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Anatomía de Twitter
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Cuelga la bandera LGTBI en el Orgullo, pero solo si apoyas al colectivo

Muchas empresas y organismos usan estos días los símbolos arcoíris cuando no siempre defienden sus derechos e intereses

Un grupo de manifestantes ondea la bandera arcoíris durante la celebración del Orgullo LGTBI en Ciudad de México.
Un grupo de manifestantes ondea la bandera arcoíris durante la celebración del Orgullo LGTBI en Ciudad de México.Rodrigo Oropeza
José Nicolás

Lo habrán notado: los perfiles en las cuentas de redes sociales y las cabeceras de algunas webs incluyen la bandera LGTBI desde hace unos días. ¿De repente todas apoyan al colectivo? Puede que unas sí, pero lo que hace la mayoría es intentar hacer caja en las semanas del Orgullo. Esto se llama pinkwashing o rainbow-washing [lavado rosa o lavado arcoíris]. Hay empresas que afirmaban no producir “cosas para gais” y, al poco tiempo, sacaron una línea de productos con la bandera arcoíris. Inestimable defensa de los derechos de la comunidad. La cómica Elsa Ruiz hablaba del fenómeno hace unos días en un vídeo publicado en Twitter.

Ruiz daba algunos consejos a las empresas para que, aunque tuvieran “buenas intenciones”, no se les notara tanto este pinkwashing: “Uno: no pongas la bandera en redes en tu perfil solo el 28 de junio”. “Si eres una empresa, tienes que tener un protocolo de actuación antiacoso LGTBI y que tu política de contratación no excluya a las personas trans, si una persona trans sale del armario en tu empresa, rápidamente cambia su nombre en los mails, en las tarjetas o donde aparezca”, añadía.

Algunos usuarios han puesto como ejemplo de pinkwashing el cambio de foto en los perfiles de la FIFA —ahora con la bandera arcoíris— mientras siguen adelante con los preparativos del mundial en Qatar, un país donde la homosexualidad está penada con prisión.

Con algunas instituciones públicas ocurre algo similar, pero resulta más grave, ya que en muchos casos se trata de organismos que tienen la capacidad de promover o derogar leyes y normativas que afectan directamente a las personas LGTBI. A veces cuelgan la bandera y organizan actos durante la semana del Orgullo, sí, pero se les pasa lo de apoyar los intereses del colectivo el resto del año.

Sobre este asunto hay una sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe a las administraciones públicas la colocación de banderas no oficiales, aunque concurran y no sustituyan a la oficial. Fue a partir de un pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife que reconocía la bandera nacional de Canarias —la bandera de las siete estrellas verdes— como uno de los símbolos del pueblo canario. Con todo, hay ayuntamientos que colocan símbolos de apoyo al colectivo LGTBI, sea con iluminación especial o en forma de lona. Gran parte lo hace porque apoya la causa y esto, huelga decirlo, es de agradecer.

Sin embargo, otros muestran estos símbolos en sus sedes —en ocasiones, obligados— mientras promueven normativas contrarias a los intereses del colectivo. De poco sirve tener una bandera o una lona arcoíris en el Parlamento de Castilla y León o el Ayuntamiento de Madrid durante el Orgullo si dentro hay miembros de Vox que influyen negativamente en la legislación sobre esta materia.

Y algo similar ocurre en la sede de la Comunidad de Madrid: Isabel Díaz Ayuso se ha negado a colgar la bandera, aunque sí iluminó la fachada con los colores arcoíris el 28 de junio. El escritor Bob Pop tuiteó: “Que dice Ayuso que para qué queremos la bandera LGTBI+ si ya tenemos la bandera española, que nos representa a todxs”, y añadía la imagen de un vídeo en el que un grupo de neonazis gritaban “fuera maricas de nuestros barrios” mientras enarbolaban la bandera de España durante una manifestación. Otros usuarios advierten de que Ayuso tiene problemas con colocar una lona con la bandera LGTBI, pero no la del Real Madrid. Prioridades, claro.

Si colocas la bandera LGTBI en tu ventana, balcón, tus redes o la llevas en una pulsera, no lo hagas por aparentar, hazlo porque apoyas al colectivo. Si no lo haces, es mejor que no utilices ese símbolo. Aunque está visto que colocar la bandera en Twitter no es un gesto sin más, ya que te ayudará a identificar a todos los homófobos que siguen tu cuenta porque saltarán como un resorte —solo hay que ver las reacciones al cambio de imagen en el perfil de la Guardia Civil—. En fin, como tuiteó @malacarasev: “Viva el mariconeo y esto y lo otro y lo de más allá”.

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Sobre la firma

José Nicolás
Es editor en la sección de Opinión, donde es uno de los encargados de sus contenidos digitales. Escribe la columna 'Red de redes'. Es graduado en Periodismo por la Complutense y máster en Periodismo de Datos y Nuevas Narrativas en la Universitat Oberta de Catalunya. Antes de su llegada a EL PAÍS trabajó en Onda Regional de Murcia y Cadena SER.

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