La normalidad del acoso en redes sociales

“Estoy llorando con esto”. Esas cuatro palabras publicadas hace unos días en Twitter bastaron para que más de 10 millones de personas vieran el vídeo de un chico que hacía una lista de sus canciones favoritas de Arctic Monkeys. Muchos tuiteros se empezaron a burlar de él por mover rítmicamente la cabeza como si escuchara la música, por una errata en el nombre del grupo, por la selección... dan igual las razones.

Entre estos mensajes, sin embargo, también aparecieron los de quienes defendían la libertad del chico para hacer el contenido que quisiera en sus redes sociales: “Qué pena me da que os pongáis a criticar y burlaros de alguien que no hace daño a nadie, sois el claro ejemplo de la toxicidad que hay en este mundo”, tuiteó una usuaria, “No sé de qué se ríen ‘mira a esa persona que es... feliz y disfruta de la música’. Chiquis, ¿estáis bien?”, escribió otra. Horas después, la usuaria que lanzó el primer tuit se justificó: “Lo subí porque me hacen gracia las caras que pone mientras no suena nada en su habitación”, dijo.

Óscar, que así se llama el protagonista del vídeo, no tiene cuenta en Twitter, pero vio los mensajes en los que se mofaban de él. Y en una nueva grabación publicada en TikTok, donde tiene más de 435 mil seguidores, dio una lección de cómo tratar a los demás: “Se me insultó muchísimo”, dijo notablemente afectado, “comparto mis gustos musicales esperando que la gente también descubra nuevas canciones y se lo pase bien”, añadió dejando claro que su contenido no busca atacar a nadie.

Este vídeo, que también tuvo gran difusión, le valió para hablar de las terribles consecuencias que puede tener el acoso en las redes sociales y pidió una reflexión para todos aquellos que le insultaron: “Me gustaría que mucha gente de la que ha comentado barbaridades lo pensara, y que este vídeo les llegara, lo vieran y pensaran: ‘Quizá he podido afectar a este chaval de una manera que no me esperaba”.

Óscar recibió tras esto un gran apoyo entre los tuiteros, otros eliminaron los mensajes en los que se reían de él y algunos escribieron sobre el daño que hacen algunas publicaciones en las redes y cómo se podría evitar. “Ojalá un programa de tele dedicado a buscar a la gente que insulta cobardemente en internet, fuese a su casa y les hiciera leer los tuits que han publicado delante de las personas a las que han mencionado”, tuiteó @gamusino haciendo referencia a aquellos que usan perfiles falsos o sin información personal para insultar y acosar en redes sociales. “Detrás de todo lo que se publica aquí hay personas. No digas por aquí lo que no te atreverías a decir a la cara”, añadió.

Estas hordas de acosadores contrastan con las corrientes de usuarios que claman por el bienestar mental y la responsabilidad afectiva, unos tuits que suelen aparecer con más frecuencia tras episodios como el de Óscar. Estos abusones, por cierto, cuando se les recrimina su actitud, se ponen a la defensiva y tuitean, doloridos, sobre cuánto les afectan esas críticas.

Quizá el caso del acoso a Óscar sea el último que ha tenido una relativa repercusión, pero seguro que no es el único de esta semana. Lamentablemente, estos episodios son muy frecuentes. A veces dan ganas de abandonar Twitter. Eso sí puede venir bien para la salud mental. Ciertos usuarios deberían aprovechar los últimos fallos generalizados de la red social para pisar la calle, dialogar cara a cara y ver que sus palabras tienen consecuencias. Lo comentaba el joven en TikTok: “Da igual el contenido que hagas, nadie se merece levantarse un día y ver miles de personas insultándole. Nadie”.