Con la pobreza no se juega
Después de perder meses en rencillas entre los partidos que conforman nuestro Gobierno, por fin a primeros de junio se dio luz verde al nuevo ingreso mínimo vital, y el 15 del mismo mes se inició el plazo para solicitarlo. En los tres primeros días, prueba de su angustiosa necesidad, ya se recibieron 212.000 solicitudes, y, en total, han sido alrededor de 750.000.
Dos meses después, las nuevas prestaciones reconocidas por la Seguridad Social no llegan a 10.000, es decir, solo algo más del 1% de las presentadas, y alrededor del 11% si se incluyen las reconocidas automáticamente y aprobadas de oficio. Los sindicatos anuncian movilizaciones. El Gobierno se descalifica así mucho más de lo que pudiera hacerlo cualquier adversario político. Con los hambrientos no se juega.
Emilia Novas Sole. Madrid
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