La libreta de Bachelet, los chistes de Boric y el desaire de los republicanos: los momentos de la Cuenta Pública
El discurso de la ceremonia anual más extenso desde el retorno a la democracia en Chile deja un puñado de anécdotas poco habituales en este tipo de actos públicos
Con 20 minutos de retraso, el presidente Gabriel Boric ingresó la mañana de este jueves al Salón de Honor del Congreso Nacional para realizar la que sería la Cuenta Pública más extensa desde el retorno a la democracia chilena (más de tres horas y media). En su paseo hasta la testera, el mandatario, sonriente y luciendo la banda presidencial, saludó a los congresistas presentes y autoridades de organismos del Estado como el Banco Central y La Fiscalía Nacional. Solo se detuvo para abrazar a la única expresidenta presente en el hemiciclo: Michelle Bachelet. La ceremonia estuvo marcada por momentos más distendidos que los habituales en este tipo de eventos, en los que Boric se salió varias veces del libreto y respondió a las interrupciones de algunos de los 800 invitados. A veces para celebrar sus anuncios. Otras, para criticar las deudas gubernamentales con ciertos sectores.
Apenas comenzó el balance de su gestión en los 15 meses que lleva en La Moneda y los compromisos para los casi tres años que le quedan de mandato, su pareja, Irina Karamanos, sacó el móvil de su bolsillo para tomarle una fotografía. A su lado, Bachelet también hurgueteó entre sus cosas, pero para hacerse con una libreta y un lápiz. Lo que en principio pareció una anécdota trivial acabó por desatar la intriga en el público, ya que la exmandataria tomó apuntes de las palabras de Boric durante los 216 minutos de discurso.
En al menos cuatro ocasiones el presidente de izquierda mencionó a Bachelet para alabar alguna iniciativa adoptada en sus periodos de Administración (2006-2010 y 2014-2018), como la creación del Ministerio de la Mujer, aunque su generación, siendo universitaria, tenía a Bachelet como blanco de críticas. El jefe de Estado se salió del libreto y felicitó con nombre y apellido quienes han ejercido como líderes de dicha cartera de Mujer, de distintos colores políticos, como Isabel Plá o Carolina Schmidt, provocando satisfacción de la bancada de derecha, que no se había mostrado tan dispuesta a los aplausos hasta entonces.
Con el correr de las horas, Boric pidió paciencia a los presentes, consciente de la larga extensión del discurso de más de 70 páginas. Algunos parlamentarios o incluso ministras como Jeannette Jara, de Trabajo, y Camila Vallejo, de la Secretaría General, se retiraron un momento del hemiciclo para ir a por café. Parte de lo prolongada que resultó la ceremonia se debió a las improvisaciones del mandatario, quien gastó algunas bromas, como la referente a la altura del Fiscal Nacional Ángel Valencia o a sus constantes referencias a poemas.
También impactó el que se hiciera cargo de los comentarios a gritos que hacían algunos de los presentes, como el de una mujer que enseñó una pancarta para reclamar contra las deudas que existen en materia de educación. “Empatizo contigo y estamos trabajando por la universalidad”, sostuvo el mandatario. En otras ocasiones, algunos celebraban a viva voz alguno de los anuncios.
Boric recordó que el próximo 11 de septiembre Chile conmemorará los 50 años del Golpe de Estado: “Quebró la democracia en nuestro país y trajo consigo asesinato, muerte, tortura, exilio, destierro y tantas otras tragedias que no podemos olvidar”, dijo en una frase que no estaba dentro del discurso.
Es una conmemoración que, para el Presidente, “debe ayudar a superar los tiempos de miedo y odio, los cuales llevan, como lo chilenos sabemos muy bien, a caminos de división, de violencia”. “Y hemos visto cada vez más de un porfiado y inaceptable negacionismo”.
A medida que hablaba, por primera vez la mayoría de los asistentes a su Cuenta Pública comenzaron a aplaudir de pie, y cada vez más fuerte. Pero fue esta frase, “los 50 años del golpe de Estado son una ocasión propicia para que reafirmemos que ninguna diferencia entre nosotros nos llevará a descuidar y dejar de defender la democracia y los derechos humanos”, la que provocó que gran parte de los invitados lo ovacionaran levantándose de los asientos.
Boric miró al público y tomó aire. Pero no todos los asistentes se habían puesto de pie. Estaban sentados los parlamentarios del Partido Republicano, de extrema derecha. Y, en un comienzo, los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y de Orden, que pronto se levantaron de sus asientos. El mandatario escuchó y contempló los aplausos: “Esto fue muy bonito e importante”, dijo. Y luego agregó: “Espero que de aquí al 11 seamos todos los que nos levantemos”.
Un día antes, el Presidente respondió, a través de su cuenta de Twitter, a los dichos emitidos en una entrevista por el republicano Luis Silva, el consejero constitucional más votado de Chile en las elecciones de 7 de mayo, quien reconoció su “admiración” a Augusto Pinochet, que lideró el golpe de Estado de 1973, y lo calificó de “estadista”. “Augusto Pinochet fue un dictador, esencialmente anti demócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto. Fue también corrupto y ladrón. Cobarde hasta el final hizo todo lo que estuvo a su alcance x evadir la justicia”, replicó el mandatario chileno en redes sociales.
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