Ir al contenido
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El laborioso oficio de construir un mundo

Resulta hasta revolucionario pensar en un espacio particular en el que sea posible aquello que nos gustaría

Una joven lee un libro en un parque.
Una joven lee un libro en un parque. Frazao Studio Latino (Getty Images)
José Luis Sastre

Al empezar la universidad me hicieron leer manuales de todo tipo: de guion, de redacción y, los que más, de marketing. Ninguno de los profesores me dio a leer a Leila Guerriero ni a Juan Rulfo, por citar dos nombres de autores que enseñan a mirar distinto. Les descubrí a tiempo, aunque ya tarde. De alguna manera, en clase esperaban que aprendiéramos a escribir con las reglas básicas de sujeto, verbo y predicado, y en las bibliografías resultaba raro que recomendasen una novela de ficción, como si en ellas no hubiera enseñanzas para el periodismo. Algunas tardes, una profesora se presentaba en el aula queriendo saber si habíamos leído el periódico del día. Lo preguntaba igual que preguntan en los juicios los fiscales: con afán de acusarnos y hacernos ver que no teníamos remedio.

En el primer curso, un profesor de Lengua rompió la norma. Nos trajo un cuento y nos lo puso en el examen final. Era El discurso del oso, de Julio Cortázar. El ejercicio consistía en explicar qué había querido decir Cortázar en su relato, ante lo que por supuesto protestamos, porque una pregunta así seguro que tenía trampa. Me puse a escribir y me hice fuerte en una tesis: sostuve que Cortázar no había querido decirnos nada en particular, sino hacernos pasar el rato. Defendí que nos proponía, sin dobleces ni símbolos, que imaginásemos una dimensión en la que era posible que un oso hablase y se metiera por las estrecheces de los caños de una casa. No es poca cosa para un cuento, esa de querer construir un mundo no tanto para evadirnos de este, sino para ensanchar nuestra manera de estar en él.

Han pasado los años. Ahora el periódico casi ni se lee en papel y las noticias te vienen a buscar con alertas que compiten por nuestra atención en los teléfonos, en cuyas pantallas alimentamos nuevas adicciones que no sabíamos que necesitáramos. El mundo se ha complicado y han dejado de estar claras las seguridades más firmes con las que crecimos, como el avance imparable de la democracia. Unos pocos hombres custodian los secretos de los algoritmos y el desarrollo de la inteligencia artificial y cuesta más llegar a la verdad porque la quieren equiparar con la mentira.

Es imposible entender todo lo que pasa. Los bulos no se propagan ya para que cuelen las mentiras, sino para que no creamos en nada. Ni en nadie. Las noticias avanzan a tal velocidad que, a un ritmo indigerible, acaban por expulsar a quienes se interesaban por ellas. Desalientan. Por eso, en esta marea de confusiones y de miedos, resulta hasta revolucionario pensar en un mundo particular en el que sea posible aquello que nos gustaría. Empezando, claro, por que un oso se desenvuelva arriba y abajo por los caños de una casa. Puede parecer literatura pero, puestos a dedicarle un tiempo, mejor eso que un plan de marketing.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Luis Sastre
José Luis Sastre (Alberic, 1983) es licenciado en Periodismo por la UAB con premio Extraordinario. Ha sido redactor, editor, corresponsal político y presentador en la Cadena SER. Creador de varios podcasts, actualmente copresenta Sastre y Maldonado. Es subdirector de Hoy por Hoy y columnista en EL PAÍS. Autor de Las frases robadas (Plaza y Janés).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_