La manifestación en Colón

Estuve este domingo manifestándome en la plaza de Colón de Madrid al lado de la plataforma cívica Unión 78. Y elegí libremente estar con Fernando Savater, María San Gil y Rosa Díez. Todos juntos, sin complejos, contra los separatistas y frente al actual Gobierno que quiere indultar a quienes sólo buscan dividir España saltándose la legalidad vigente. Estuve porque, como ciudadano, no acepto el chantaje de reincidentes que tratan de destruir la nación española y su convivencia. Y creo que siempre será infinitamente mejor cualquier “foto de Colón” con una sociedad civil de demócratas y constitucionalistas, que la actual “foto de Sánchez”.

David García. Madrid

No fui ayer a la plaza de Colón. Me resisto a manifestarme contra medidas de gracia. No quiero ver en la cárcel a nadie que no sea un peligro inmediato para las personas. Pero los responsables del procés deben pedir su indulto individualmente y comprometerse a trabajar por sus ideales respetando la Constitución y las Leyes. Cualquier otra cosa es sedición contra la democracia. Y ni España, ni la Unión Europea, ni una eventual Cataluña independiente pueden tolerarlo nunca. Los manifestantes de Colón están llenos de razón democrática, aunque yo no esté entre ellos.

Mario-Vicente Armas Portela. Madrid

Las consecuencias de la pandemia

No es posible eludir las consecuencias que un hecho social tan complejo —en el que se mezclan secretos de Estado, negocios sanitarios billonarios, intereses políticos trasnacionales, enfermedad, muerte…— tiene sobre cada uno de nosotros. Los efectos reales de la pandemia sobre la salud psíquica individual no llegaremos a conocerlos nunca, pero sí debería hacerse un esfuerzo colectivo, esto es, dedicarle recursos públicos suficientes a una investigación en profundidad sobre cómo paliar esos efectos en las personas más vulnerables; y para el grueso de la ciudadanía recuperar y hacer efectivos valores humanos, como son la solidaridad y la cooperación, que ya han demostrado su efectividad en otras catástrofes. El trabajo profesional de los especialistas en la conducta humana cobra una importancia que parecía olvidada. Esperemos que se les escuche.

Luis Fernando Crespo Zorita. Las Rozas de Madrid

Consulta médica telefónica en 17 días

En mi afán de no congestionar innecesariamente mi centro de salud, decidí solicitar por la aplicación de atención primaria de Salud Madrid una consulta telefónica con mi médico de familia, evitando así la visita física, como tanto se nos viene recomendado por la Consejería de Salud madrileña desde hace un año por la covid-19. Si bien la gestión virtual de la propia cita me resultó bastante fácil e incluso intuitiva, el resultado obtenido me resultó cuando menos inquietante, por no decir que lamentablemente inaceptable: Este sábado fui agendado para ser atendido telefónicamente el martes 29 a las 16:05; es decir, exactamente 17 días naturales de demora, casi dos semanas y media después de solicitarlo. Llegados a este punto, no quiero pensar en la situación que nos espera a los sufridos pacientes madrileños en los siguientes meses estivales.

Ángel González Castrillejo. Madrid

Los textos de esta sección tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 100 palabras (700 caracteres sin espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones. La dirección para escribir en esta sección es CartasDirector@elpais.es