Chacón y el poder

En un ensayo de 1972 incluido en la recopilación de David Rieff Obra imprescindible (Literatura Random House), Susan Sontag reflexiona sobre la liberación de la mujer y afirma que no bastará con llegar simplemente a la igualdad, que de lo que se trata es del poder y su reparto. Vaticinaba entonces que la naturaleza misma del poder cambiará cuando los hombres dejen de monopolizarlo, que cuando eso ocurra dejaremos de identificarlo con la virilidad y sus tópicos.

Una reflexión parecida puede desprenderse de la magnífica biografía que Joana Bonet acaba de publicar sobre Carme Chacón. Los inicios de la política catalana son un claro ejemplo de lo tremendamente difícil que es no solamente romper los techos de hormigón para acceder a los espacios vedados, sino de lo titánica que es la tarea de transformarlos desde dentro.

La historia que cuenta Bonet es la vida de Chacón, pero también la crónica sabiamente sedimentada de época muy reciente que parece ya remota. Desde los tiempos eufóricos de los JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados), en los que creíamos a ciegas en el ascenso social mediante el esfuerzo y el trabajo, el optimismo autocomplaciente del primer zapaterismo, hasta la gran desilusión con la crisis, la explosión de la burbuja inmobiliaria, los desahucios o el conflicto político catalán. Cuánta inocencia perdida en estos años, cuántas expectativas frustradas, cuánto dolor e impotencia que dejaron hondas cicatrices. Tal vez hacerse adulto no sea más que eso: verle las costuras al mundo, la cara más fea y que los ideales se rompen contra la cruda realidad.

Chacón, la mujer que pudo gobernar (Península) es también un libro sobre las sombras del poder y sus entresijos, lo complicado de preservar un proyecto colectivo en un entorno altamente competitivo, más si cabe si se es mujer. Y, como no podía ser de otro modo, es también un texto sobre el nudo imposible de la maternidad y su incompatibilidad con, precisamente, el ejercicio del poder. Sigo creyendo que promover el mito de la superwoman es una trampa peligrosa para todas pero leyendo el inteligente y sensiblemente matizado libro de Bonet mis dudas no hacen más que acrecentarse. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo conciliar ambición personal legítima con el deseo de tener un hijo? ¿Cómo ser, al fin, persona y madre sin ir por el mundo con la herida abierta de la escisión interna? Preguntas que todas las madres se hacen cada día cuando salen a trabajar.