40 años de ser #Hispano-Latino-Latinx en Estados Unidos
Puedo asegurarles que el siguiente capítulo de este país, lo estamos escribiendo en gran parte con letras en español
En 1983 comencé mi “sueño americano” en este país que me ha dado tanto en los últimos 40 años: una gran familia, dos hijos, mucho trabajo y grandes experiencias. Mi historia inmigrante no fue una historia muy tradicional, pero a final de cuentas, una página más del libro que estamos escribiendo los latinos en Estados Unidos.
Quién diría que ese joven mexicano que llegó a pasar un verano en Los Ángeles, California (nieto de dos diputados constituyentes de los países de mi padre y de mi madre: Rafael Martínez Mendoza, constituyente de México en 1917 y Jerónimo Gomariz La Torre, constituyente de la segunda República Española, terminaría trabajando en cinco elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América, produciendo y dirigiendo mensajes de los candidatos al puesto más importante de este país. Candidatos como George W. Bush, John McCain, Mitt Romney y Jeb Bush, hacia el cada vez más codiciado votante hispano. También haciendo mensajes de ataque contra aquel que hizo su principal bandera de campaña el atacarnos, Donald J. Trump, a quien con gusto logramos derrotar junto a The Lincoln Project, muchas otras organizaciones y millones de hispanos más que se sumaron para que no fuera reelecto.
Este inesperado camino me llevó a estudiar cine en Hollywood y a la distribución de cine mexicano en salas en español en muchas partes del país con AztecaFilms. También me llevó a ser Coordinador de Satélites del noticiero Nacional Univisión, en sus inicios.
Pero la mía, es solo una de esas millones de historias latinas que se escriben a diario a lo largo y lo ancho del país.
Para hacer un recuento corto de lo que los latinos hemos avanzado en estas cuatro décadas, veamos los números de dónde estábamos hace 40 años, dónde estamos ahora y ¿para dónde vamos?
A principios de los ochentas éramos menos de 15 millones de hispanos, solo una cuarta parte de lo que somos ahora. Había menos de una docena de congresistas latinos, un solo gobernador latino, John Sununu, de New Hampshire, nacido en Cuba, de madre salvadoreña.
No había ningún senador latino en ese momento, y solo habíamos tenido tres en todo el siglo XX. Algunos alcaldes como Federico Peña que hacía historia como el primer alcalde latino de Denver, Colorado, y ningún miembro del gabinete presidencial.
El presidente era Ronald Reagan, exgobernador de California y alguien que entendía muy bien la importancia de los latinos, de los inmigrantes, tanto que él fue quien propuso y logró una reforma migratoria comprensiva en 1986. Algo que ningún otro presidente ha logrado y de hecho, también fue el primero en nombrar a un latino como miembro de su gabinete, Lauro Cavazos, secretario de Educación.
Hoy acorde al último censo, somos más de 62 millones de hispanos, 18.9% de la población, o sea uno de cada cinco americanos. Somos el segundo grupo de población más grande de todo el país, el mayor grupo de población en California y Texas. Somos más del 50% del crecimiento poblacional del país.
No sé qué países del mundo hayan cuadruplicado su población en cuatro décadas, pero si fuéramos un país independiente, nuestro tamaño, a comparación de otras naciones, sería impresionante. Seríamos el segundo país hispano más poblado del mundo, después de México, tercero si se considerara a Brasil como hispano.
Somos más latinos en EE UU que españoles en España o canadienses en Canadá.
Como economía, tenemos un poder adquisitivo (o llamémosle nuestro PIB latino de casi 3 mil millones de dólares) y como economía independiente, seríamos más grande que las economías de Reino Unido, Francia o India, acorde a un estudio del Latino Donor Collaborative y Wells Fargo.
Ya hemos elegido más gobernadores latinos como Bill Richardson, Susana Martínez y Michelle Luján Grishman, de Nuevo México; Bob Martínez de Florida, y Brian Sandoval de Nevada.
Muchos alcaldes de las ciudades más importantes como Los Ángeles, que tuvo a Antonio Villarraigosa hace algunos años y que decir de San Antonio, Texas y Miami Florida, donde ya es muy común tener alcaldes latinos.
Tenemos seis senadores latinos: cuatro demócratas y dos republicanos de los estados de California, Texas, Florida, Nueva Jersey, Nevada y la primera mujer senadora de su historia y primera latina, Catherine Cortez Masto.
Hay 39 congresistas y tres miembros del Gabinete del presidente Biden, los secretarios de Seguridad Nacional, Educación, Salud y Servicios Humanos.
Hemos logrado mucho, pero aun hay muchas historias que escribir.
Con estos números tenemos una gran responsabilidad que debemos abordar.
En cuanto a representación política, somos casi el 19 % de la población, pero aún así, según los números de NALEO, hoy solo somos el 2% de oficiales electos a nivel nacional. Necesitamos crecer y tener aún más representación, y en ambos partidos. ¿Veremos un presidente latino en un futuro no lejano? No lo dudo, pero hay que participar más en la vida pública del país, no solo votar, sino ser votados.
Debemos de estar muy orgullosos, porque con cada latino que nace en este país, que decide hacer de los EE UU su casa, como lo hice yo hace 40 años, hay una historia de futuro por escribir. Sí, los Estados Unidos no es perfecto y tiene muchas cosas por mejorar, pero definitivamente sigue siendo ese lugar de oportunidades donde millones de personas escriben o reescriben sus historias.
Como un orgulloso hispano, latino de los Estados Unidos que cumple este año dos tercios de su vida en este país, y cuyos hijos de segunda generación están escribiendo sus propias historias, que ahora ellos identifican como Latinx, puedo asegurarles que el siguiente capítulo de este país, lo estamos escribiendo en gran parte con letras en español.
Los invito a que compartamos por este medio, El País América, sus historias también.
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