si se trata de combatir bulos en su nueva casa, Salvatierra, Álava.
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