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COLUMNA
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Semiológica

Adverbios y metafísica están haciendo mucho daño a la política española

Marta Sanz
Politica española
Aznar declara como testigos en el juicio por la caja b del PP.Audiencia Nacional

Hoy vamos a hablar de semiología, una ciencia más general que la semántica. La semiología se encarga del estudio de los sistemas de comunicación y las propiedades de los sistemas de signos en las sociedades humanas. La semántica se centra en el significado. Como vamos a pensar en qué medida por la boca mueren pez, merluza o rodaballo, pero además intentaremos descifrar los misterios de ciertos disfraces, esta columna es semiológica y semántica simultáneamente. En los últimos tiempos nuestras indagaciones profundizan más en las procelosas aguas de la morfosintaxis, tan enrarecidas por el chapapote antiestético del lenguaje inclusivo que, por aquí, nos parece divertidísimo, travieso y el charco donde, por razones a menudo extralingüísticas, se retratan las plumas rectas, pero hoy nos parece más urgente responder a la pregunta de por qué Toni Cantó añade el adverbio de modo “honestamente” siempre detrás del verbo “creo”. Lo observamos en sus declaraciones. Toni Cantó cree honestamente todo. El subrayado de la honestidad nos escama porque ¿se puede creer sin honestidad?, ¿creemos en algo de manera deshonesta y lo sabemos?, ¿si insisto en la honestidad de una creencia, que se presupone honesta por serlo, no será que un gusanillo interior me está alertando de que no creo en lo que digo? Lo advertíamos: hablar mucho es peligroso y creemos —sin duda, honestamente— que algo huele a podrido en Dinamarca cuando se insiste tanto en la honestidad de una situación y un relato que de honestos tienen poco. Este es un apunte semántico. El otro apunte semántico vuelve a colocar la lupa sobre un adverbio de modo: “metafísicamente”. Ha dicho Rajoy: “Es metafísicamente imposible que los destruyera”. Se refiere a los papeles de Bárcenas. ¿Cómo se destruye metafísicamente un papel?, ¿se considera Rajoy causa primera y divina, capaz de operar no física, sino metafísicamente?, ¿se puede destruir un papel incriminador mediante telequinesis?, ¿existe alguna similitud entre Rajoy y Carrie, la de Stephen King?, ¿entre telequinesis y metafísica?, ¿Rajoy, en ocasiones ve muertos? En sentido recto, la declaración es indescifrable, pero si la interpretamos en sentido figurado o en un sexto sentido, se nos vuela la cabeza: solo encontramos una conexión posible entre Rajoy, Bárcenas, corrupción, PP y género de terror. Adverbios y metafísica están haciendo mucho daño a la política española.

Por fin, llegamos al asunto semiológico: Aznar declara con mascarilla, solo, en su casa, frente al ordenador. La imagen tiene un gran potencial simbólico que él enfatiza cuando es preguntado por la curiosa utilización del complemento higiénico. Dice algo así como que es un ciudadano respetuoso de la ley. Pero la ley no dice nada de usar mascarilla en casa, solo, frente al ordenador. Por el contrario, sí marca los límites de alcohol en sangre para conducir. Esos que no hace tanto coartaban la libertad liberal de Aznar, quien, en el ejercicio de esa misma libertad tan creativa, podría haber declarado con máscara de Spiderman, caparrot o encajándose gafas de bucear y tubo. Sería más incómodo, pero semiológicamente más inquietante y humorísticamente más eficaz. La cosa tendría gracia si no se planteara una duda: puede que el declarante no estuviese ni física ni metafísicamente solo, y ese comportamiento no sería ni recto ni correcto ni legal. “Honestamente” lo creo.

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Sobre la firma

Marta Sanz
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

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