No podemos pensar en otra cosa
Crear un paraguas suficiente de solidaridad y aportar valor añadido son nuestros retos más claros en el horizonte tras los estragos del coronavirus. Crisis precedentes han sido aprovechadas por los gobernantes para hacer recortes en servicios públicos, incluso para hacer negocio con ellos promoviendo su externalización. En lo tocante a la distribución de la riqueza, el resultado final ha sido el aumento progresivo de la brecha social, la pobreza y la precariedad de los más débiles. Nuestro objetivo primordial ahora es la reconstrucción social, y no podemos darnos el lujo de pensar en otra cosa. La globalización nos ha mostrado en esta gran crisis sus carencias, su tremenda debilidad, enseñándonos además la herramienta más mortífera con la que cuenta: el miedo. Miedo que, lejos de alimentar nuestra unidad y salud social, alimenta nuestro enfrentamiento y nuestra enfermedad.
Gerardo Hernández Zorroza. Getxo (Bizkaia)
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