50 mejores libros con sesgo de género
Las listas de “lo mejor” del año confirman que el imaginario del mundo sigue siendo masculino
El pasado sábado el suplemento de libros Babelia publicó un especial con los 50 mejores libros de 2021 e inmediatamente después, Manuel García denunciaba en Twitter el hecho de que hubiera nada menos que ¡cero! escritoras españolas en la lista. El tuitero, que es además profesor e investigador en periodismo en la Universidad de Málaga, lleva años estudiando junto a otros dos compañeros, Bernardo Gómez (Universidad de Málaga) y Juan García (Universidad de California, Davis), el papel de las mujeres en los listados de mejores libros para certificar que siempre ha sido y continúa siendo, marginal.
“Este año ha ganado un hombre. El tercero también es hombre. Entre los cinco primeros los hombres son el 80%. En los ocho primeros el 75%. Entre los 25, el 64%. Solo hay paridad a partir del 30…”, denuncia. Con todo, el sesgo de género, según el detallado estudio que presenta este investigador no es algo que caracterice a Babelia. Al contrario, este suplemento es el que mayor visibilidad ha dado a las mujeres en los últimos 10 años. “Cultura/s de La Vanguardia y El Cultural de El Mundo ni saben lo que es eso”, tuitea García con un gráfico que demuestra cómo la representación de las mujeres en las listas de estas otras cabeceras no ha alcanzado la mayoría de las veces ni el 30% mientras que en Babelia llega a ser del 50% la mayoría de los años (su estudio arranca en 2010).
Aprovecho que hoy han salido los 50 libros de Babelia, este año con ¡0! escritoras españolas, para hablar del estudio que estoy haciendo del tema con mis compañeros Bernardo Gómez (Universidad de Málaga) y Juan García (Universidad de Davis California).https://t.co/czpW5g4OJK
— Manuel García Borrego (@manoletusgarcia) December 11, 2021
Como lectora y escritora había leído la lista con verdadero interés antes de ver el tuit y no me puse a analizar el número o lugar de las mujeres en el ranking. No había caído en el sesgo de género, pero sí me había hecho algunas preguntas sobre los elegidos. ¿Con qué criterios se eligen los mejores? ¿Qué significan? ¿A quién representan? Evidentemente, no existe ningún juicio objetivo para su selección salvo el gusto del jurado. La pregunta entonces es ¿qué premia un jurado cuando elige un libro (o una película o una canción) como la mejor del año? Sugiero que premia su visión del mundo, aquella que mejor representa sus ideas. De este modo el que elige (o la que elige) también se pone una medalla: los mejores son los que imaginan el mundo como yo.
En este sentido, con independencia de cuántas mujeres haya en la lista o cuantas en el jurado, nos encontramos con que el imaginario del mundo sigue siendo masculino. Es verdad que estamos conquistando cierta paridad estadística, pero que muchas prosperen no significa necesariamente una visión del mundo paritaria. De hecho, los imaginarios caminan más despacio que los hechos: una cosa es mover los nombres de un listado y otra modificar imágenes del mundo milenarias.
Las mujeres hemos entrado en erupción. Pero la ideología que late bajo la tierra es más vieja y poderosa que la lava roja que muchas intentamos escupir desde las tripas del mundo. Por suerte, la literatura está aquí para abrir las puertas de la imaginación, aunque el imaginario siga siendo mayoritariamente blanco, masculino, heterosexual… El tuit de Manuel García clamando paridad muestra que las estructuras se mueven. Pero cualquier análisis numérico silencia la ambivalencia que cabe en toda identidad. Precisamente de esa ambigüedad escribe una de los 50 de Babelia: Gabriela Wiener. Mujer, marrón, peruana. ¿Española? De su identidad compleja trata su excelente novela, Huaco retrato. Lo que intento decir es que escribimos (y leemos) para romper los imaginarios con que se construyen las listas, incluidas las de los mejores.
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