Religiones, seguridad y credulidad
En las escuelas habría que enseñar no religión, sino religiones. El profesorado tendría que impartir la asignatura con un enfoque histórico, explicando los orígenes y características de las distintas religiones. Todos necesitamos sentirnos seguros, y esta seguridad la buscamos en nuestro entorno. Recurrimos casi exclusivamente al criterio de nuestro grupo, porque nos da seguridad. Mi religión es la única verdadera, nuestro dios es Dios. Los demás dioses son ídolos a erradicar, y hay incluso quien piensa que, si es preciso, con violencia o terror. Hay que enseñar religiones, no religión. Hay que formar personas que puedan dudar, sin sentirse inseguras, en la búsqueda de su particular camino, en el que coincidirán o no con otras personas, pero que sabrán respetar a las que no piensen igual. Esta tarea de formar en valores es transversal, con especial mención al profesorado de filosofía. Y al igual que la filosofía, la asignatura de religiones debería ser evaluada.
José Miguel Unzaga. Bilbao
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