El ‘backpfeifengesicht’ de J. D. Vance
La alteración frenética de la cara del vicepresidente de Estados Unidos ha pasado de símbolo burlón de la izquierda a estandarte de la extrema derecha


Los alemanes tienen una palabra para todo y esta semana aprendí una que me pasaría el día aplicando en voz alta si no fuese por lo larga que es y lo mal que se me da su fonética: backpfeifengesicht. El concepto combina dos sustantivos: backpfeife (tortazo) y gesicht (cara). Cuando se juntan, lo que se pretende anunciar es que alguien tiene una cara a la que dan ganas de darle un guantazo. Una genialidad. Guardé el uso de backpfeifengesicht en mi disco duro cerebral mientras leía sobre los miles de memes que están alterando de forma grotesca la cara del vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance. En esas imágenes compartidas de forma compulsiva a través de Discord y X, la cara del exsenador de Ohio se ha alterado tanto que está alcanzando cotas delirantes. Aunque la mayoría de veces adopta el aspecto de un niño rechoncho con mofletes exagerados y ojos demoníacos, la distorsión ha llegado a territorios tan inquietantes como verlo convertido en nuggets de pollo, en la explosión de Akira o en un monstruo salido de un vertido de petróleo.
This is rare JD Vance it happens only once in a few decades. Like and share for 99 years of wealth. You will never lack money for travel or trips 🙏 🍀 pic.twitter.com/6AkeEbHhQ9
— Gregory G. Glimmer (@GregoryGlimmer) March 4, 2025
No es la primera vez que internet se ríe del vicepresidente. En la carrera presidencial, la agencia Associated Press (AP) informó sobre uno de los bulos que corrían sobre él con un titular impensable: “No, J. D. Vance no ha practicado sexo con un sofá”. La noticia desmentía un tuit que se viralizó afirmando que Vance había narrado un peculiar episodio sexual en sus memorias: “No puedo decirlo con seguridad, pero puede que sea el primer candidato a vicepresidente que ha admitido haberse masturbado utilizando un guante de látex entre los cojines de un sofá (Hillbilly, una elegía rural, págs. 179-181)”. Aquella supuesta revelación era mentira y el bulo del sofá duró poco, pero, esta vez, su cara convertida en meme pinta para largo. El backpfeifengesicht de J. D. Vance podría haber sido el típico ejemplo en la batalla ideológica de redes para caricaturizar al adversario. Un fenómeno que explosiona y desaparece a los dos días por agotamiento, pero lo interesante de su caso es que el bando republicano también se ha subido al carro y se ha apropiado de él. Hace unos meses, para la izquierda, la cara de Vance se deformaba hasta la de ese bebé demoníaco; para la derecha, se hacía para convertirlo en un semidiós esculpido por Bernini, un Chad con la apariencia física del triunfador en la manoesfera. Pero desde la reunión con Zelenski en la Casa Blanca, el uso político de su cara se ha acelerado hasta tal punto que hasta el propio J. D. Vance ha dado a entender que había visto todos esos memes y los bendecía: subió una imagen de su cara incrustada en el cuerpo de Leonardo DiCaprio señalando el televisor cerveza en mano en la película Érase una vez en América.
On a JD Vance scale from 1 to 9, how are you feeling today? pic.twitter.com/xKWYk42y2m
— Templarpilled (@Templarpilled) March 4, 2025
Aunque los vicepresidentes históricamente siempre han sido motivo de burla y entretenimiento colectivo —algo de lo que no se libraron Kamala Harris, Joe Biden, Mike Pence ni Al Gore, y ahí está la multipremiada serie Veep para probarlo—, los analistas de tendencias digitales creen que la cara de Vance es la Rana Pepe de 2025. Hace unos años, aquel dibujo cómico fue mezclado y remezclado frenéticamente hasta acabar convertido en símbolo de odio supremacista por promover ideas antisemitas y ofensivas. Con la cara de J. D. Vance podría pasar lo mismo, ahora que las cuentas de extrema derecha se han apropiado de la versión demoníaca para convertirla en un símbolo de su ideario.
Se entiende que un meme ha muerto cuando los periodistas escribimos sobre él, pero no está tan claro que este sea el destino final del rostro de Vance. Todavía queda legislatura y el backpfeifengesicht que nunca fue viene a probar, una vez más, que la memeficación de los políticos, aparentemente distractora, no es solo un divertimento catártico. Es un campo de batalla que desborda más ideología que absurdo.
you’re in the wrong neighborhood, libtard. pic.twitter.com/BCGDWn9b2g
— Logan Hall (@loganclarkhall) March 4, 2025
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
