Violencia inaceptable
El aumento de agresiones de carácter homófobo o racista enciende las alarmas
La agresión mortal a un joven auxiliar de enfermería en A Coruña constituye una nueva señal de alarma sobre inquietantes episodios de violencia que se producen en España. En la madrugada del sábado, a la salida de una discoteca, varios jóvenes participaron y se ensañaron en una paliza mortal contra Samuel Luiz, de 24 años, que había salido del local para hacer una videollamada junto a una amiga. Los gritos homófobos que lanzaron los atacantes mientras le golpeaban —”o paras de grabar o te mato, maricón”— desataron significativas movilizaciones en A Coruña, Madrid, Barcelona y numerosas ciudades de toda España contra la homotransfobia.
Corresponde a la policía —que este martes practicó las primeras detenciones— y a la justicia esclarecer si a la genérica condena por el execrable crimen debe sumarse la específica por motivación homófoba. En cualquier caso, el episodio debe desatar las alarmas por sus brutales características y la participación colectiva de un grupo numeroso contra un chaval indefenso que ya estaba inmovilizado en el suelo. Si se comprobara además la motivación homófoba, se trataría de un nuevo dramático episodio en el marco de un inquietante aumento de los delitos de odio. Estos se han disparado en los últimos años desde los 1.172 de 2013 a los 1.706 en 2019, último en el que hay datos de Interior. Dentro de este capítulo, los que atañen a la orientación sexual crecieron un 8,6% en 2019.
En la misma ciudad de A Coruña, un matrimonio formado por dos hombres fue agredido con una porra extensible mientras ambos paseaban, una semana antes del ataque a Samuel Luiz. Los observatorios contra la homotransfobia han registrado también aumentos de la agresividad verbal en redes y del nivel de la violencia y los ataques físicos en lugares como Barcelona. Una pareja fue agredida el 24 de junio en el paseo de Gràcia y un hombre de 52 años fue atacado por una decena de jóvenes el día 26 en el parque Güell en otra agresión en manada. Un informe presentado por el Ayuntamiento barcelonés recoge que la comunidad LGTBI es el segundo colectivo objeto de discriminación, después del racismo. Este último es un capítulo especialmente inquietante, con 515 episodios registrados por el Ministerio del Interior en 2019, un 20% más que el año anterior, y con una serie de gravísimas agresiones este año, incluido el asesinato de un hombre marroquí en Murcia en junio.
Las manifestaciones de repulsa por el crimen de A Coruña son una saludable reacción de la sociedad civil española. En el caso del acto madrileño, una sorprendente represión policial marcó la parte final de la protesta. Será preciso esclarecer a fondo si la acción fue acorde con los estándares exigibles. A la espera de conocer más detalles sobre el asesinato de Samuel, corresponde a la sociedad analizar estos brotes de violencia de distinta índole. En cuanto a aquellos clasificables como delitos de odio, es especialmente importante que la política no solo condene con firmeza los actos violentos, sino que rechace toda clase de discurso discriminatorio o estigmatizante de las minorías que brota desde sectores ultraderechistas y que produce graves consecuencias.
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