_
_
_
_
editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El eje trumpista europeo

La reunión de partidos ultras acogida por Vox en Madrid pone rostro a una amenaza que exige una respuesta unida del europeísmo

Desde la izquierda, los líderes ultraderechistas de Países Bajos, Geert Wilders; Francia, Marine Le Pen; el líder de Vox, Santiago Abascal; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el italiano Matteo Salvini, este sábado en Madrid.
Desde la izquierda, los líderes ultraderechistas de Países Bajos, Geert Wilders; Francia, Marine Le Pen; el líder de Vox, Santiago Abascal; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y el italiano Matteo Salvini, este sábado en Madrid.Sergio Pérez (EFE)
El País

Los líderes de la agrupación ultraderechista europea Patriotas se reunieron el fin de semana en Madrid en una conferencia que dejó patente el grave peligro que el ascenso de estas formaciones representa para la calidad democrática, el avance de los derechos y el progreso social. Congregados bajo el lema trumpista de “Make Europe Great Again”, dirigentes de un importante sector de la galaxia nacionalpopulista europea ofrecieron inequívocas muestras de entrega ideológica al líder estadounidense, cuyos instintos antidemocráticos han quedado sobradamente comprobados desde el asalto al Capitolio de enero de 2021. No es una sorpresa: uno de los máximos protagonistas de la cita —el primer ministro húngaro, Viktor Orbán— lleva varios lustros maniobrando para erosionar la democracia de su país en su favor y es, no obstante, saludado con honores por sus socios.

El ideario expuesto en la conferencia de Patriotas —en la que participaron figuras como Marine Le Pen, Matteo Salvini o Geert Wilders, con Vox como anfitrión— incluye un peligroso ataque a las instituciones europeas. Los ultras ya han abandonado ideas radicales como la salida de sus respectivos países de la UE o de la zona euro con las que algunos de ellos coquetearon en el pasado, conscientes de que son un error sin respaldo popular significativo. Pero abonan la erosión de la confianza en las instituciones europeas, que son el pilar para la defensa de los valores y los intereses de los ciudadanos del continente. La “Europa de las naciones” que propugnan estos partidos es el revés del avance en el proceso de integración europeo, que es la única garantía de seguridad y derechos en un mundo agitado por potencias cada vez más peligrosas y hostiles.

Destacan por supuesto en el ideario del cónclave ultraderechista los valores no ya conservadores, sino llanamente retrógrados de estos partidos en materia de derechos, sobre todo respecto a la posición de las mujeres en la sociedad. Otro elemento esencial es el de la xenofobia cada vez más desacomplejada, con vetas directamente racistas y supremacistas. El instinto apaciguador hacia el agresor Vladímir Putin es otro factor sumamente inquietante.

Los Patriotas se enmarcan en una galaxia ultraderechista europea que va más allá de su perímetro. En el Parlamento Europeo hay tres agrupaciones distintas de partidos que se mueven en ese sector ideológico. Hay diferencias, pero el poder está ejerciendo un fuerte efecto galvanizador y, en cierto sentido, unificador. Elon Musk, por ejemplo, apoya abiertamente a la ultraderecha alemana de AfD y a la italiana de Meloni, que militan en grupos distintos.

Conviene tener plena conciencia de la amenaza que representa esta alianza, con su evidente conexión trumpista. Los partidos conservadores que normalizan la agenda política ultra, banalizando sus riesgos, tienen una gravísima responsabilidad histórica. Dan ejemplo los democristianos alemanes que, ante dudosas maniobras de su líder, ponen pie en pared contra toda perspectiva de colaboración.

Pero el desafío involucra a todas las fuerzas políticas e instituciones. Es imperativo cuidar una cohesión social que limite el malestar en el que pescan muchos nacionalpopulistas. Atenerse a una pulcritud democrática que evite riesgos de desconfianza en las instituciones y permanecer unidos alrededor de valores esenciales —democracia, derechos humanos, Estado de derecho, respeto a la integridad territorial, multilateralismo— que son los que fundamentan el proyecto europeo compartido. Es a partir de ahí que hay que articular una respuesta firme y valiente.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_