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Sara Lovera, periodista: “No hay que venir del sufrimiento para ser feminista”

La pionera del periodismo feminista en México habla sobre el machismo en los medios, los derechos de las mujeres y la llegada de la primera presidenta al poder

Sara Lovera en su casa, en Ciudad de México
La periodista y activista feminista mexicana Sara Lovera en su domicilio en Ciudad de México el 17 de septiembre del 2024,Aggi Garduño
Almudena Barragán

Sara Lovera (Ciudad de México, 75 años) es una de las pioneras del periodismo feminista en México cuando el feminismo no cabía en los medios de comunicación. Empezó a trabajar en la prensa a finales de los años 60 en una época en la que hablar y escribir sobre los derechos de las mujeres sucedía con poca frecuencia. También eran tiempos donde las mujeres eran “condenadas a la cocina del periodismo”, como ella misma señala. Escribían de sociales y hacían crónicas de bodas y bautizos, pero nada de política o economía. Mucho menos deportes. También ha sido maestra de otras que han llegado después que ella. Desde hace más de 50 años ha trabajado como reportera, editora, coordinadora y directora de diversos medios. Han pasado los años y todavía recuerda las palabras que le dijo la mítica periodista Adelina Zendejas cuando era muy joven: “¿Vienes a contar solo la historia de los señores o también la de las señoras?”. Y desde entonces, eso hizo.

Lovera ha escrito sobre las costureras, las trabajadoras del campo, las maquiladoras, el derecho al aborto, la violencia de género o la primera presidenta de México en más de 200 años. “Hay que ver a las mujeres, dónde están y lo que hacen”, dice la periodista sentada en el comedor de su casa, en Ciudad de México. Sus paredes son un museo de buenos recuerdos, momentos memorables y toda una vida entregada a hacer lo que más le apasiona: contar historias y el feminismo, aunque no siempre fue fácil. Más de una vez se topó con la cultura machista que reina dentro de los medios. “Para hacer periodismo sobre las mujeres tenías que escribir también otro tipo de notas. Mi jefe me decía: ‘Además de tu nota de las costureras, ¿trabajaste?”, recuerda. Muchos días hacía una doble o triple jornada dentro y fuera de casa para llegar a todo. Un tema que sigue vigente.

En 1975 cubrió la primera Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Ciudad de México, es socia fundadora de La Jornada, donde creó el suplemento Doble Jornada que durante 11 años contó la situación social que vivían las mexicanas. “Las mujeres siempre hemos sido invisibles, pero si hurgas en la historia, verás que siempre hemos estado ahí, en distintas épocas, abriendo espacios. Quizá nos hace falta rescatar la memoria de todas las que hablaban de lo que seguimos hablando hoy en día”, dice la periodista. En 1988 fue cofundadora de CIMAC y en 1995, de la agencia multimedia Cimac Noticias. Actualmente sigue en activo y no piensa retirarse pronto. Este año fue nombrada editora de género de todos los periódicos de la Organización Editorial Mexicana (OEM), que agrupa a 46 cabeceras en el país, y lleva El podcast de la Lovera, en el que habla con especialistas sobre temas como el síndrome del ovario poliquístico, la lucha contra el feminicidio o la importancia de hacer políticas públicas con perspectiva de género.

Pregunta. ¿Diría que ha cambiado la forma en la que se cuentan las historias de las mujeres en la prensa mexicana?

Respuesta. Sí ha cambiado. Aunque creo que lo más difícil de la narrativa es desprenderse de la victimización de las mujeres y el sufrimiento. Creo que esa es la batalla cultural más difícil. Hay que dejar de victimizar a las mujeres para contar sus historias. Dejar de reafirmar sus papeles tradicionales de manera lacrimógena e indefensa.

P. ¿Y cómo se logra eso?

R. Tenemos que hacerlo juntas. Para ello necesitamos al movimiento feminista. Necesitamos darle a todas esas mujeres la categoría de actoras políticas. Contar su reclamo político, su crecimiento personal. Las madres buscadoras, las sobrevivientes, las asesinadas... No solo las define la violencia o un expediente, son mucho más. Vamos a quitarle el victimismo a la información que escribimos sobre las mujeres, no hay nada que me moleste más que esa narrativa victimista. No hay que venir del sufrimiento para ser feminista. Eso yo lo aprendí de mi abuela Sara, una comerciante súper exitosa que tenía un puesto en La Merced.

P. ¿Cómo diría que ha evolucionado el movimiento feminista en México?

R. Su crecimiento fue de la calle a la academia. Después llegó la creación de las instancias para las mujeres en 1974 y durante los 80 la reivindicación del aborto cobró más peso. Con López Portillo, por ejemplo, se abrió la discusión sobre crear mayores excepciones de aborto. Aunque cabe recordar que el aborto se permitía en México desde los años 30 por violación, peligro de la vida de la madre y una cosa muy simpática que se llamaba “imprudencia de la mujer.” A partir del 75, hubo mayor apertura en Naciones Unidas, llegó el dinero internacional para hacer el trabajo feminista, fundamentalmente el que tenía que ver con los anticonceptivos, porque era una directriz del Fondo Monetario Internacional bajar la población. Nosotras, en 1974, teníamos siete hijos por mujer en promedio. Actualmente tenemos 1,8. Y, poco a poco, se fue creando una cultura, un conocimiento del nivel que sea, en algunas ocasiones casi silvestre, donde ha quedado claro que es políticamente incorrecto no decir que las mujeres tienen derechos. Yo creo que eso ha significado un cambio cultural.

Sara Lovera, pionera del periodismo feminista en México.
Sara Lovera, pionera del periodismo feminista en México.Aggi Garduño

P. ¿Y qué me dice de la violencia de género, también fue una bandera del feminismo aquellos años?

R. Sí. Antes de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), se trató de legislar, lo que pasa es que las autoridades lo desvirtuaron y lo acabaron llamando violencia familiar, quitando la violencia contra la mujer del centro y poniendo al centro a los niños y los adultos mayores, pero la comprensión del problema siempre estuvo ahí. Fue hasta los feminicidios en Ciudad Juárez, en los 90, que recuperamos el tema.

P. ¿Diría que México ha avanzado en los derechos de las mujeres?

R. Las mexicanas podríamos dar clases de protección jurídico-legal porque tenemos un andamiaje súper completo, sin embargo, creo que tenemos un machismo muy acendrado, donde los hombres están muy enojados. Yo encontraría en ello una de las causas principales del aumento de la violencia contra las mujeres, una respuesta misógina no organizada. Existe un humor social, profundamente machista, y ¿sabes qué?, autoritario. Un autoritarismo que hemos visto en una película de proyección lenta durante los últimos seis años con el presidente López Obrador.

P. ¿Cree que con la llegada de una nueva presidenta estamos en una época nueva?

R. Los estudios dicen que las mujeres sí gobiernan de manera distinta, pero no le pidamos antes de tiempo nada a la presidenta. Yo confío en que será una época nueva porque además de nueva presidenta va a haber 13 gobernadoras, casi 1.000 presidentas municipales y los congresos tendrán un 50% de mujeres. Eso, simbólicamente, es un cambio muy importante. También creo que Claudia Sheinbaum, por ser mujer, será puesta en un lugar mucho más vulnerable y puede ser que tengamos a una presidenta como la Thatcher, muy dura, porque tendrá que enfrentar el machismo directo y el indirecto, más todos los problemas que haya en el país.

P. ¿Qué le diría a la presidenta si la tuviera delante?

R. Le diría que voy a entender todo lo que va a hacer, pero que no le permito que no nos vea y no nos pongan en el centro [a las mujeres], porque es una obligación histórica que tiene. En este país hay miles de mujeres muertas por el feminicidio, por la violencia, por el crimen organizado y eso son familias llenas de dolor y de indignación. Que no vuelva a repetir que no pasa nada en Chiapas, por ejemplo.

P. Cuando la presidenta juró su cargo dijo que llegaban todas...

R. Sí, es una buena frase de un buen asesor mediático... Yo creo que hay que recordarle que tiene por ahí en el escritorio más de una de las agendas de las mujeres.

P. ¿Cómo ve el futuro de los derechos de las mujeres en México?

R. Creo que hemos creado una cultura y tenemos grandes luchadoras que no han parado estos seis años y que han estado haciendo su trabajo con menos recursos, pese a ser desacreditadas por el Gobierno. Sin embargo, ahí están. Creo que no vamos a parar, seguiremos teniendo avances pese a todo. Esta fiesta no ha terminado.

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Sobre la firma

Almudena Barragán
Periodista de EL PAÍS en México. Escribe sobre temas sociales con perspectiva de género: desigualdad, violencia y feminismo. Ha trabajado en la sección Verne México y en diversos medios españoles y mexicanos, entre los que destacan El Economista.es y El Financiero Bloomberg. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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