Los resúmenes de IA están destruyendo el internet que conocemos
Intenten hacer la prueba mañana mismo. A las 13.00 se canta el Nobel de Literatura. ¿Cuánta gente entrará en un medio de confianza para informarse?


Los medios de comunicación están en peligro. No es una exageración: como casi todo el mundo ya sabe, Google ha introducido en sus resultados de búsqueda resúmenes automáticos (AI overviews, lo llaman) que muestran un extracto del contenido de múltiples fuentes directamente en la página de resultados, sin necesidad de que el usuario haga clic para leer el artículo completo. Según informan muchos medios (The Economist abrió la veda hace dos meses con un estupendo artículo titulado AI is killing the web. Can anything save it?), estos resúmenes están provocando caídas muy significativas en las tasas de clics hacia los artículos originales. No solo ocurre con los medios digitales: foros, redes sociales y sitios como Wikipedia también acusan la caída. Hay estudios que dicen que solo el 1% de los usuarios de resúmenes acaba llegando a la fuente original. Ahora que habíamos cambiado nuestra forma de trabajar para adaptarnos a Google, nos vuelve a cambiar las reglas del juego.
En definitiva, los lectores, al encontrar lo que buscan directamente en el resumen, ya no sienten la necesidad de visitar la página de origen. Y para los medios esto supone un doble problema: por una parte, pérdida de ingresos publicitarios o de suscripciones, porque al no generarse tráfico desde los buscadores, se reduce la monetización. Por otra parte, hay preocupación por la visibilidad de sus marcas: si los usuarios consumen contenido sin ver el artículo original, el reconocimiento del medio se debilita. Algunos ya han llevado el asunto a organismos reguladores, y piden transparencia por parte de Google y otros buscadores acerca de qué criterios usa para elaborar sus resúmenes, cómo selecciona las fuentes, y qué datos tiene sobre ese tráfico. También se están gestando iniciativas para remunerar a los medios y páginas porque, si no, el internet abierto que conocemos hoy puede desaparecer para siempre envuelto en la endogamia de las grandes corporaciones.
Puede parecer una exageración, pero intenten hacer la prueba mañana mismo. A las 13 horas se canta el Nobel de Literatura. ¿Cuánta gente entrará en un medio de confianza (por ejemplo, este) para informarse de quién es el flamante ganador, y cuánta gente obviará un medio serio (por ejemplo, este) y se conformará con las 10 frases que le dé Google? Pronto lo sabremos.
Sobre el Nobel de literatura hay una anécdota curiosa: una hora antes de que el poeta Tomas Tranströmer recibiera la feliz llamada de la Academia Sueca en 2011, una web que replicaba a la del Nobel, creada por un grupo de activistas serbios, anunció que el ganador era un compatriota suyo: el escritor nacionalista Dobrica Ćosić. Medios locales (e internacionales, como The Guardian), reprodujeron la falsa noticia. ¿Qué hubiera dicho la IA de los resúmenes de Google de haberle preguntado entonces? Pues que el ganador era Ćosić, claro. No porque lo leyera en algún medio de prestigio, sino porque su verdad va al peso, y eran mayoría los medios que celebraban la efímera victoria del serbio. Esa es la cara B de los resúmenes: a día de hoy fallan más que una escopeta de feria. No es corporativismo, es la verdad.
Mientan o no los resúmenes, lo cierto es que la prensa no sabe cómo encarar este derrumbe de las visitas por buscadores. Y lo peor es que si logra superar este escollo, ya volverán los dueños de internet a cambiar las reglas de juego de un día para otro, en este día de la marmota de la degradación de la calidad informativa (y democrática) que comenzó el día en que los medios cedieron la autopista informativa y se inició un proceso de degeneración progresiva (¿e imparable?) del ecosistema virtual. Por cierto, a este herrumbroso fenómeno del entorno digital se lo conoce cada vez más como mierdificación. A ninguna IA se le hubiera ocurrido un término tan certero.
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