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columna
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Abascal roba argumentos

Parece que algunos sectores ‘progres’ participan en una especie de juego sadomasoquista con quienes han dado sobradas muestras de misoginia

Debate Electoral
El candidato de Vox, Santiago Abascal, antes del inicio del debate electoral del pasado miércoles en Madrid.Juanjo Martín (EFE)
Najat El Hachmi

¿Qué credenciales feministas tiene Vox para que desde tan pronto el partido verde haya sido tomado en serio por la izquierda? Si no es por azuzar el miedo de los votantes, no se entiende que se preste tanta atención a lo que diga Abascal sobre las mujeres. A veces incluso parece que algunos sectores progres participan en una especie de juego sadomasoquista con quienes han dado sobradas muestras de misoginia. Este extraño fenómeno lo he vivido en mi propia piel al denunciar el machismo en el islam, de repente mi posicionamiento, que no hace más que seguir una lógica igualitaria, resultaba incómodo porque podía alimentar la “islamofobia”. Esa izquierda tan preocupada por los miedos simbólicos o discursivos que no tiene ni idea de las condiciones reales en las que viven los ciudadanos de origen inmigrante, tendría que pasearse un día por el barrio en el que crecí para que les digan algunas verdades a la cara. Pero eso es cansado y hace calor, mejor tachar de fobia y odio todo lo que sea discrepancia y chantajear a las feministas con el lobo de la extrema derecha. Secuestrar así el debate es muy efectivo porque, como en cualquier otro identitarismo, se apela a la adscripción grupal, en este caso el de la izquierda sentida con un feminismo también muy sentido.

Que Abascal usara algunos de los argumentos del feminismo más combativo de este país no convierte a las feministas en ultraderechistas, lo que hace es demostrar una vez más el cinismo de un líder político hipócrita capaz de usar el saber de un movimiento serio y con una larga historia a su favor aunque las mujeres le importen un pimiento. Es deleznable asimilar a activistas y pensadoras que han luchado de forma infatigable por nuestra libertad con el reaccionario Abascal para neutralizar las críticas razonables a la ley del sí es sí o a la ley trans. Algo que hizo Elizabeth Duval al afirmar que Falange Española y Partido Feminista de España eran lo mismo. Por eso también fue apropiación indebida lo de Yolanda Díaz al decirle al de Vox que “nosotras paramos a Gallardón y le pararemos a usted”. Bueno, da la casualidad que las que frenaron la ley del aborto del exministro del PP fueron un grupo de mujeres que ahora son clásicas, reaccionarias, cis-hetero-privilegiadas y, por supuesto, tránsfobas por decir que el sexo existe y que los menores tienen que ser protegidos. Algo que sí, también dice Vox, pero por razones diametralmente opuestas.

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