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Samuel Luiz: los golpes apagaron la luz tranquila que llenó muchas vidas

El auxiliar de enfermería de 24 años, que fue asesinado en la madrugada del sábado a las afueras de un bar de A Coruña, es recordado por familiares y amigos como un joven con pasión por ayudar a los demás

Amigas de Samuel Luiz durante la concentración en repulsa por su asesinato, este lunes en A Coruña.
Amigas de Samuel Luiz durante la concentración en repulsa por su asesinato, este lunes en A Coruña.Óscar Corral (EL PAÍS)

Los amigos de Samuel Luiz, el joven asesinado frente al paseo marítimo de A Coruña la madrugada del sábado, lo describen como una persona alegre y generosa. Alguien que no causaba problemas y “nunca se metía con nadie”, según lo describió una de sus amigas durante la concentración en repulsa por la paliza que un grupo de personas le propinó a las afueras de un bar, y que acabó con su vida. Su círculo más íntimo pide justicia y quienes lo acompañaban ese día han denunciado que la agresión tuvo tintes homófobos.

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“A mi hermano lo mataron porque eligió lo que le gusta”, explicaba en las redes sociales Sara, una de sus amigas más íntimas. Los golpes, asegura, se sucedieron tras los gritos de “deja de grabar o te mato, maricón”. Le acusaban de filmar a una pareja cuando en realidad estaba haciendo una videollamada junto a una de sus amigas, según el relato de los testigos.

Luiz creció en el barrio obrero de Meicende, a las afueras de A Coruña, en el municipio industrial de Arteixo. El joven, de padre brasileño, se distinguía por su afán por ayudar a los demás, según sus amigos. Una pasión que transformó en vocación: trabajaba como auxiliar de enfermería en un geriátrico en A Coruña. Su entrega era evidente, de acuerdo con sus compañeros, en la empatía y el cariño que desplegaba con los residentes del centro. Esperaba convertirse en protésico dental, según cuenta La Voz de Galicia.

Una fina capa de lluvia empapa las cartas y agradecimientos que familia y amigos han dejado para Luiz en el pequeño altar que se ha montado en el lugar donde fue asesinado. Las palabras de cariño dibujan una imagen del joven de 24 años: afable, entregado, muy comprometido con su trabajo y al que le gustaba ayudar. En el centro de los mensajes pegados con cinta a la acera, están las palabras que le dedicó su padre, Max Luiz: “La luz de nuestras vidas”.

Max Luiz también describe a su hijo como una persona generosa. Algo que pidió que se honrara en las concentraciones que varias organizaciones LGTBI organizaron el lunes en repulsa por el asesinato. Samuel trabajó también como sanitario en la Cruz Roja, según contó el padre, que pidió que se lleven donaciones de comida para esta entidad. Los amigos del joven, que al contrario que la familia asistieron a las manifestaciones, honraron esa petición.

“Ese chico quería una pelea con alguien y nos tocó a nosotros”, ha narrado a varios medios su amiga Lina, quien ha descrito los sucesos de la noche y madrugada del sábado: ella y Samuel hacían una videollamada, cuando fueron increpados por un hombre que los acusó de grabarlo y agredió a su amigo. En ese momento, según cuenta, recibieron la ayuda de un transeúnte, pero el agresor regresó con un grupo más grande que escaló la violencia ante más gritos homófobos. “No se lo merecía”, concluye conmovida, al tiempo que pide información para esclarecer los hechos. La policía continúa con la investigación, cuatro días después del asesinato, y este martes ha detenido a tres personas, tres vecinos de A Coruña, con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años y nacionalidad española.

Las dos amigas que lo acompañaban, una presencialmente y la otra a través de la videollamada, han insistido en la búsqueda de testigos: la zona en la que fue asesinado era muy concurrida a esa hora, por el cierre de los bares y discotecas, muy populares. La presencia de tantas personas no pudo evitar la agresión. Lina no responsabiliza a quienes los rodeaban porque “eran muchas personas y era muy difícil intervenir”. Sin embargo, ha agradecido en numerosas ocasiones a quienes le prestaron ayuda para colocar a Samuel de lado mientras esperaba a los paramédicos, así como a todos los sanitarios que trataron de mantenerlo con vida. Un mensaje que comparte con el padre de la víctima.

A la vez que pedía que el asesinato de su hijo no fuese bandera de nadie, Max Luiz cerraba la descripción de Samuel como alguien tranquilo, “amigo de sus amigos” y que nunca se metía en problemas. Esa idea alimenta el pasmo entre quienes rodean su altar. Un cúmulo de flores, fotografías y mensajes de amigos y compañeros ha hecho crecer el pequeño homenaje, iniciado por el padre. Quienes se acercan a aumentar en tamaño y profundidad el montón de hojas no pueden ocultar su conmoción. La vida de Samuel apenas empezaba.

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