¡Pero si siempre ha hecho calor!
Me gusta pensar que puedo tener amigos conservadores que sean sensatos, que no cambian la realidad a su antojo según les va la feria en las urnas
Dicen que la radio es ese medio que se puede escuchar mientras te mueves, desde la habitación de al lado. Y es así como hago cada mañana mientras preparo el café, escucho sin prestar del todo interés a las voces de costumbre y corro al lado del aparato cuando algo me interesa. Un ejercicio muy del siglo XX, pero no pienso renunciar a estas carrerillas mañaneras. Bien distinto es cuando paseo por el Retiro y disfruto dejándome acompañar por la voz del momento, con la vieja certeza de que si ocurre algo, antes que en ningún sitio, lo contarán en la radio. Me gusta recordar a mi suegro Paco, que se llevaba el transistor al campo para escucharme los fines de semana en la SER mientras respiraba el aire fresco de la mañana zascandileando entre los olivares.
El otro día, mientras me acercaba con la cafetera a la mesa, escuché a un tipo que abroncaba a un parlamentario de Vox. Atendí a las palabras de aquel hombre irritado que parecía a punto de partir peras con otro; le reprochaba a su colega descarriado haberle hecho gratis la campaña a los socialistas cometiendo errores “de bulto”, tales como negar la violencia de género, poner en duda los derechos LGTBI o introducir un mensaje incendiario dirigido a Cataluña. Antes de sentarme a desayunar, rubriqué aquellas palabras en voz alta, con un “sí, señor”. Pero cuando la periodista desveló, al menos para mí, al autor de semejante speech, pasé de la aprobación a la estupefacción: ¿Se trataba del mismo hombre que había inaugurado en la política española los pactos con el partido de ultraderecha? Vaya, vaya. ¿Se trataba del mismo hombre que encuentra hoy que lo natural es que gobierne el que gana cuando él mismo desbancó a los socialistas gracias al pacto con Ciudadanos? Vaya, vaya. Me fascina que “lo natural” haya sustituido de pronto a “lo constitucional”; sospecho que como no pueden apelar a la Constitución para atacar la estrategia del adversario van a repetir esta letanía de lo natural hasta que haya una parte de la ciudadanía que crea que alguien que pacta para llegar al poder está actuando de una manera ilegítima.
Me sorprendió, aunque tampoco tanto, que apelara a los derechos de mujeres y gais, porque quien está renunciando a las consejerías de Igualdad es el Partido Popular, quien ha estado de acuerdo con la retirada de banderas es el Partido Popular, quien ha permitido que un partido con el que pacta (en Valencia) mande a un maltratador al Congreso para librarse de líos es el PP. Me pareció interesante que admitiera que en Cataluña han ganado los socialistas porque los votantes tienen miedo a quien incendia el ambiente. Hasta ahí, bien, pero ¿no era la misma persona que durante esta campaña se ha sumado al carro de ETA, apropiándose de la memoria de las víctimas; no es el mismo que se unió a todos los bulos, incluido el de Correos, que entraron a formar parte del discurso de sus votantes?, ¿no es el mismo que buscó ayuda en Europa para defender los regadíos ilegales en Doñana?, ¿no es el Canal Sur un medio cicatero con la información climática cuando Andalucía puede ser la primera parcela del desierto español?, ¿no alimenta su partido la idea de que los científicos que tratan de proteger Doñana son urbanitas progres que desconocen el mundo rural?, ¿es que no saben (sí que lo saben) que ni tan siquiera es pan para hoy y hambre para mañana porque el futuro nos está pisando los talones?
A mí me gusta pensar que puedo tener amigos conservadores que sean sensatos, que no cambian la realidad a su antojo según les va la feria en las urnas. En este caso andaluz que nos ocupa, debieran explicarle a su gente que esa frase que tanto se repite, “pero si siempre ha hecho calor”, es la consecuencia de una desinformación interesada. Un engaño en el que van de la mano con su socio.
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