_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La realidad hace agua

Me he pasado la vida recomponiendo imaginariamente el mundo. Con resultados más bien pobres, todo hay que decirlo

Una sastra toma medidas de un traje a un cliente.
Una sastra toma medidas de un traje a un cliente.South_agency (Getty Images)
Juan José Millás

Si el mundo fuera un traje, tendría rotas sus costuras. Esto es lo que pienso al contemplar la chaqueta recién adquirida, de la que se ha despegado media manga. Vuelvo a la tienda y me dicen que la chaqueta estaba bien, que quizá yo mismo la he forzado al meter el brazo. No admiten la devolución, en fin. De vuelta a casa, se me ocurre imaginar qué ocurriría si intentáramos devolverle el mundo a Dios.

¿Qué le pasa al mundo? —nos preguntaría.

—Que está mal cosido.

Me temo que Dios nos diría lo mismo: que lo hemos roto nosotros al ponérnoslo.

El caso es que busco la cesta de la costura, de la que tomo un hilo y una aguja y me pongo a recoser la manga de la chaqueta con paciencia. Como trabajo sin dedal, me acabo haciendo una herida en la yema del dedo, pero no desisto por eso de arreglar la prenda poniendo en ello el mismo empeño que si arreglara el mundo. La chaqueta ha devenido metáfora del mundo. Ayer fue el desagüe de la cocina y anteayer la cisterna del retrete: no dejo de arreglar cosas con la esperanza de que se arregle el mundo. En mi casa, cuando era pequeño, las sillas del comedor estaban siempre descolocadas porque éramos muchos a desordenar. Mi familia se había acostumbrado al caos y parecía vivir a gusto en él. Pero a mí el caos me volvía loco, de modo que me pasaba la vida acomodando las sillas y quitando las arrugas del mantel. Las yemas de mis dedos recuerdan todavía el tacto de aquella tela en cuyos pliegues hallaban refugio las migas de pan.

Me he pasado la vida recomponiendo imaginariamente el mundo. Con resultados más bien pobres, todo hay que decirlo. De adulto, hallé consuelo en la sintaxis. Pensaba que, si escribía con pulcritud, mejoraría la hechura de la realidad. Pero me he equivocado en algo porque la realidad hace agua (mejor que aguas, no lo corrijan, se lo ruego) por doquier. La manga de la chaqueta, sin embargo, me ha quedado de cine.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_