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RED DE REDES
Columna
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La foto de Kate Middleton que nos convirtió en conspiranoicos

El lío de la foto de la princesa de Gales tiene antecedentes en una felicitación navideña de la Casa Real española

Kate Middleton
Kate Middleton con sus hijos Jorge, Carlota y Luis, en la famosa imagen difundida por el palacio de Kensington y cuya manipulación digital ha sido reconocida por la propia princesa de Gales.
Jaime Rubio Hancock

El tema en redes de la semana ha sido la fotografía de Kate Middleton con sus hijos. Así lo resumía Rafa de Miguel, corresponsal de EL PAÍS en el Reino Unido, en una de las 857 piezas (quizás exagero) que ha tenido que escribir estos días sobre el asunto: “La princesa de Gales, Kate Middleton, quiso retocar la foto con la que pretendía acallar los rumores y especulaciones sobre su salud, y ha acabado hundiendo a la familia real inglesa en una crisis de credibilidad de difícil remontada”.

Como todo el mundo sabe, la palabra “crisis” se traduce en Twitter como “oportunidad para hacer chistes”. Y ha sido una auténtica locura: hay hilos en Twitter y vídeos en TikTok que han llegado a conclusiones loquísimas después de examinar no solo los retoques, sino también la ropa, el pelo, los dientes y cualquier cosa que pareciera fuera de lugar en la imagen. Las elucubraciones han pasado por lo luctuoso, lo lujurioso, lo serio y lo cómico, como la teoría que sugiere que la verdadera explicación está en un corte de pelo desafortunado: la princesa no quiere volver a aparecer en público hasta que le crezca de nuevo el flequillo. Y los montajes han estado a la altura: le han puesto a Middleton la cara del eccehomo de Borja, han colocado a la familia en las fotos purgadas de Stalin y se ha recordado el póster de la película Este muerto está muy vivo, en una alusión a las teorías más escabrosas sobre su escasa presencia pública.

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La fotógrafa Sara Sánchez ha recordado un precedente español de 2005, hace casi 20 años. Ante la imposibilidad de fotografiarse con sus siete nietos a la vez, Juan Carlos I y Sofía enviaron un fotomontaje obvio, sin avisar y por si colaba, aunque no coló porque parecía hecho con tijeras y una barra de pegamento Pritt. Por aquel entonces no había Twitter, pero sí blogs y correo electrónico, y allí se movieron decenas de montajes. En alguno se les colocó las caras de los Lunnis, en otro multiplicaron a los nietos y en uno más se los metió a todos en la sala de estar de los Simpson.

Uno de los montajes con la felicitación navideña de los Reyes en 2005.
Uno de los montajes con la felicitación navideña de los Reyes en 2005.

A pesar de los antecedentes, la familia real británica no ha sabido responder a esa cosa extrañísima que pasaba en internet, y ha pretendido estar por encima del tuiteo. Pero eso es un error: si crees que estás por encima de las redes, acabarás por debajo, arrollado. Ni siquiera es fácil mantenerse al margen: las teorías de la conspiración circulaban antes de la foto, como recogía Noelia Ramírez la semana pasada. Al final, y por injusto que sea, que lo es, si alguien tiene un trabajo con un mínimo de exposición pública, es peligroso desaparecer unos días sin dar explicaciones, porque se arriesga a que alguien las invente por él. No hay piedad ni para quienes se recuperan de una operación.

Además, y como ha recordado un buen puñado de tuiteros, todo lo que está pasando con Middleton se parece mucho a la leyenda urbana clásica que decía que Paul McCartney fue reemplazado por un doble tras un accidente de tráfico en 1966. Y algo similar pasó con Avril Lavigne en 2003. En unas declaraciones a la revista Life en 1969, McCartney explicaba que “quizás el rumor empezó porque no he salido mucho en la prensa últimamente”. Y concluía: “Me gustaría ser un poco menos famoso”.

Y con esto llegamos a otra conclusión que admito que no tiene nada de sesuda: las redes nos vuelven un poco majaretas. “¿Alguien lleva dos horas sin tuitear? Es obvio que se trata de una operación de la CIA”. Es verdad que ya no nos pueden engañar con las imágenes, pero también es verdad que ya no nos creemos nada. A algunos no se les podrá convencer jamás de que Middleton no ha sido suplantada por un doble o por un extraterrestre. Y todos estamos a dos fotos raras y un meme muy gracioso de acabar en el terraplanismo o convencidos de que Donald Trump ganó las elecciones de 2020.

Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.
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