El cartel de los maleducados
Críticas en Twitter a una actuación policial de los Mossos en la discoteca Waka, con un millar de identificados, una decena de denunciados y ningún detenido
Twitter anda en horas bajas después del divertido shakirazo y otros asuntos sin ningún tipo de gracia, como la detención y el ingreso en prisión preventiva de Dani Alves por una presunta violación, completamente creíble para la juez. En mi timeline, cada vez más repetitivo (¡¿dónde está toda esa gente interesante a la que sigo?!), destaca un tuit de los Mossos d’Esquadra, ya saben, la policía autonómica de Cataluña.
En la imagen, tomada desde el cielo, se ve llegar a un montón de furgones de los que bajan decenas de policías y entran en fila a una discoteca que, si siguen la actualidad mínimamente, seguro que les suena: Waka, en Sant Quirze del Vallès (Barcelona). El último escándalo fue por la grabación y difusión de un vídeo de una menor practicando una felación. Los padres denunciaron que podría tratarse además de una agresión sexual. Los de sucesos distinguimos claramente al jefe de los Mossos, el comisario Eduard Sallent, al pie del cañón, en primera línea del operativo policial.
Aquesta matinada hem fet un dispositiu de seguretat ciutadana a l’entorn d’oci nocturn de Sant Quirze del Vallès en el que han participat ARRO, Seguretat Ciutadana i Policia Administrativa. 906 persones identificades 10 denunciades per tinença de drogues i 1 per manca de respecte pic.twitter.com/FT2atEHsrS
— Mossos (@mossos) January 28, 2023
El vídeo lleva ya medio millón de reproducciones y una retahíla de comentarios al tuit, donde informan del resultado del dispositivo: “906 personas identificadas, 10 denunciadas por tenencia de drogas y 1 por falta de respeto”. El tono de la mayoría en la red social del mal rollo es, cómo no, de crítica. “Han montado la de Dios para quitar un par de porros”, resume un usuario. “¿Solo 10? Esta juventud está perdida”, escribe otro sobre cómo los chavales ya no son lo que éramos. En la minoría quedan los que aplauden la iniciativa.
Entre los pretendidamente punzantes destaca el tuit del periodista de El Diario Arturo Puente: “El detenido por falta de respeto espero que fuese el que ideó este operativo”. Aunque no hay ningún detenido. El premio al más ingenioso se lo lleva el Grinch de Twitter, exitoso tertuliano de cine, escritor y talentoso en general Toni García Ramon: “Desmantelado el cártel de los maleducados, confiscados tres papeles que habían tirado al suelo”.
La otra cara de la moneda del operativo se ha vivido en TikTok. Los vídeos de unos chavales de entre 16 y 18 años a los que iba dirigida la fiesta de Reggaeton Classics no tienen desperdicio. Es fácil imaginárselos con la mandíbula desencajada y no por las drogas. “¡Es la puta Brimo!”, se oye exclamar a una chavala, como el que ve al diablo en persona o a Papá Noel dejando los regalos bajo el árbol. Lo dice mientras un mosso uniformado y tapado de pies a cabeza, con el casco puesto y el tapabocas hasta los ojos, les pide desde la cabina del DJ que mantengan la calma, obedezcan y todo irá bien. Ella no sabe que en realidad no es la Brimo, los antidisturbios de la policía catalana, sino la ARRO, unos que hacen casi lo mismo pero que cobran menos.
Twitter deja siempre constancia de nuestras contradicciones. El día que se difunde el vídeo de la felación de una menor o de la enésima pelea en los alrededores de Waka, la red es un hervidero de críticas a las autoridades. ¡¿Por qué nadie cierra ese antro?!, vienen a decir, indignados y hartos ante una situación insostenible. El día que la policía parece escuchar ese sentir general y actúa de forma contundente, la misma masa les reprocha la supuesta pantomima y derroche de dinero público en un despliegue policial estéril para pillar cuatro papelinas en una discoteca que cumple con la normativa.
La verdad es que no hay quién nos entienda. Si usted, querido lector, tiene alguna clave de hacia dónde camina la humanidad, por favor, cuéntenoslo.
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