Un polvorín de injusticias

En el acuerdo de Naciones Unidas del año 1947, se contemplaba la coexistencia de los Estados palestino e israelí. Desde entonces, la violación de derechos humanos y acuerdos ha sido una constante. Al bloqueo de la franja de Gaza y a los asentamientos ilegales de Israel en territorio palestino (problemas ante los que la comunidad internacional prefiere esconder la cabeza), Hamás responde con atentados. Si el respeto y el cumplimiento de las normas internacionales humanitarias son precisas siempre, mucho más en caso de conflictos. El ataque de Hamás del día 7 a poblaciones israelíes y el posterior bloqueo total a la Franja (donde viven en condiciones pésimas más de dos millones de personas) decretado por el Gobierno de Israel constituyen una nueva vuelta de tuerca más para una población que clama paz y justicia por parte de ambas comunidades, especialmente la palestina, provocando una situación cada vez más insostenible y que amenaza también la paz internacional.

Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro (A Coruña)

Leer y escuchar

“No lo digo yo” es una coletilla muy utilizada en coloquios y conferencias a la que recurren los ponentes para dar consistencia a un argumento. Apelar a ese principio de autoridad denota cierta inseguridad intelectual del sujeto, que es incapaz de responsabilizarse en primera persona de sus argumentos, o bien que es una persona bien informada, pero carente del conocimiento necesario que le permitiría armar su propio argumento. Ambas circunstancias son perfectamente válidas, especialmente si lo que se pretende es crear un marco de debate y entendimiento para llegar a un acuerdo o, si no, de desencuentro creativo, que enriquezca intelectualmente las diferentes posiciones. El asunto de la amnistía podría ser uno de ellos. No lo digo yo, lo dice la razón.

Horacio Torvisco. Alcobendas (Madrid)

Biblioteca cerrada

Desde abril de 2019 se encuentra cerrada “por obras” la Biblioteca Manuel Alvar. Los vecinos del edificio que ocupa no hemos detectado en este tiempo actividad alguna que responda a la justificación oficial de tan larga clausura. Las autoridades competentes —la titularidad es estatal, pero la gestión corresponde a la Comunidad de Madrid— deberían considerar que una biblioteca pública con 600.000 títulos más el legado del profesor Alvar (todavía sin catalogar) es insustituible. Resulta lacerante ver cómo se promocionan a nivel autonómico las corridas de toros, mientras que un centro cultural de primer orden como nuestra biblioteca permanece cerrado con evidente menosprecio institucional.

Pedro Provencio Chumillas. Madrid

Solo 15 minutos

Hoy, en el tren, tenía a mi lado a dos niñas de unos 6 y 10 años con su madre. Nada más subir, la niña pequeña abrió su mochila y cogió una libreta. “Voy a dibujar”, dijo. A lo que la madre le respondió, quitándole la libreta de la mano y guardándola: “No, son solo 15 minutos”. Seguidamente, le dijo que le dejaba el móvil para jugar. ¿Cuándo dejaremos de anular la expresión de los niños con pantallas? Sigamos educando en la ignorancia del no pensar y no expresarnos y de que lo más rápido es mejor, a ver qué pasa. Total, son solo 15 minutos.

Evelyn Lores. Pontevedra