_
_
_
_
Red de redes
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un caballo atrapado en el tejado y la esperanza en Brasil

El rescate de ‘Caramelo’ durante las devastadoras inundaciones de Río Grande do Sul conmocionó a la sociedad en busca de un mensaje positivo en medio del desastre

'Caramelo', el caballo atrapado durante las inundaciones de Rio Grande do Sul, el 8 de mayo. Foto: TV GLOBO VIA REUTERS
Francesco Manetto

“Los primeros símbolos fueron animales”, escribió el crítico de arte John Berger. Lo fueron en las comunidades ancestrales y lo son hoy todavía. Un símbolo es, lo indica también su etimología, un conjunto de cosas e ideas mezcladas entre sí. Por eso, en ocasiones, es más eficaz que la literalidad para comunicar algo. Sucede también en situaciones extremas, como la semana pasada en el Estado brasileño de Rio Grande do Sul. En medio de la huella catastrófica de unas inundaciones que dejaron más de 130 muertos y casi 140 desaparecidos, el país se movilizó en redes sociales por un caballo atrapado en un tejado.

Al principio solo era un animal afectado por la emergencia en el municipio de Canoas, cerca de Porto Alegre, pero casi enseguida se convirtió en un símbolo, primero de resistencia, de tesón de los servicios de protección civil y finalmente de esperanza. “Globo muestra que el caballo varado en Canoas aún no ha sido rescatado. Observa que también hay perros ubicados encima de otras casas”, comentaba en X el youtuber Matty Bala al hacerse eco del hashtag “salvemos el caballo de Canoas”.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

En cuestión de horas, todos los que en Brasil encendieran la televisión o abrieran la página de un medio de comunicación sabían que había un equino color caramelo en apuros. Y precisamente así fue bautizado, Caramelo. Incluso Janja Lula, esposa del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se volcó con él. “¡Caramelo fue rescatado!”, escribió. “¡Gracias a la movilización de voluntarios y del Ejército logramos salvar otra vida!”. El operativo, que involucró a 17 personas y ocho barcazas, desencadenó un reguero de comentarios. “¡¡¡Brasil te ama!!! Dios mío, qué felicidad, qué orgullo de Bomberos, de soldados y de veterinarios. Está sedado y va en paz a salvarse”, escribió el influencer Felipe Neto, que nació en la zona afectada.

El propio Lula se enteró del rescate por el mensaje de su esposa mientras anunciaba un aumento de la inversión del Gobierno federal en las zonas devastadas por las inundaciones, donde el 80% del territorio, fronterizo con Uruguay y Argentina, llegó a estar sumergido bajo el agua. Hay más de un millón y medio de damnificados, miles de viviendas destrozadas, 165.000 personas desalojadas de sus casas y la destrucción, tras la alegría por Caramelo, deja un mensaje dramático de vulnerabilidad. La región ha sufrido en un año tres inundaciones mortales por lluvias torrenciales como consecuencia del fenómeno del Niño y antes fue azotada por una gravísima sequía. “Hoy [el miércoles] llegaron a Rio Grande do Sul 25 toneladas de donaciones de la mano del Gobierno federal, a través de la Fuerza Aérea Brasileña. Medicamentos, purificadores de agua, canastas básicas, colchones y alimentos. Uno de varios viajes realizados para ayudar a la gente al pueblo gaucho. El trabajo continúa”, afirmó el mandatario brasileño, que se desplazó en dos ocasiones al escenario del desastre.

A las ayudas públicas se sumó la movilización de algunas de las caras más visibles de la región, como la modelo Gisele Bündchen, que nació en un municipio rural del Estado sureño. “La gente no está perdiendo solo sus casas y trabajos. Están perdiendo todo”, alerta en un vídeo en inglés difundido en redes para pedir donaciones. El propio Elon Musk, dueño de X, cercano al expresidente Jair Bolsonaro e investigado en Brasil por atacar al juez Alexandre de Moraes, que lidera la lucha contra la desinformación, replicó esa grabación al anunciar el envío de un millar de terminales satelitales. “Dadas las terribles inundaciones en Rio Grande do Sul, Starlink donará 1.000 terminales a los servicios de emergencia y hará que el uso de todos los terminales de la región sea gratuito hasta que la región se recupere. Espero lo mejor para el pueblo de Brasil”, aseguró. Nada, no obstante, conmocionó tanto a los brasileños como el rescate de Caramelo.

Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_