Por maricón
Hay quien defiende que el crimen de Samuel Luiz no es homófobo, puesto que sus asesinos no lo conocían. Los de mi clase no sabíamos si Manolito era marica, pero lo parecía, y eso bastaba y basta para humillarlo

En mi cole había un niño de pelo rojo rabioso, pecas hasta en las cejas, labio leporino severo y una voz de pito tartaja perdida que solo le oíamos cuando la señorita lo castigaba sacándolo a cantar la lección a la pizarra. Narbona, que así se apellidaba el compa de cuyo nombre no me acuerdo, lo tenía todo para ser el blanco perfecto de los cafres de la clase, pero, siéndolo, no era su predilecto. Ese era Manolito, cuyo apellido sí recuerdo, pero omito por si acaso. Listo, lánguido, largo y flaco como un palo, sin el menor interés por el fútbol ni las peleas de gallos de sus congéneres, Manolito era la alegría del recreo de las chicas. Rajaba cual loro, guardaba secretos bajo torturas, sujetaba la goma más alto, batía la comba más rápido y hacía de bruja del tren de la bruja mejor que todas nosotras juntas. Todas lo adorábamos, claro, pero ninguna salimos a defenderlo cuando crecimos y alguno de los salvajes que antes solo lo ignoraban empezaron a llamarlo marica. Nunca le pedí perdón ni me lo perdoné a mí misma.
Hay quien defiende que el crimen de Samuel Luiz, un chico de 24 años al que mataron de una paliza al grito de “maricón”, no es homófobo, puesto que sus asesinos no lo conocían y no sabían si era marica. Tampoco los cafres ni las chicas de mi clase sabíamos si lo era Manolito. Puede que ni lo supiera él mismo, a sus 10 añitos. Pero lo parecía. Y eso bastaba y basta para humillarlos. También hay quien dice que, a fuerza de usarlo en otros contextos, “maricón” no es un insulto, como tampoco “cabrón” o “hijoputa”. Pues miren, no. Llamar a un ajeno “maricón” es homófobo. Y a una ajena “puta”, machista. Lo saben. Lo sabemos. Llamemos a las cosas por su nombre. Por cierto, Narbona se operó la boca y mutó en maromazo. A Manolito le perdí la pista. Me gusta imaginarlo, tantos años después, siendo feliz como quiera que sea. Desde aquí le pido disculpas por mí y por mis compañeras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Primeras palabras de los hijos de Rob y Michele Reiner tras el asesinato de sus padres: “No hay palabras para describir el inimaginable dolor que sentimos cada momento del día”
Barcelona se aferra a la alternancia para retener la Fórmula 1
La Fiscalía sostiene que el tío Toni era un “depredador sexual sin escrúpulos” que se valió de la ayuda de un “grupo de mujeres”
Starmer exige al oligarca Abramóvich que destine a Ucrania el dinero logrado con la venta del Chelsea F.C.
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”






























































