El error informático de la remolacha

Si Berlanga levantara la cabeza... El PP ha sacado adelante la reforma laboral del PP con las ideas de Unidas Podemos y del PSOE, y con el visto bueno de Ciudadanos. Luego que si no es posible llegar a acuerdos en España... En fin. Más allá del ruido, el ordenador del diputado popular por Cáceres, Alberto Casero, tras ver que su dueño se equivocaba hasta cuatro veces a la hora de votar telemáticamente, hizo una pregunta clave en toda esta historia: ¿está usted seguro de sus votos? Casero dijo que sí, que cómo no iba a estar él seguro de eso. Minutos después, por lo que sea, el político extremeño se dio cuenta de que donde había que votar que no había votado que sí, y entonces dijo que eso era un error informático. Obvio. Qué va a ser.

El típico fallo en la computadora ―que no había sucedido nunca en toda la historia de los votos telemáticos del Congreso― tendría que suceder algún día. “¿No echa Georgina la lotería para ver si le toca?”, pensarían. Para que el argumento fuera aún más sólido los populares han presentado cero pruebas desde entonces. La mejor es que, como supuestamente estaba en Cáceres, tuvo que llegar a Madrid rapidísimo para denunciar el ataque informático. Fue tan veloz que, según el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tardó 45 minutos. Vamos, que vino en el tren extremeño. El experto en tecnologías Marcelino Madrigal publicó un tuit que se hizo viral unas horas después del ocaso: “Un error informático NO es un error cometido CON un ordenador. Un error informático es un error cometido POR el ordenador (hardware o software) ¿Ya? ¿Se entiende?”.

Bueno, bueno, a saber cómo son los aparatos de cada uno, más aún si tienen chips de Bill Gates dentro. El usuario Emilio Tejera contestó a Madrigal con su visión del asunto: “Se supone que la diferencia entre hardware y software es que al primero le puedes pegar y al segundo le puedes gritar”. Hay que recordar que, tal y como explicó el responsable informático del PP en el juicio por los discos duros de Bárcenas, el protocolo interno de seguridad de los populares implica borrarlos 35 veces, darle martillazos, rayar los soportes y deshacerse de ellos echando leches. Estas guías internas están muy bien porque indican, de cara a posibles líos judiciales, que tampoco te interesa mucho lo que haya dentro, como así ha sido. Tras el gran fallo del ordenador que ha puesto patas arriba España, la cuenta de Nuevas Generaciones del PP escribió un mensaje en mayúsculas para poner patas arriba Twitter: “MERITXEL BATET ESTÁ SECUESTRANDO NUESTRA DEMOCRACIA”. La suya, claro.

La presidenta de Nuevas Generaciones es Beatriz Fanjul, diputada vizcaína en el Congreso, conocida sobre todo por sus grandes discursos de oratoria en Twitter como: “¿Sabes eso que dicen que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer? ¡Pues eso, eso es Ayuso!”. El de este fin de semana lleva casi dos millones de visualizaciones. Fanjul dijo en Segovia que, casualmente, se encontró en esa misma ciudad con un chaval catalán de nombre Marco. El pequeño Marco denunciaba con 10 años que no tenía clases de Historia de España en Cataluña. Qué imán no tendrán los políticos que, cinco minutos antes de empezar un mitin, siempre se encuentran con ciudadanos que cuentan historias increíbles. Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, se cruzó también el domingo con una niña que le dijo: “Mi madre es bastante pepera, pero la estoy convenciendo”. Nueve años tiene la cría. La oleada de tertulianos que se viene es como floja. Mientras tanto, Pablo Casado, en gran estado de forma viral, no se cruzó con nadie, pero alcanzó de nuevo la cima con una frase de anuncio: “Ha sido atacada la remolacha”. Ojalá por un sistema informático.