_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Esta normalidad tan anormal

Quisiera vivir en un mundo en el que no tuviera la necesidad de huir de él, de buscar refugio. Un mundo compasivo

Turismo Ciutat Vella verano
La Rambla de Barcelona, este jueves llena de visitantes.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)
Najat El Hachmi

Ha llegado al fin la normalidad, Ítaca anhelada en la que esperábamos reposar después del esfuerzo titánico de resistir y sobreponernos a la pandemia. Pues bien, lo confieso públicamente: a mí esta Ítaca no me gusta, no es para nada lo que esperaba. ¿Dónde está la vida distinta en la que todos seríamos mejores, seríamos más colaborativos, más solidarios y pondríamos la vida en el centro? La isla a la que yo he llegado se parece demasiado a unas Ramblas masificadas donde gigantescos cruceros vomitan aludes de turistas con piel de langostino. Han vuelto también estos cruceros y otra vez siento que sobro en esta ciudad en la que vivo, que sus habitantes, si no estamos dispuestos a figurar como parte del decorado, estamos de más y mejor que vayamos saliendo por la puerta. Lo demuestran los precios del alquiler y los del aperitivo. Durante el confinamiento, a los barceloneses nos quisieron mucho en bares y restaurantes, los camareros de sitios antes muy concurridos nos trataron como no nos habían tratado nunca. Pero era un amor interesado, motivado por la escasez de consumidores con más dinero. Ahora vuelven a ignorarnos como antes, a traernos unas cuentas de infarto por una cerveza y unas aceitunas. ¿Qué es una ciudad si no puedes tomarte el aperitivo a un precio popular y razonable?

Lo que no es normal es el ritmo acelerado e implacable que nos exige ocultar, disimular, dominar y reprimir todo lo que tenga que ver con la vida para que nos entreguemos a lo más importante, a lo fundamental: producir. Por eso añoro el estéril confinamiento, cuando, por lo menos, podía pensar y sentir, expresar la angustia y la tristeza, la preocupación y la rabia, tener claro qué es lo realmente esencial: comer, dormir, estar con quienes amamos, cuidarlos y que nos cuiden. Animales desnudos ante las inclemencias del tiempo y la naturaleza, las restricciones de la pandemia fueron para muchos de nosotros una especie de cueva en la que refugiarnos y redescubrir el consuelo y alivio que nos da el contacto continuado, piel con piel, con personas reales e importantes en nuestras vidas.

Yo quisiera vivir en un mundo en el que no tuviera la necesidad de huir de él, de buscar refugio. Un mundo compasivo que pusiera el alejamiento del dolor y la búsqueda del placer en primer lugar. Una Ítaca en la que sentirnos en casa y no esta enloquecedora normalidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_