Chile, la hora del pragmatismo

El presidente de Chile, Gabriel Boric, dio la semana pasada una muestra de pragmatismo en la llamada Cuenta Pública, un informe de gestión presentado ante el Congreso (equivalente al discurso del estado de la nación en España) en el que defendió un llamamiento a la unidad y el entendimiento entre fuerzas políticas. El paso es sencillo, pero no podía darse por hecho tras meses de profunda confrontación. El joven político de izquierdas hiló un discurso de más de tres horas y media en las que lanzó varios mensajes de fondo a la sociedad chilena. Para empezar quedó claro que asimila la derrota sufrida hace un mes frente al Partido Republicano, la formación de extrema derecha que se impuso en las elecciones constituyentes.

Con esta premisa, Boric trató de retomar la iniciativa recomponiendo un relato debilitado por una larga racha de reveses. Desde que asumió el cargo, en marzo de 2022, el mandatario vio hundirse el primer intento de reemplazar la Constitución en vigor desde la dictadura de Augusto Pinochet, encajó el fracaso de la reforma tributaria, un proyecto clave, mientras tiene que lidiar con un complejo panorama económico y la peor crisis de seguridad de la historia reciente del país. En este contexto, durante la Cuenta Pública reconoció que la Convención, el órgano constituyente que elaboró la propuesta que se votó el pasado mes de septiembre, generó “un clima de intolerancias recíprocas y enfrentamientos que terminaron en el rechazo”.

El llamamiento a la unidad es una oportunidad para el Gobierno y también para la oposición conservadora, que hizo del ataque sistemático a Boric una constante. El presidente está en una posición de debilidad, pero sus adversarios políticos tienen ahora la opción de recoger el guante, es decir, aceptar el diálogo en lugar de dedicarse solo a entorpecer el trabajo del Ejecutivo. Chile afronta una serie de retos estructurales que merecen el compromiso de todos y madurez política de las distintas fuerzas. Uno de los primeros debe ser encontrar una salida a la reforma de las pensiones, que lleva más de una década en barbecho y ha sido postergada por los anteriores Gobiernos precisamente por tratarse de un cambio legal muy delicado.

La actitud de Boric en la rendición de cuentas le valió el reconocimiento de la sociedad. Una encuesta publicada por El Mercurio le atribuye una aprobación por encima del 40%, 10 puntos más que la última medición y el mejor dato desde junio de 2022, cuando acababa de asumir el cargo. Lo más importante, más allá de la valoración presidencial, es el rumbo de este proceso constituyente, decisivo para los equilibrios políticos y para el futuro de Chile. Este miércoles, el Consejo Constitucional recibirá el anteproyecto elaborado por una comisión de expertos con un nuevo sentido más realista y la ambición de consagrar el Estado social de derecho.